Trio ardiente | By : Lily-de-Wakabayashi Category: Spanish > Anime Views: 5 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: I do not own My Hero Academia, nor the characters from it. I do not make any money from the writing of this story. Only Azure Bourgeois belongs to me. |
Un trío ardiente.
(Ménage a trois BnHA version)
Sin duda alguna, Enji Todoroki debía de haber perdido la cabeza. ¿Cómo fue que aceptó involucrarse en semejante situación? ¿En qué demonios estaba pensando? Porque sólo habiendo perdido la cabeza se explicaría que hubiese aceptado participar en un trío.
Sí, en un trío, y no estaba hablando de uno de trabajo, sino de uno sexual. De buenas a primeras, sin que hubiera habido algo que lo previniera de lo que estaba por suceder, Hawks se había acercado a él para preguntarle si estaría dispuesto a participar en algo “nuevo y diferente” con él y con Azure Bourgeois, la médica francesa de cabello azul oscuro como la noche con la que Takami salía desde hacía algunos meses. De primera intención, Endeavor se había negado rotundamente a ello tras regañar fuertemente a Hawks, pues había que ser muy cínico y osado para llegar con una petición de esa índole a un hombre maduro como él, pero Keigo no tuvo que insistir mucho para que Enji cambiara de parecer.
Si tuviese que ser honesto consigo mismo, Endeavor tendría que admitir que su decisión estuvo fuertemente influida por el hecho de que se sentía atraído por la doctora Bourgeois, pero aun así lo lógico hubiera sido que se negara a esa descabellada petición, un hombre viudo no estaba para andar aceptando esas propuestas tan inmorales y peor aún porque les doblaba la edad a los otros dos. Sin embargo, aunque fue Hawks el que hizo la petición (¡Vaya comportamiento tan más inapropiado para un compañero de trabajo!), Enji tenía la certeza de que fue ella quien tuvo la idea; y, quizás, fue precisamente esto lo que lo impulsó a aceptar.
Porque si la francesa fue la de la idea, era casi un hecho que la tuvo debido a que también se sentía atraía por Endeavor.
Aunque eso ya era pensar demasiado y dar por hecho situaciones que no tenían fundamento. Si la doctora Bourgeois estaba saliendo con Keigo Takami, quedaba claro que no sentiría atracción por otro hombre, o así debía ser, al menos. Sin embargo, ¿quién podría saber realmente lo que ella estaba pensando? En cualquier caso, lo que Enji debía hacer era hablar con Hawks y decirle que había recapacitado, que su propuesta resultaba inadecuada y que se retractaba de su primera decisión. Él tendría que entenderlo, lo que estaba pidiendo era una inmoralidad. Así pues, cuando Hawks lo visitó la tarde previa a su encuentro para confirmar que los planes seguían en pie, Endeavor se dijo que era el momento perfecto para dar marcha atrás y decirle que ya no quería estar involucrado en esa locura.
Keigo lo escuchó con calma y sin interrumpirlo, como si ya hubiese sabido que él intentaría retractarse, y probablemente así era, lo conocía demasiado bien como para que no lo hubiera visto venir. Enji temía que Hawks no le estuviera prestando atención, pero estaba decidido a mantenerse firme, sin importar lo que él dijera. Una vez que hubo terminado con su discurso (“Un hombre de mi edad y de mi posición no debe ceder a ese tipo de perversiones…”, entre otras cosas), Hawks cerró los ojos durante un momento y se encogió de hombros.
– Entiendo bien tu dilema, Endeavor-san, yo tampoco aceptaría de estar en tu lugar –manifestó el joven rubio–. Sé que esto se sale por completo de lo que haríamos nosotros en una situación normal; ni tú ni yo somos así, pero esto es algo extraordinario y no te lo hubiese pedido si no fuese en extremo importante para mí.
– Hmm. –Endeavor gruñó por respuesta–. ¿Por qué es importante para ti?
No había tenido intenciones de preguntarlo pero la curiosidad le pudo más. Y quizás Hawks contaba con eso para volverlo a engatusar.
