La misión diplomática | By : RC Category: Spanish > Anime Views: 23943 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: Naruto no me pertenece, ni tampoco sus personajes. Tampoco consigo beneficio económico escribiendo. |
Aquí les traigo otra historia, esta vez en español. Aviso de que contiene lemon con infidelidad (NTR), y puede que a algunos no les guste. Muchas gracias de antemano, ¡espero que les guste!
Después de los eventos de The Last :
Han pasado dos meses desde los eventos ocurridos en la luna. Dos meses desde que Toneri Otsutsiki raptara a su hermana Hanabi y se apoderara de sus ojos. Dos meses desde que ella intenta rescatarla y casi acaba casada con el susodicho Toneri. Dos meses desde que el amor de su vida, Naruto Uzumaki, finalmente le dijera que la amaba. Dos meses desde que comenzaron una relación de pareja. Para la Hyuga era un sueño hecho realidad, tras una vida detrás de él, admirándolo y apoyándolo desde lejos, el poder caminar a su lado la hacía casi desmayarse de ilusión. En el poco tiempo que llevaban saliendo, el rubio se había mostrado como un novio impecable, demostrando sus sentimientos hacia ella, integrándose en las labores del clan; todo ello manteniendo su estilo alegre y apasionado que había salvado al mundo. Hinata fantaseaba, pues en su opinión solo era cuestión de tiempo que la relación se afianzase y Naruto pidiera a su padre su mano en matrimonio.
Por otro lado, no todo era coser y cantar con Naruto, pues había dos hechos que ocasionaban ciertas fricciones en la pareja. Uno era el antiguo sueño del Uzumaki en convertirse en Hokage. Hinata entendía y apoyaba totalmente el objetivo de su novio, incluso lo ayudaba aplicando todo lo que ella había aprendido en su formación cuando era la heredera de su clan. Sin embargo, el entrenamiento ocupaba mucho tiempo, pues era necesario afianzar las relaciones con las otras aldeas y países, no del todo cerradas las heridas de la Cuarta Guerra Ninja. El rubio, como futuro líder de la aldea de la Hoja, pasaba fuera de ella cierto tiempo en misiones diplomáticas, ya que el actual Hokage, Kakashi Hatake no era dado a la política y relaciones sociales, por lo que recayeron en el Consejo y Naruto asistir a las reuniones. Naruto solía ir acompañado, e incluso en alguna ocasión Hinata había podido ir con él en sus misiones. Justamente éste fin de semana se iba a celebrar una reunión de las Cinco Grandes aldeas en el país del arroz, y afortunadamente Naruto había logrado invitar a la peliazul.
Llegó el día de partir hacia el país del arroz, la pareja partió con media docena de consejeros de distinto rango, escoltados por un grupo de jonin. La escolta era más bien simbólica, pues el Uzumaki se bastaba el solo con su enorme poder para solucionar cualquier problema que surgiese. Así, llegaron por la noche al sitio de destino para la reunión de aldeas: un lujoso balneario de aguas termales. El país era una famosa región turística, y habían decidido reservar el mejor balneario, lo que demostraba el bienestar de las relaciones entre las aldeas. Más que una misión diplomática serían unas vacaciones, al menos eso era lo que Kakashi les había asegurado. Ciertamente el lugar era espectacular, pensó Hinata nada más entrar en él. El edificio tenía un aire clásico desde el exterior, para nada lujoso, pero el interior estaba totalmente siguiendo la moda. La recepcionista les explicó que había sido reformado al acabar la guerra, contando las distintas personalidades que se hospedaron en él. A continuación, les mostró su habitación, una auténtica suit con cama de matrimonio.
