El vecino de Tyra Banks | By : El8Culpable Category: Spanish > Celebrity Views: 387 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: Esta es una obra de ficción. NO sucedió fuera de la imaginación del autor. Su único personaje real es la famosa que aparece en este, a la cual no conozco personalmente. No he ganado ni un puto centavo con la escritura de esta historia. |
ADVERTENCIAS:
La versión original de esta historia fue publicada el 29 de mayo de 2019.
Está ambientada en Estados Unidos, un país que no he visitado (de hecho, nunca he salido de mi país natal). Espero que este hecho explique todas las imprecisiones acerca de cómo son las cosas en esa nación que pueda contener la historia.
Este relato no está incluido en la categoría “AFFO” porque, si la buscan, podrán encontrar la versión original de esta historia en otra parte del internet.
Le he realizado algunas modificaciones que espero que lo hagan más disfrutable.
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA
Tyra Banks dio otro sorbo a su Martini antes de suspirar y dejar que una sonrisa se dibujara en su rostro. Ella tomaba el sol al borde de la piscina de su mansión, vistiendo únicamente un diminuto bikini rojo. Estaba tomándose unas vacaciones de las grabaciones de sus shows de TV y, en esos momentos, pensaba en lo fabulosa que era su vida. Tenía toda la fama y fortuna que podría desear. “¿Podría haber algo que me falte?” Después de pensar por unos instantes, se respondió a sí misma con un suspiro de añoranza “sí: me hace falta una polla”.
En ese preciso momento, escuchó un sonido proveniente del seto que rodeaba el otro extremo de su piscina. Ella se incorporó y miró en la dirección de dónde vino el ruido. Sí, definitivamente algo estaba haciendo que se movieran los arbustos.
—¡Hey! —gritó antes de correr hacia el lugar donde vio el movimiento. Cuando llegó a ese punto, encontró, sentado en el suelo y tratando de esconderse, a un jovencito enredado entre las ramas—. ¿Cuál es tu nombre? —le preguntó intentando no sonar intimidante.
Al principio el chico no dijo nada. Sólo se quedó sentado en silencio y con la mirada clavada en el suelo entre ellos. Tyra tuvo que preguntarle de nuevo para que respondiera en voz muy baja: “Liam”.
—¿Nadie te dijo que no es de buenos modales meterse en los patios ajenos sin permiso… Liam…? —dijo ella con una sonrisa y un tono traviesos, intentando ponerle algo de humor a la situación.
—Lo… lo… lo siento… —fue todo lo que el chico pudo tartamudear, casi inaudible.
Tyra creía que era el hijo de algún vecino suyo. Estaba segura de haberlo visto por el vecindario antes. Después de otra pausa en la que ninguno de los dos dijo nada, Tyra le ordenó:
—Ponte de pie.
Tras un rato tan largo que Tyra temió tener que repetir la orden, Liam se puso de pie lentamente, por fin liberándose de los arbustos que lo habían aprisionado. Al estudiarlo de arriba abajo, Tyra no pudo evitar relamerse y morderse los labios mientras su entrepierna se calentaba y humedecía.
Liam era un muchachito precioso: su apariencia era deliciosamente femenina con su rostro de muñequita de porcelana, su tez blanquísima, sus grandes ojos azul cielo, su boquita pequeña y su largo y sedoso cabello rubio pálido; su cuerpo también lucía muy femenino, pues era delgado como una bailarina de ballet. Vestía una camiseta de color azul oscuro, unos shorts de camuflaje militar y calzaba únicamente unas chinelas.
—Soy Tyra —dijo ella de repente, presentándose, mientras le ofrecía su mano para que la apretara.
—Lo sé —dijo Liam, cabizbajo y con un temblor en su voz, mientras apretaba la mano de Tyra breve y tenuemente, antes de retirar la suya como si hubiese tocado un fierro al rojo vivo.
—Así que has escuchado de mí —replicó Tyra, divertida.
—Claro —respondió Liam, de nuevo en voz baja.
—¿Qué edad tienes? —preguntó Tyra, calentándose cada vez más y más a cada minuto que pasaba.
—Tengo catorce —contestó, de nuevo con esa voz.
Tyra bajó su mirada hacia los shorts del chico y notó que se abultaban con una imponente erección. Ella no pudo evitar sonreír y volver a relamerse los labios; ¡parecía que tenía una polla enorme para un muchacho de sólo catorce años!
—¿Yo estoy causando eso? —dijo en un tono juguetón, mientras apuntaba con un dedo hacia la entrepierna del chico.
—¡Oh, mierda! —exclamó Liam, tratando de tapar su bulto con las manos.
—Oh, no te preocupes. No importa. Esto me pasa todo el tiempo —intentó calmarlo, hablando alegremente y dirigiéndole una sonrisa radiante.