– Me da vergüenza admitirlo, pero engañé a Azure-san con otra mujer –contestó Keigo, con un gesto de arrepentida pena–. Con Lady Nagant, para ser más preciso… Fue un momento de debilidad y… Olvídalo, ni siquiera sé por qué te estoy pidiendo esto…
– Continúa –ordenó Enji, sin titubear.
– La condición que ella me puso para perdonarme fue hacer un ménage a trois con otro hombre, el que ella escogiera. –Hawks se rasco la cabeza–. ¡Qué locura! ¿No?
– ¿Y por qué me elegiste a mí? –quiso saber Endeavor.
– No te escogí yo –respondió Hawks–. Lo hizo ella.
Aunque ya tenía sus sospechas al respecto, Enji se sintió muy perturbado con la respuesta. Inevitablemente, él se sintió muy halado, porque de entre todos los hombres que pudo haber elegido, Azure Bourgeois eligió a Enji. Y ese sentimiento de orgullo fue su perdición.
– Está bien –resopló Endeavor–. Lo haré.
– ¿De verdad? –Keigo fingió sorpresa, pero en sus ojos se veía que esperaba que él cambiara de parecer.
– Sí –aseguró Enji–. Tú me has ayudado mucho con mi familia, es justo que yo te regrese el favor. Pero nadie debe de enterarse de eso, ¿queda claro?
Hawks hizo el gesto de pasar la punta de sus dedos índice y pulgar por sus labios para dar a entender que su boca estaba sellada y Enji volvió a gruñir. Sabía que quizás se arrepentiría después, pero su vanidad y su ego de hombre pudieron más.
Así pues, Takami lo citó en un conocido y lujoso hotel de la ciudad, sitio en donde ya estaría Azure esperándolos. Como el hotel era respetable, la habitación estaba a nombre de ella y los dos hombres llegarían por su cuenta, a distintas horas, cuidándose de evitar que alguien los reconociera y, sobre todo, que los vieran. Keigo, por ser la pareja de Azure, sería el primero en llegar y Enji aparecería una media hora después. Así pues, a éste no le sorprendió cuando tocó la puerta del número que le habían indicado y Hawks le abrió la puerta. Ambos hombres se miraron y no supieron qué decirse.
– Supongo que lo mejor será acabar con esto cuando antes –comentó Enji, resignado.
– No te sientas obligado a hacerlo si no lo deseas, Endeavor-san –señaló Hawks, aunque sin mucha convicción.
– No te preocupes, estoy preparado –replicó Endeavor–. Dije que lo haría y lo cumpliré.
Sorpresivamente, Hawks sintió una ligera punzada de celos; después de todo, otro hombre iba a hacerle el amor a su actual pareja delante de sus ojos, un hombre que su misma novia había escogido. Siendo Endeavor tan diferente a Keigo, éste se preguntaba por qué Azure había pedido que fuese aquél el elegido, no se le ocurría otra cosa más que ella debía sentirse atraída por ese hombre, lo que incrementaba su desazón. En cualquier caso, Hawks se lo había prometido y era la única manera en la que la francesa le perdonaría su infidelidad, así que había que actuar en consecuencia.
Hawks se hizo a un lado para dejar pasar a Enji y éste se vio repentinamente frente a una enorme cama tamaño King size, sin duda muy adecuada para lo que iban a realizar. La puerta del baño estaba cerrada y se escuchaban ruidos dentro, así que Enji supuso que la médica francesa estaba ahí. Estaba por soltar algún comentario aleatorio y probablemente muy estúpido cuando la puerta se abrió y apareció Azure vestida con un conjunto de lencería en encaje negro y sumamente sexy: negligé, tanga, medias y liguero. Llevaba el largo y azul cabello suelto, su curvilíneo cuerpo se marcaba bien debajo de las escasas prendas y sus labios rojos resaltaban en su bello rostro. Al verla, Endeavor sintió de inmediato que su miembro se endurecía.
– Te ves espectacular –exclamó Keigo, quien aparentemente tampoco la había visto con ese conjunto.
– Muy bien, en verdad –masculló Enji, incómodo.
– Bonjour, monsieur Todoroki –saludó Azure a Enji y esbozó una sonrisa provocativa–. Es un placer para mí el que haya decidido unírsenos.
– Eh, sí, no pasa nada. –Él no supo qué contestar.