Cansados por haber viajado todo el día, deshicieron su equipaje y se prepararon para dormir en la amplia cama. No era algo nuevo para la pareja, el dormir juntos, pues ya durante alguna misión de reconocimiento lo habían hecho. Durmieron tranquilamente, despertándose temprano a la mañana siguiente para asistir a la reunión. Ésta tenía lugar en el salón de baile, que había sido adaptado para acomodar a las distintas partes participantes, con mesas repletas de comida para ir picando durante el debate, que ocuparía buena parte del día. Ya en la sala, Hinata acompañaba al rubio, que la iba presentando a los dirigentes de las aldeas con su típica sonrisa zorruna, pero acompañada de un ligero sonrojo. La peliazul saludó al Kazekage Gaara, que ya conocía personalmente por las recientes visitas acompañado de su hermana Temari (sin duda, para ver a Shikamaru). Saludaron a los demás, siendo lo único destacable las asperezas con Kumo y su kage, A, que se la quedó mirando a los ojos, acordándose quizás del intento de secuestro que sufrió hace tantos años y que se saldó la vida de su tío, además del brazo perdido por el Uchiha (reemplazado por uno prostético, similar al del propio Naruto).
El motivo de la reunión era debatir los acontecimientos ocurridos en la alianza durante los últimos meses. Siempre había bandidos y ninjas fugitivos que no estaban de acuerdo con la paz actual y que intentaban causar un poco de caos y ganarse la vida. Además, ultimaron los últimos detalles de acuerdos comerciales entre los países aliados, que sin duda beneficiarían a todo el mundo. Un tema importante fue adaptar las aldeas de ninja al creciente uso de la tecnología. Gracias a ella, la comunicación entre la alianza sería rápida y sencilla. Hinata y Naruto, junto con los consejeros defendieron los intereses de la Hoja. La reunión acabó bien entrada la tarde, por lo que tras una cena ligera cada uno se retiró a su habitación a descansar.
"Ah, estoy muy cansado, me va a explotar la cabeza, de veras" se quejó el rubio en cuanto llegaron a la habitación. Se tumbó en la cama, y empezó a cambiarse para estar más cómodo. Hinata sonrió.
"Lo bueno es que ya se ha acabado. Podríamos bajar a las aguas termales a relajarnos un poco, Naruto-kun".
"¿Eh? Pero si la semana pasada estuvimos en los baños de la aldea, cariño". Hinata se encogió de hombros, y siguiendo el ejemplo de su novio empezó a desvestirse. Naruto observó desde la cama el striptease involuntario de su novia. Con una sonrisa maquiavélica, dijo:
"Además, prefiero tenerte aquí para mi solo"
A Hinata se le colorearon las mejillas, viendo al rubio acercarse. La besa despacio, llevándola a la cama y colocándose sobre ella. Mientras Naruto la besa, la peliazul no puede evitar recordar el otro leve problema de su relación: el sexo. Sí, la impaciencia les había vencido, y al poco de empezar a salir se entregaron mutuamente. Ambos eran vírgenes, y por tanto era normal la torpeza de las primeras veces. Hinata tenía muchas expectativas, de siempre había fantaseado cómo sería el rubio en la cama, y hasta el momento no podía quejarse, pero tampoco estaba satisfecha. Naruto era muy atractivo, había acabado siendo alto y muscular, a diferencia de su niñez. Tenía un pene de un tamaño normal, de unos 15 centímetros, ni grueso ni delgado. Nada del otro mundo, pero tampoco una vergüenza. Eso sí, era muy dedicado, y aunque no siempre conseguía que Hinata llegara al orgasmo, ponía todo su empeño en que ella se lo pasara bien en la cama. Ella suponía que conforme adquirieran experiencia el sexo mejoraría, y su duda quedaría atrás.
Mientras tanto, Naruto se había desnudado e intentaba desabrocharle el sujetador a Hinata, para liberar los suculentos pechos de la Hyuga. Riendo suavemente, Hinata lo detiene y se lo quita ella misma. Aprovecha para quitarse también las bragas y quedando todos sus atributos a la vista. El rubio ataca como un rayo los senos de su novia, los besa con entusiasmo a la vez que acaricia con sus dedos los pezones.