—¿Qué? —fue la reacción de Liam, que no estaba seguro de lo que había escuchado.
—Tú sabes… hombres con erecciones por mi causa. Es bueno saber que les gusta como luzco. ¿No lo crees? —continuó en un tono despreocupado.
—Eh… —confuso, fue todo lo que pudo responder.
Después de eso, estuvieron un largo rato viéndose el uno al otro a los ojos en silencio. La expresión traviesa en el rostro de Tyra no se alteró ni por una fracción de segundo. Liam sentía como si estuviese siendo hipnotizado por la mirada y la sonrisa de la sensual afroamericana.
Finalmente, Tyra rompió el silencio diciendo:
—Apuesto que te gustaría follarme, ¿no, Liam? —con una voz profunda y ardiente, acercándose al chico y haciéndolo retroceder hacia la piscina.
—¡¿Eh…?! —atragantándose, sonrojado.
—Apuesto que te gustaría hundir esa enorme polla tuya en mi apretado coño. Apuesto que quieres ponerla entre mis tetas y follarlas. Y apuesto que te gustaría correrte por toda mi cara —continuó con la misma voz.
—¡¿Eh…?! —jadeó de nuevo, ruborizándose con más intensidad todavía. Ella cada vez lo acercaba más al borde de la piscina.
—Pues… si eres un niño bueno, podría dejarte… —dijo ella antes de darle un empujón a Liam hacia el agua.
Con un grito de sorpresa y los ojos grandes como platos, Liam cayó de espaldas en la piscina y se puso a chapotear asustado y confundido. Tyra dejó escapar una carcajada y saltó al agua. Esperó hasta que el chico se tranquilizara y, una vez que lo hizo, nadó hacia él hasta quedar cara a cara.
—Dime, Liam, ¿alguna vez has tenido sexo? —preguntó con la misma voz sensual de antes.
—No —fue todo lo que pudo responder con voz ahogada, desorbitando los ojos.
—¿Entonces… eres virgen? —continuó con la misma voz, sintiendo que se calentaba todavía más.
—Sí —respondió Liam bajando la mirada avergonzado y volviendo a sonrojarse.
—¿Alguna vez has besado a una chica? —prosiguió Tyra.
—No —con una voz que revelaba el dolor que le producía esa verdad.
—¿Te gustaría que yo fuese la primera? —ofreció Tyra, sintiendo que el calor y la humedad de su sexo se volvían insoportables.
—Umm… está bien —respondió Liam, muy inseguro.
—Ven aquí entonces —fue todo lo que dijo Tyra antes de rodear el cuello del chico con sus brazos y besarlo con pasión.
Al principio, Liam se tensó pero poco a poco fue relajándose y le devolvió a Tyra la intensidad que le dedicaba. La supermodelo se dio cuenta, con sorpresa, de que el muchacho era muy bueno besando. Ella separó los labios del chico y le ofreció su lengua, que él chupó goloso. Dejó de rodear el cuello de Liam con sus brazos e hizo que una de sus manos jugara con las perfectas nalguitas del adolescente mientras que la otra masajeaba su imponente polla a través de sus shorts. Para no quedarse atrás, Liam hizo que una de sus manos estrujara los opulentos melones que Tyra tiene por tetas mientras la otra dedicaba su atención al portentoso culazo de la afroamericana.
Después de un rato muy largo haciendo esto, Tyra rompió el beso y dijo con voz soñadora “eres magnífico besando” antes de alejarse un poco del chico para, de repente, salpicarlo con agua en la cara.
—¡Hey! —exclamó Liam, riendo, antes de devolverle el favor. Así fue como comenzó una guerra de agua. Tyra y Liam nadaban por la piscina, salpicándose furiosamente mientras reían a carcajadas como un par de niños pequeños.
El combate sólo llegó a su fin cuando Tyra rodeó a Liam con sus brazos para repetir el beso apasionado al que se habían entregado anteriormente. Después de un largo rato así, Tyra y Liam simplemente se quedaron abrazados mucho tiempo, sonrientes y con los ojos cerrados, meciéndose ligeramente mientras flotaban en el agua. Fue Tyra la que rompería el silencio diciendo:
—Dime, Liam… ¿todavía quieres follarme? —con una voz baja y sensual.
—Sí… —fue todo lo que respondió él, en un susurro.
—¡Pues primero tendrás que atraparme! —replicó ella con una alegre carcajada, a la vez que le daba al chico un violento empujón y se alejaba nadando de él.
El sorprendido efebo buscó a la supermodelo con la mirada y la encontró saliendo de la piscina. Parecía que Tyra iba a salir corriendo pero, justo antes de eso, se volvió hacia el muchacho, puso los brazos en jarras y, aun riendo, exclamó:
—¡Vamos, Liam! ¿Qué esperas?