– Bien, caballeros, pongamos manos a la obra –ordenó Azure, tras lo cual Keigo puso el letrero de “No molestar” en la perilla y cerró la puerta.
Ambos hombres se sentían nerviosos a pesar de todo, no sabían por dónde comenzar, pero Azure sin dudarlo tomó el control. Para sorpresa de los dos hombres, ella se acercó a Endeavor y comenzó a besarlo, más apasionadamente de lo que él esperaba. Torpe como en realidad era, no supo de momento cómo reaccionar, pero pronto sus instintos primitivos se hicieron cargo de la situación y sus manos acariciaron a la joven por encima del negligé, comenzando por la espalda y deteniéndose en sus bien formados glúteos. Hawks sintió una punzada de celos al verlos, pero recordó que ése había sido su trato con Azure para que ella lo perdonara por haberse acostado con Lady Nagant, una noche en la que no se le habían pasado tanto las copas como para que no supiera lo que estaba haciendo (sólo lo suficiente para desinhibirse), así que se quedó callado. Enji y Azure se besaron y se acariciaron más tiempo del que a Keigo le habría gustado, pero ella pronto dejó al hombre y se acercó a su novio para besarlo.
– No creas que me he olvidado de ti, Pajarito –susurró ella, empleando el apodo que solía usar con él cuando estaba enojada.
Esto, sin embargo, no desanimó a Hawks, quien después de volver a besarla recorrió su cuello con la lengua. Azure emitió un breve gemino y después se separó para conducir a ambos hombres hacia la cama. Con movimientos sensuales, Azure se quitó el negligé y quedó vestida con las bragas de encaje negro que formaban parte de su conjunto, así como con el liguero y las medias. Se veía absolutamente fabulosa, mostrando su escultural y curvilíneo cuerpo. Fascinados por la visión, Enji y Keigo se dedicaron a observar a Azure de una manera muy lujuriosa.
– Bien, monsieurs, no quiero ser la única en estar desnuda aquí –dijo ella, con voz seductora, invitándolos a seguirla.
Endeavor todavía se sentía cohibido, así que fue Hawks el que se atrevió a desnudarse primero; Azure observó como él empezó a bailar sugestivamente para ella, mientras iba quitándose la ropa. Había que admitir que Keigo se movía bien y que tenía un muy buen cuerpo; primero, se quitó la camiseta y se la aventó a Azure, quien soltó una risilla al recibirla, después continuó con los pantalones y la ropa interior, a través de la cual se mostraba ya su miembro erecto y listo para la acción. Azure sonrió complacida al ver a su primer galán desnudo, pero se le notaba impaciente por ver también al segundo.
– Falta usted, monsieur –dijo ella, contemplando a Enji con sus hermosos ojos color uva.
Éste, que no estaba dispuesto a hacer el mismo baile que había hecho Hawks, se quitó tan rápido como pudo la ropa, desabotonando la camisa blanca para dejar al descubierto sus increíbles pectorales y después sus brazos musculosos. Por un segundo estuvo tentado de aventarle la prenda a la médica, tal y como había hecho Hawks, pero cambió de parecer al considerarlo ridículo así que simplemente la aventó al suelo. Después, como titubeara con los pantalones, Azure se acercó y le desabrochó el cinturón, para después abrir el botón y la bragueta y acariciar su enorme pene endurecido, tras lo cual le bajó los pantalones hasta los talones para admirar sus fuertes piernas. Azure suspiró complacida, tanto Enji como Keigo estaban muy bien equipados y ninguno tenía motivos para envidiar al otro.
– Très bien, es hora de seguir –sonrió la francesa.
Ella tomó a Enji con una mano y a Keigo con la otra y los llevó a la cama, besando alternadamente a cada uno, después de lo cual se recostó en la cama y dejó que sus amantes comenzaran a hacer su parte. Endeavor, quien se sintió eclipsado por sus enormes senos de rosados pezones desde que los vio, se los chupó y mordisqueó con fuerza; Hawks, que no quería quedarse atrás, le quitó a su novia las pantaletas negras de encaje y comenzó a lamerle el clítoris. Azure gemía del placer, mientras con una mano acariciaba el cabello de Keigo y con la otra estimulaba el enorme miembro de Enji.