"De veras que tus pechos son increíbles, Hinata-chan. Podría lamerlos todo el día y no me cansaría"
"Mmmm" Hinata soltaba pequeños gemidos cada vez que sentía su lengua lamer los pezones, que estaban ya duros como una roca del asalto. Alentado por la respuesta de su novia, el rubio comienza a frotar su pene erecto contra la entrada de la vagina.
"Ahh, Naruto-kun..."
Naruto sentía que iba a explotar si no la penetraba, por lo que colocó la cabeza de su miembro sobre los labios y penetró con fuerza, metiendo unos pocos centímetros. Hinata soltó chillidito de dolor, todavía no estaba lo suficientemente lubricada.
"Lo siento mucho, mi amor. Intentaré ir despacio para que no duela"
"Sí..."
El rubio sacó por completo su miembro y volvió a penetrar la estrecha vagina, ganando unos pocos milímetros. Repitió este proceso una docena de veces, hasta que logró meterlo por completo. Una vez aquí, Naruto comenzó un suave vaivén con sus caderas. Hinata cogió la boca del rubio y la devoró, soltando gemidos al ritmo de la penetración. Notaba cómo el pene de Naruto rozaba ligeramente sus paredes vaginales, y poco a poco sus flujos lubricaron sus movimientos.
Naruto gemía, verdaderamente Hinata era estrecha, con un cuerpo de ensueño. Notó como pasaban 10 minutos, y sintió que llegaba su orgasmo. Aunque Hinata gemía de forma placentera, no se había corrido todavía. Aumentó la fuerza de la penetración para intentar llegar a la vez.
"¡Mmm, mmm! Naruto, no pasa nada, consigue tu propio placer" Hinata se había dado cuenta de los esfuerzos de su novio, y aunque resignada, apoyó al rubio.
Naruto la cogió de las caderas y tras unas cortas penetraciones se corrió dentro su novia. No había ningún problema, pues la peliazul estaba tomando medidas para no quedarse embarazada. Salió de la estrecha cavidad de su novia, y para compensar el no haberla llevado al orgasmo, Naruto comenzó a lamer el clítoris.
"¡AH! ¡Narutoooh!"
Sorprendida, Hinata dió un respingo. La lengua rozaba sin parar su hinchado clítoris, y tras unos cuantos lametazos, la Hyuga se corrió en la boca de su novio. Satisfecho, el rubio dió unos pocos lametones más y se tumbó en la cama al lado de la peliazul. Ambos habían quedado complacidos por el sexo. Cansados, se durmieron al poco.
Hinata abrió los ojos y encontró que todavía era de noche. Miró el reloj de mesa. Sólo eran las 2 de la madrugada. Intentó volver a dormir, sin éxito. Notando que estaba un poco sudada, se planteó tomar un baño.
"No estaría mal refrescarse... Mm, podría bajar a los baños termales, a estas horas de la noche seguro que no hay nadie" Susurró suavemente para sí misma la ojiperla.
Decidido. Fue al armario y cogió las toallas. Abrió la puerta y se asomó, el pasillo totalmente desierto. Recorrió el edificio hasta llegar a los vestuarios, donde dejó las toallas y se dirigió al jardín donde se encontraban las aguas reservadas para mujeres. Aún siendo tan tarde, la zona era de clima cálido, por lo que las calientes aguas desprendían una apetecible neblina. Hinata se sumergió en el agua, suspirando por lo caliente que estaba. Se relajó por un tiempo, notando como se distendían sus músculos.
"Ahh, que buena está el agua"
La tranquilidad fue interrumpida por un chapoteo de agua, que despertó a Hinata de su momento de paz. Siguiendo la fuente del sonido, se acercó a la valla de madera que separaba la zona de mujeres de la zona de hombres. Un ligero chapoteo de agua, como si alguien estuviera bañándose se escuchaba. La curiosidad le picó a la peliazul, pero no podía ver quién había al otro lado. Sin embargo, un par de metros a su derecha descubrió un agujero. Intrigada, se asomó por el orificio, logrando ver el estanque de los hombres.