El interpelado finalmente se dio cuenta que era lo que se esperaba de él y, sonriendo, empezó a nadar hacia donde estaba Tyra. Cuando estaba a punto de salir de la piscina, chorreando agua, esta salió disparada por el jardín, mientras volvía a dejar que se oyese su risa. Ambos reían escandalosamente mientras Liam perseguía a Tyra por todo el lugar, ella provocándolo con numerosos y alegres “¡no me vas a alcanzar!”
Finalmente, Liam alcanzó a Tyra y, sin dejar ambos de reírse, la arrojó al suelo del jardín y la puso en cuatro patas, el perfecto culazo de la negra apuntando hacia el cielo. Después, le arrancó con violencia su tanga, le dio una sonora nalgada, le pasó la lengua por toda la longitud de la raja de su culo y, finalmente, bajándose sus shorts y exponiendo un miembro enorme que era difícil creer que estuviese unido a un chico tan femenino, comenzó a follársela analmente.
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Tyra dejó escapar un profundo y largo gemido al sentir la gruesa verga de Liam entrando por su trasero, el cual se convirtió en una interminable sucesión de chillidos breves y agudos a medida que el chico se la metía y se la sacaba a un ritmo más veloz mientras se aferraba a las caderas de ella como si su vida dependiera de ello, sus tetas rebotando como locas con cada poderosa embestida del semental de 14 años. Al mismo tiempo, él empezó a llamar a la supermodelo y presentadora de TV “puta”, “perra”, “zorra” y todos los demás sinónimos de “prostituta” que se le ocurrían. Esto hizo que se dibujara una sonrisa de oreja a oreja en el rostro de Tyra: ¡a ella le gustaba que sus hombres hablaran sucio!
Después de un rato, Liam también le arrancó a Tyra el top de su bikini y se aferró a los famosos melones de la afroamericana como antes había hecho con sus caderas. Mientras continuaba follándosela analmente (pero aumentando la velocidad de sus movimientos hasta un ritmo casi frenético, haciendo que de la garganta de ella ahora salieran gritos desaforados, el pubis del adolescente produciendo música celestial al impactar contra los glúteos de la negra), las manos de Liam exprimieron y hundieron sus dedos profundamente en esas opulentas tetas, retorcieron y jugaron con los pezones y, en resumen, hicieron todo lo que el chico siempre había soñado con hacerle a las chichas de una mujer.
Al finalizar esta larga sesión anal (que terminó con otra sonora nalgada en las posaderas de la celebridad afroamericana), Liam se puso de pie e hizo que una arrodillada Tyra Banks le rindiese culto a su polla. A la supermodelo le gustaba adorar las pollas largas y gordas y la de Liam era la mejor que había visto en su vida. De inmediato se dedicó a usar todos sus trucos con ella, masturbándola con sus manos, labios, lengua y dientes, demostrando su poder de succión, metiéndosela entera hasta que su nariz quedaba aplastada contra el pubis del efebo y cubriendo el miembro y las bolas del chico de una espesa capa de reluciente saliva. Mientras hacía esto, Tyra hacía los ruidos más obscenos y escandalosos imaginables, dejando perfectamente claro que era lo más delicioso que alguna vez se hubiese metido en la boca.
Una vez que el falo quedó perfectamente lubricado, Tyra se lo puso entre las tetas e hizo que el muchachito se las follara. A ambos les encantó esto: a Liam el sentir su carne siendo aplastada entre dos ubres gigantescas y a Tyra el tener un salchichón subiendo y bajando con furia entre sus senos. Tyra se lo quitó brevemente de entre sus montañas para restregarse el enrojecido glande en los endurecidos pezones sólo para volver a exprimirlo con sus sandías. Pero la supermodelo pronto empezó a extrañar el sabor del miembro del chico, así que interrumpió eso para volver a darle una mamada de campeonato.
Liam se sentía en el paraíso. ¡Él no podía decidirse que le gustaba más: si meter su pene por el culo, la boca o entre las tetas de Tyra Banks!
Pero la presentadora de TV pronto quiso tener algo de diversión para ella también, así que hizo que el efebo se acostara en el suelo, con su orgulloso mástil erguido por los aires, y ella se sentó sobre este. Mientras Tyra subía y bajaba por esa sólida y poderosa estaca de placer, empalándose con tanta alegría como furioso abandono, dejaba escapar auténticos alaridos de lujuria y satisfacción y regalaba al muchacho el show de sus tetotas rebotando de una forma espectacular. Para su semental de 14 años esta imagen resultó ser demasiado tentadora y, al poco rato, medio se incorporó, para que su boca devorara las frutas de chocolate que se le ofrecían mientras sus manos descargaban nalgadas tan sonoras como juguetonas sobre los glúteos de la diosa de ébano, todo lo cual hizo que los aullidos de esta fuesen aún más feroces, por mucho que esto pareciera imposible.