– ¡Oh, sí, los dos son geniales! –jadeó ella.
La mujer no tardó en tener su primer orgasmo, que Keigo disfrutó con su lengua; entonces, Azure se separó de él y se puso en cuatro, mostrando su magnífico trasero y su bien humedecida vagina. Hawks tomó su pene y lo metió en su boca; la francesa chupó y jugó con él con su lengua, la cual pasaba una y otra vez por su glande. Endeavor, quien ya para entonces había perdido todo rastro de vergüenza al ver cómo esa hermosa mujer llegaba al orgasmo, introdujo su miembro en su cavidad, ocasionando que ella soltara un gemidito antes de continuar estimulando al pene de su otro amante.
– Mon dieu, está más grande de lo que esperaba –musitó, al tiempo en el que arqueaba su espalda y acomodaba sus caderas a las del hombre que estaba haciéndola suya–. Quel délice!
Enji soltó un gemido gutural al notar lo bien que se sentía el estar dentro de Azure y se movió con rapidez y fuerza. Keigo, por su parte, era el beneficiario de las habilidades orales de su novia y jadeaba por lo bajo. Azure también estaba gozando como nunca, con Endeavor penetrándola y Hawks metiéndole el pene en la boca, ella se retorcía y dejaba escapar gemidos entre cada chupada. Keigo acariciaba el cabello de Azure y la tomaba por la nuca para introducirle más su miembro; Enji tomó a la mujer por la cintura y arremetió con fuerza.
– Me voy a correr –gimió Hawks–. Lo haces muy bien.
– Esto es mejor de lo que imaginé –musitó Endeavor.
Azure sólo podía pensar en que esos dos hombres eran expertos en el sexo, cada uno a su manera. De Hawks ya lo sabía, pero no se lo esperaba de Endeavor y le fascinó comprobar que poseía el estilo de la madurez. Uno de sus amantes tenía el ímpetu de la juventud, el otro el sabor de la experiencia, y ella no sabía a cuál de los dos prefería más. En ese momento, su mente embotada de placer agradecía el que ambos hubiesen aceptado su petición para hacer ese ménage a trois que tanto estaba disfrutando.
Pero, al parecer, ellos no era los únicos que estaban haciendo algo bien, Azure también poseía buenas artes amatorias. Keigo no aguantó más y se corrió en su boca, sorprendido de que no se lo hubiese visto venir; sin embargo, la joven no protestó y se tragó todo. Endeavor, por su parte, siguió penetrando a Azure mientras golpeaba con fuerza sus glúteos, dejando marcas rojas sobre la blanca piel. La francesa se arqueó al sentir que un orgasmo brutal la invadía y la contracción de sus músculos hizo que Enji llegara también al éxtasis, quien apenas alcanzó a salir de ella para eyacular sobre su espalda. Prácticamente el placer los invadió a ambos a la vez y durante unos segundos no se escucharon más que sus gemidos de gozo. Azure se dejó caer sobre la cama mientras sus dos amantes permanecían a su lado, jadeando como ella en busca de aire.
– Esto es mucho mejor de lo que pensé –confesó Enji, sorprendido.
– Mucho, mucho mejor de lo que podría llegar a creer –acordó Keigo.
– Yo creo que fue delicioso –suspiró Azure–. Gracias a los dos por esto.
Durante unos minutos ninguno habló, ocupados como estaban en disfrutar del momento. ¿Sería eso suficiente para que Azure considerara que su afrenta estaba pagada? Era difícil saberlo, pero era seguro que ninguno de los dos hombres estaba conforme aún. Endeavor y Hawks se miraron, dándose cuenta de que estaban pensando en lo mismo: el escenario era demasiado tentador como para conformarse con sólo hacerlo una vez.
Keigo tomó a Azure por la cintura y le lamió los pezones, logrando que se pusieran duros al instante; Enji se fue a la parte inferior de la mujer, le abrió las piernas e introdujo la lengua en su cavidad, pasándola después por su clítoris. Azure se retorció, sorprendida por el ataque simultáneo de ambos hombres, pero sin conseguir zafarse de ellos. Keigo se acostó boca arriba y acomodó a Azure sobre él, tras lo cual hizo que ella abriera las piernas para introducirle su miembro.