La persona que resultó estar al otro lado era un hombre ancho, musculado y de piel oscura, que Hinata había conocido ese mismo día: era el Raikage de Kumo, A. El ninja de Kumo estaba nadando en las aguas, llegó al borde del estanque y salió de él. Hinata se sonrojó al ver el firme trasero, acompañado de unas firmes piernas y una ancha espalda. Debería dejar de mirar, pensó Hinata. Está bastante bueno...
En contra de lo que decía su cabeza, siguió mirando. Pero entonces el Raikage se giró y la parte delantera de su cuerpo quedó a la vista. Hinata notó como se le desencajaba la mandíbula de la sorpresa. ¡El Raikage tenía un pene enorme! Su miembro debía de ser de largo casi lo mismo que el de Naruto, e igual de grueso, ¡pero ni siquiera estaba erecto! Debajo del largo pene, se intuían unos testículos de buen tamaño, todo completamente rasurado. De la boca de Hinata se escapó un chillido de la impresión. Asustada, se tapó la boca con las manos y retrocedió del agujero, intentando no ser descubierta.
Para su mala suerte, él la había escuchado, y girándose en su dirección preguntó:
"¿Hay alguien ahí? Si es así, muéstrate"
Su voz era potente y grave, pero Hinata permaneció callada. Encogiéndose de hombros, el Raikage se acercó a la separación, dió un potente salto y cayó en el lado de las mujeres, haciendo que Hinata se callera sobre su trasero del susto. El salto había hecho que su gran pene se bamboleara, Hinata quedándose con la mirada fija en él, ojos muy abiertos.
Habiendo visto quien era, el Kage sonrió enormemente para sus adentros. ¡Era la Hyuga! De entre todas las posibilidades, era sin duda la mejor para el ninja. Ya en la reunión, le habían presentado a la chica. Al parecer, era la novia del Uzumaki, pero A no se había enterado mucho de lo que hablaron. La Hyuga estaba buenísima, quizás fuera la mujer más bella que había visto en su amplia vida. Y ahora estaba desnuda en el suelo, con sus grandes pechos al aire, y la mirada fija sobre su miembro. Viendo la expresión que tenía, la chica no habría visto nada semejante. La sonrisa interna de A se ensanchó todavía más.
"Bueno, bueno, qué tenemos aquí. ¿No estarías espiándome, verdad?" Ante la rápida negación, el Raikage siguió. "No importa, te perdono"
Hinata tragó saliva, no era capaz de articular palabra, pero asintió con la cabeza. Sin embargo, a pesar de lo dicho, el Raikage no se iba. Siguió ahí, como esperando alguna respuesta por parte de ella, pero Hinata no podía parar de contemplar su largo miembro. Él se dió cuenta, y se rió.
"¿No has visto una polla en tu vida, Hyuga? Seguro que tu novio no la tiene ni la mitad de grande que yo"
Hinata no respondió, pero su expresión decía todo. De verla desnuda, el Raikage se comenzó a excitar, notando como la sangre se acumulaba en sus partes bajas. La peliazul contempló como el miembro se hinchaba poco a poco. Si antes pensaba que era enorme, ahora, completamente erecto, parecía una auténtica anaconda. ¡Debía de medir por lo menos 25 centímetros de longitud, y sería tan ancho como su muñeca! Hinata notaba un picor en su barriga, su vagina se estaba encharcando involuntariamente.
Viendo lo que ocurría, el Raikage se acercó a la ojiperla. Agarró su mano y la colocó sobre su miembro. Hinata notó como palpitaba, con gruesas venas repletas de sangre. Movió la mano por la barra de carne, notando su firmeza. Cuando llegó a la cabeza, notó como ésta era ligeramente más gruesa que el resto, con forma puntiaguda, como acabada en punta. Asombrada todavía, comenzó a masturbar el miembro lentamente, a lo que el Raikage se estremeció de placer. Los delicados movimientos de mano de la ojiperla lograron que el tremendo pene creciera un poco más, como si fuera a estallar en cualquier momento.