Cuando Tyra estuvo satisfecha de follar desde esta posición, se dio media vuelta y dedicó varios minutos a subir y bajar por su miembro de la misma manera, sólo que dándole la espalda al chico. Mientras ella continuaba follándoselo, él hizo que sus manos rodearan el cuerpo de la diosa negra y volviesen a ordeñar sus ubres como si quisiesen arrancárselas.
Esa cabalgata fue tan intensa que Tyra no pudo evitar estallar en un salvaje orgasmo que la hizo dar auténticos aullidos de loba en celo. Una vez que las últimas marejadas de placer de este se hubieron calmado, Tyra se quitó de la espada de placer de su semental de 14 años y dedicó varios minutos a masturbarla con sus pies. Al terminar de hacerlo, la supermodelo volvió a demostrarle al chico sus talentos como tragasables, dejando su miembro perfectamente limpio, lubricado y reluciente de saliva.
Cuando Tyra terminó de comer salchicha, Liam volvió a ponerla en cuatro patas para cabalgar analmente esta briosa yegua negra. Después de eso, hizo que Tyra se acostara boca arriba en el suelo, se pasó las largas y perfectas piernas de ella por sus hombros, se agarró con fuerza a los famosos melones de la afroamericana y comenzó un brutal y rapidísimo mete-y-saca que convirtió a la famosa en un instrumento musical afinado para producir sólo ruidos sexuales obscenos y estridentes y que él tocaba tanto con sus manos como con su miembro. Ella se sacaría a su semental de 14 años brevemente para volver a masturbarlo con sus pies, sólo para regresar al folleteo con inclusive más dedicación.
Tras hacer que alcanzara el orgasmo de nuevo, volvió a poner a Tyra en cuatro patas para montarla analmente. Él acababa de decidir que era de los que preferían el sexo anal al vaginal (y más tratándose del trasero de Tyra Banks, que parecía hecho para ser desfondado por los hombres). Al mismo tiempo, cubría los glúteos de la negra de nalgadas, las tetotas de la presentadora de TV rebotando como locas, tiraba de la hermosa melena de ella como si quisiese arrancársela y le repetía una y otra vez con lujurioso desprecio “¿te gusta esto, puta?”, lo que le encantaba a la famosa. El semental de 14 años haló de la cabeza de la supermodelo hasta acercar la boca de ella a la suya lo suficiente para compartir un apasionado beso de lengua mientras la verga del chico aún estaba hundida profundamente en su trasero… sólo para, una vez roto el beso, follársela con aun más violencia.
Una vez que logró que Tyra alcanzara el orgasmo tan sólo con sexo anal, volvió a acostarla boca arriba para transformarla de nuevo en un instrumento musical que sólo producía ruidos sexuales. Se la cepilló de esta manera hasta que sintió que estaba a punto de estallar, momento en el cual se puso de pie e hizo que una boquiabierta Tyra Banks se arrodillara ante su imponente barrote de carne. La presentadora de TV sólo tuvo que darle al glande una lamidita para que Liam finalmente estallara con un bramido triunfal en una eyaculación que parecía no tener fin, dejando el rostro y las chichotas de la afroamericana más sexy del mundo cubiertos de una gruesa capa de espesa, cálida, blanca y deliciosa lechita. El semen de Liam parecía resplandecer sobre la tez de chocolate de la supermodelo. El muchacho después fue recompensado con un show único que muy pocos privilegiados han podido ver: Tyra usando sus manos para recoger la blanca sustancia y llevársela a la boca, chupándola de sus dedos y palmas y tragándola mientras hacía ruidos obscenos y exagerados que daban a entender cuanto estaba disfrutando del sabor y miraba a su amante de forma malévola. Todo mientras los labios de ella se curvaban en una gran sonrisa radiante.
Ellos estarían así, Liam de pie y Tyra arrodillada, recuperando el aliento entre jadeos, por un largo rato, hasta que la negra dijo:
—¿Te gustó, papi? —aun sonriendo.
—¡Sí! ¡Mucho! —exclamó él, riendo nervioso.
—Pues aún no hemos terminado —respondió ella, mientras se ponía de pie y agarraba al chico por la polla (que, milagrosamente, todavía lucía su increíble solidez) para arrastrarlo a su mansión.
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Estuvieron follando toda la tarde, de todas las formas imaginables. Sólo se separaron cuando empezó a anochecer, para que el chico volviese a casa y sus padres no se preocuparan. Durante los siguientes días, continuarían entregándose al frenesí sexual. No es sorpresa que, al poco tiempo, Tyra descubriera que estaba esperando un bebé de Liam.
FIN
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