– ¡Oh, Kei! –gimió Azure.
Enji, quien por no ser tan joven como su compañero tardaba más en volver a estar listo, al ver a Hawks penetrar a Azure se sintió estimulado, la sangre fluía veloz y furiosa hacia su miembro, que palpitó como si ya estuviera preparado para la acción. El hombre maduro vio entonces el esfínter anal de mujer y supo que él también podía participar de la acción sin tener que esperar a que Keigo terminara. Enji estimuló el esfínter con los dedos, viendo con satisfacción cómo respondía y se dilataba como él quería.
– Hawks, ayúdame con esto –pidió Endeavor y tomó a Azure por la cintura–. Necesito que mueva un poco menos la cadera.
– ¿Qué haces? –protestó ella.
– ¿Alguna vez has sentido a dos dentro de ti? –preguntó Keigo, mientras Enji penetraba a Azure por detrás–. Si no, ésta es la ocasión.
Azure gritó al sentir a Endeavor dentro de ella, ya que de momento le resultó doloroso tener su enorme miembro en esa área, pero Hawks la ayudó succionándole los pezones, lo que le ocasionó un placer muy intenso. Además, el roce que sentía en su vagina estaba haciendo su efecto y pronto se vio multiplicado por la fricción que le causaba Endeavor en su esfínter anal. Ahora, no sólo Keigo la penetraba sino que también lo hacía Enji, uno por delante y el otro por detrás, Azure creyó que se partiría en dos al sentir a ambos hombres entrar y salir de ella, cada vez con mayor rapidez.
– ¡Oh, sí, no se detengan! –Azure por fin se dejó llevar por el intenso placer–. ¡Me mata sentirlos a los dos dentro de mí!
– Lo estás disfrutando tanto como nosotros, ¿eh? –señaló Keigo, complacido.
Enji soltó un gruñido mientras le mordía la espalda a la mujer, como para dar su aprobación. Y sí, eso era verdad, Azure lo estaba gozando como nunca. Ella no supo de sí cuando un remolino intenso y agotador la envolvió, haciéndola gritar con fuerza.
– – Oh, mon dieu! –exclamó, a todo pulmón.
Endeavor eyaculó primero y después lo hizo Hawks. Esta vez los tres quedaron agotados y cayeron en una somnolencia deliciosa. Azure dormitaba, recostada contra el pecho de Endeavor, quien no tuvo reparos en sostenerla como si ella le perteneciera, como si siempre le hubiese pertenecido. Hawks se dio cuenta de esto y experimentó un oscuro sentimiento como pocas veces en su vida, dándose cuenta más tarde de que esa sensación eran celos llevados a un nivel superior.
“¿Así se habrá sentido Azure cuando le confesé lo de Nagant?”, se preguntó. Si fue así, se lo estaba cobrando con creces.
Pero en vez de armar un escándalo, cosa que habría sido muy impropia de él, Hawks levantó a Azure y la hizo sentarse en la cama, con él por detrás, para después estirar la mano, juguetear con su clítoris e introducir dos de sus dedos dentro de ella.
– Vaya, parece que alguien no ha tenido suficiente –dijo la francesa, con voz seductora.
– ¿Querías un trío, no? –murmuró Keigo a su oído–. Pues aprovéchalo.
Él la masturbó hasta que ella estuvo excitada y dispuesta, acariciando también su esfínter anal en el proceso. Una vez que Hawks consideró que ella estaba lista, la penetró nuevamente, aunque esta vez por detrás. A Azure le resultó menos doloroso en esta ocasión (seguramente porque el miembro de Endeavor ya había abierto el camino), comprobando una vez más que era igual de delicioso que ser penetrada por delante. Enji los contemplaba sin saber exactamente cómo interrumpirlos a pesar de que deseaba hacerlo, pero entonces Azure abrió más las piernas y le hizo señas para que se acercara.
– Kei es de los que empiezan a divertirse sin esperar a los demás, pero todavía hay un sitio reservado para usted –comentó, con voz lasciva–. No tiene por qué quedarse fuera.