"Es tan grande... No puede ser posible..." Hinata seguía estupefacta con la barra de carne caliente. Aprovechándose del ensimismamiento de la peliazul, A la sentó sobre el suave césped de los baños termales, y se colocó encima de ella. Su mano dejó de masturbarlo cuando A besó su cuello, haciéndola gemir. El Kage se adueñó de sus jugosos labios, pese a las protestas de Hinata.
"A, pare por favor, no puedo. Tengo novio ¡ah!"
Las protestas de la ojiperla fueron acalladas por el Raikage, que frotó su miembro por los mojados labios vaginales. A Hinata se le escapó un gemido detrás de otro, el Raikage no paraba de restregar con su pene la entrada.
"Mírate, Hyuga. ¡Estás chorreando! En realidad lo estás deseando, que un hombre de verdad te folle, te haga mujer"
Hinata intentó negarlo, pero en ese momento el ninja le metió un trozo de la cabeza del miembro, arrancándole otro gritito de placer. Rendida, la peliazul se dejó hacer. A la posicionó sobre el suelo, la agarró de las caderas y alineó su miembro en la entrada vaginal. De un solo impulso, se la metió hasta el fondo, perforando su estrecha vagina. Hinata notó como sus paredes acomodaban el ancho pene. Soltó un gemido gutural, su espalda arqueándose ante el invasor. Jamás se había sentido tan llena, el pene del Raikage siendo muy grande, pero que ajustaba como un guante dentro de ella. No le dolía, pues estaba completamente húmeda. A retiró lentamente el miembro, y cuando estaba justo en la entrada volvió a entrar con fuerza
"MMM AHH ¡DIOS!" bufó Hinata. Con solo un vaivén y notaba como estaba cerca de correrse, los ojos mirando hacia el cielo. A siguió perforarando el estrecho coño, admirando el curvilíneo cuerpo de Hinata. Su novio era un tipo afortunado, pues la peliazul tenía un cuerpo de ensueño, con enormes pechos, estrecha cintura pero caderas firmes y culo con forma de corazón. Todo ello acompañado de sus hermosos ojos perla, su cabello y su suave voz, hacían que cualquier hombre callera bajo sus encantos.
"¿Te gusta, Hyuga?" dijo A. "¿Mi polla follándote?"
"Ahh ¡SÍ!" ella resopló, su cuerpo con una fina capa de sudor, que hacía resplandecer su piel pálida. "Me encanta, ¡no pares!"
A sacó su miembro, las paredes vaginales apretándolo, intentando impedir que se fuera. Hinata se quejó por haber parado, pero A se recolocó sobre sus rodillas para facilitar la penetración. Volvió a entrar en la vagina, y con una sonrisa de maldad le preguntó a la ojiperla:
"Eres una auténtica putita. ¿Por qué no me dices cómo de grande soy? ¿Cómo de mejor soy que tu estúpido novio?"
Hinata tenía que mentir, aunque fuera verdad que le estaba dando la mejor follada de su vida, tenía que resistirse.
"Más grande, eres más grande" sin querer las palabras se le escaparon de los labios. "Nunca me había sentido tan llena"
El Raikage se rió, a pesar de su orgullo, el placer le nublaba la cabeza a la muchacha y había admitido su superioridad. Se escuchaban el sonido que hacía su miembro cada vez que golpeaba el lubricado conducto. Plas plas plas. El Kage decidió aumentar el ritmo, golpeando ahora el útero de Hinata con su monstruoso pene. Hinata se corrió como nunca al sentir su vientre ser golpeado.
"DIOS MÍO, ¡ME CORRO!"
Se le nubló la vista por un momento, estaba viendo las estrellas del puro placer que sentía. El Raikage no aflojó el ritmo, continuó masacrando su pobre vagina sin piedad. A pesar de que se acababa de correr en el mejor orgasmo de su vida, Hinata sentía como otro se aproximaba con velocidad.
"¡NO PARES, POR FAVOR! ¡FÓLLAME MÁS DURO! ¡SÍ SÍ SÍÍÍÍ!"