Endeavor no respondió, pero se acercó a Azure e introdujo su pene erecto en la única entrada que quedaba disponible, tan lubricada que todo resbaló con facilidad. Fue un poco complicado al principio, pero después los tres se acoplaron perfectamente y ambos hombres entraban y salían del cuerpo de la mujer a voluntad.
– ¡Los dos son increíbles en esto! –gritó Azure–. ¡Son los mejores!
– Eres tan deliciosa como imaginaba –musitó Enji para sí mismo, aunque los otros dos lo escucharon.
– ¡Y qué bien te mueves! –exclamó Hawks, no queriendo quedarse atrás.
Durante los siguientes minutos sólo se escucharon gemidos, suspiros y jadeos, mezclados con algunas frases destinadas a enaltecer a los amantes. Enji penetraba con fuerza, Keigo se movía con rapidez, Azure se retorcía y los tres gemían, presas del placer. Sintiendo que el orgasmo estaba cerca, Enji sacó su enorme miembro y eyaculó sobre el vientre de Azure; Hawks dio dos penetradas más y también llegó a la cúspide del placer, aunque sin salirse de ella; Azure, por su parte, sacó un chorro de líquido y se arqueó hacia atrás cuando el éxtasis la alcanzó a ella.
– Ah, quel délice! –soltó Azure, feliz–. ¿Cómo no llegar al orgasmo con tan dos buenos amantes?
– ¿Con esto será suficiente o quieres más? –cuestionó Keigo, quien se sentía exhausto.
– No lo sé –replicó Azure–. Los dos son tan increíbles amantes que quisiera que me lo hicieran toda la noche.
Pero por el momento quizás era suficiente, el sexo es cansado hasta para el más vigoroso de los amantes. Los tres se quedaron recostados sobre la cama, en un estado de duerme-vela que los sumió en la dicha del placer satisfecho por un rato. Un tiempo indefinido después, Keigo se quedó dormido y lo despertaron unos gruñidos desesperados; él abrió los ojos y vio a Enji encima de Azure, penetrándola salvajemente mientras ella se retorcía del placer. Ambos estaban perdidos en el gozo, él se había convertido en un hombre que poseía a una mujer sin pensar en nada más y ella se dejaba poseer como si Endeavor fuera su pareja y no Hawks. Éste no supo que pensar al verlos, se suponía que Enji estaba ahí como parte del trato, pero para formar un trío, no para hacerle el amor a Azure en solitario.
Sin embargo, Keigo no se atrevió a interrumpirlos y los vio tener sexo, vio a Enji lamer los rosados pezones de Azure, vio a Azure mordiendo los pectorales de Enji, vio a éste montándose sobre Azure para penetrarla con fuerza y después ponerla de espaldas para cogérsela por detrás mientras apretaba y azotaba sus glúteos con sus manos. Keigo no sabía si ellos eran conscientes de que él podía verlos y/o escucharlos, pero se dio cuenta de que la visión lo estimulaba y empezó a masturbarse. En algún punto los jadeos de Azure ya eran gritos auténticos de placer y culminó con último jadeo final, mientras Endeavor se corría dentro de ella, sin importarle en lo más mínimo las consecuencias. Hawks se incorporó entonces al sentir que su propio orgasmo estaba cerca y se descargó sobre la espalda de Azure.
– Oh, querido, lo siento –murmuró ella, al darse cuenta de que Keigo los había visto–. Al principio sólo iba a chupársela, pero una cosa llevó a la otra y terminamos haciéndolo sin ti.
¿Acaso había algo de malicia en su voz? Quizás, pero en ese momento a Hawks no le importó.
– Está bien –aceptó–. Lo que te haga sentir mejor.
Enji se veía avergonzado, consciente de que había cruzado el límite al poseer a la novia de un compañero de trabajo, por mucho que los tres hubieran estado de acuerdo en ello. Tal vez el problema estuvo en que, aunque quisiera negarlo, la química que había entre Endeavor y Azure era más explosiva que la había entre ella y Hawks.
En cualquier caso, un rato más tarde Azure le hizo una felación a Enji mientras masturbaba a Keigo con una mano, para que después ambos se turnaran para hacerle sexo oral. Una vez que los tres quedaron satisfechos con los servicios prestados entre ellos, se quedaron dormidos en la enorme cama King-size, con Azure en medio de sus dos amantes. Ella despertó cuando ya estaba muy avanzada la mañana; se giró y vio a Keigo acostado junto a ella, sonriéndole.
– Buenos días, Azure-san –saludó Hawks–. ¿Pudiste dormir anoche?
– Ya sabes que no, Kei –sonrió Azure y lo besó–. No realmente.
La francesa se giró entonces hacia el otro lado y vio a Enji mirándola, con la vergüenza y la satisfacción reflejada a partes iguales en sus ojos color turquesa.
– Buenos días –saludó Endeavor–. ¿Desea dormir ahora, doctora?
– Ya sabe que no, monsieur Todoroki –sonrió Azure y lo besó también–. No realmente.
¡Qué más daba! Nunca más volverían a estar en una situación semejante, así que había que aprovechar. Un par de horas después, cada uno abandonó la habitación por separado.
– ¿Disfrutó su estancia, doctora Bourgeois? –preguntó el recepcionista a Azure, quien fue la última en salir y, por tanto, quien entregó la habitación.
– Oui –expresó ella, muy feliz–. Ya lo creo que sí.
Keigo le había dicho que la vería más tarde; Azure sabía que el hombre nunca le haría un comentario sobre esa noche, pero sabía también que esa experiencia no la iba a olvidar jamás.
Dos semanas después, a Endeavor le llegó un mensaje de un número desconocido, pidiéndole que se reunieran en el vestíbulo del hotel en donde había pasado esa placentera noche con Azure y Hawks. Temiendo que alguien los hubiese visto y quisiera incriminarlo, Enji se presentó con actitud de pocos amigos, dispuesto a cualquier cosa con tal de evitar un escándalo. Sin embargo, para su enorme sorpresa, la que estaba esperándolo era Azure, quien se acercó a él con la intimidad y la confianza de una amante.
– Me alegra que hayas venido –lo tuteó ella por primera vez–. Esta noche estoy sola y me preguntaba si querías hacerme compañía.
Había muchas cosas negativas en esas simples oraciones, así como hubo muchas cosas negativas la última vez que ellos estuvieron juntos; por tanto, lo correcto sería que Enji se negara a esa petición, se disculpara y se marchara, pero las palabras que salieron de su boca no eran lo que debieron ser.
– ¿Qué hay de Hawks? –preguntó.
– Oh, se fue de misión con Lady Nagant. –Azure hizo un falso puchero–. Lo más seguro es que pase entre ellos lo mismo que pasó la última vez. ¿Me harás compañía entonces, Enji?
Probablemente eso no era verdad, Keigo no se arriesgaría a cometer el mismo error una segunda vez, mucho menos conociendo el alto precio que tuvo que pagar para que la médica francesa lo perdonara. Sin embargo, Enji no estaba seguro de querer creer que lo que Azure le había dicho era falso; así pues, la miró a los ojos, asintió con la cabeza y permitió que la joven lo llevara a su habitación.
Fin.
Notas:
– Enji Todoroki/Endeavor, Keigo Takami/Hawks y Lady Nagant le pertenecen a Kohei Horikoshi ©.
– Azure Bourgeois/Nuit es un personaje creado por Lily de Wakabayashi.
– Este fanfic no está ligado a la historia oficial que tengo para mi Azure y Enji Todoroki en el universo canónico de BnHA; al igual que mis otros fics, “Descendiendo a lo profundo”, “Perfidia” y “Sin salida”, escribí esto como algo que se desarrolla en un universo distinto al mencionado.
– La primera versión de esta historia la escribí en el año 2006 con dos personajes canon del anime Captain Tsubasa y mi OC principal de ese universo, bajo el título “Ménage a trois”; en el 2018 la edité por primera vez para cambiar a los personajes canon por otros dos distintos del mismo anime y a mi OC lo sustituí por la novia oficial de uno de ellos, y ahora por motivos varios decidí reescribir este fic por completo para adaptarlo al universo de BnHA, con otro nombre y distinto contexto, nomás por complacerme un capricho. La segunda versión con los personajes de Captain Tsubasa la encuentran en mi cuenta de Adult Fanfiction.
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