La ojiperla se había abandonado completamente a las embestidas, que provocaban descargas eléctricas por todo su cuerpo. No podía seguirle el ritmo al Kage, sentía que los músculos de sus piernas eran gelatina. Haciendo un esfuerzo, atrapó las caderas del macho con sus piernas, intentando que las embestidas llegaran todavía más adentro de su vientre.
Hinata tenía la sensación de llevar una eternidad siendo empalada por la monstruosa polla, se había corrido varias veces ya, pero el Raikage no bajaba el ritmo. ¡Menuda resistencia tenía el cabrón! En vista a esto, A la cogió, y sin sacar el miembro la giró, acomodándola en cuatro, a perrito. Agarrando ambos glúteos, los separó viendo la entrada de la vagina que acomodaba su pene. El precioso pelo se extendía por toda la espalda, notaba la suavidad del mismo rozándole el pecho.
"Eres verdaderamente perfecta, putita. No sé que es mejor, tus tetas, tu culo o tu coño"
El Raikage recomenzó sus duras embestidas, arrancando nuevos gritos y gemidos de Hinata.
"Ba-bastardo. AH MMM. ¡SÍ! Cabrón desgraciado..." le insultó la Hyuga
A se detuvo, sacando su duro pene. "¿Eso es que quieres que pare? Si me lo pides de verdad, lo haré"
Sin el negro pollón dentro, Hinata se sintió vacía. Intentó empalarse en él por sí sola, pero el Raikage no la dejó. Se rió de sus desesperados intentos.
"Por favor, fóllame, ¡haz que me corra con tu enorme pene!" A se rió aún más por el ansia de la peliazul, y le dió un azote al jugoso culo.
"Bien. Pero prepárate Hyuga, el calentamiento se ha acabado. Vas a chillar de puro placer"
Dicho esto, el Raikage comenzó un ritmo endiablado, sacando y metiendo su miembro como un poseso, dándole duro, tocándo todos los puntos sensibles de la vagina de la ojiperla. Hinata chillaba, gemía, gritaba, si lo de antes era increíble, la follada que le estaba dando ahora la abrumaba. Le estaba dando un auténtico repaso a su coño. Un orgasmo tras otro sacudía su cuerpo, como una tempestad.
"¡OH DIOS, DIOS! MÁS DURO, SÍ, ¡MÁS MÁS MÁS! NO PARES, ¡DAME MÁS!"
Los minutos pasaban y el Raikage notaba como sus testículos se contraían, cerca de llegar a su propio orgasmo. La chica Hyuga se corría una vez tras otra, disfrutando como una loca, animándole a que siguiera. Dudaba de que su pobre novio pudiera satisfacerla después del repaso que le estaba dando al estrecho coño.
Agarrándola firmemente de la cadera, A comenzó unas embestidas cortas y rápidas. Hinata giró hacia atrás la cabeza, mirándo con sus ojos perla, el sudor aplastándole el pelo. A se acercó a su oído, y le susurró:
"Me voy a correr, puta. ¿Dónde quieres que lo haga?"
"Dentro, córrete dentro de mí. ¡Dámelo todo!"
Asintiendo, el Raikage notó como se contraía su pene, y dándo una última embestida, se corrió como un animal, bañando con su espeso semen las paredes del dulce coño. Hinata notó como de la cabeza del miembro salieron potentes chorros de semen, que inundaron su vagina, llegando hasta su útero. ¡Menos mal que usaba protección! Con la enorme corrida que acababa de tener, la hubiera dejado embarazada sin duda. Cada cañonazo de esperma pintaba su interior, provocándole un mini-orgasmo.
"SÍ SÍ, AH, POR DIOS, ¡QUE BUENO!"
El Kage sacó su pene flácido, que seguía emitiendo esperma todavía. Vió como un increíble chorro del semen salía de la dilatada vagina de la Hyuga. Hinata suspiró, notaba el caliente chorro caerle hasta el suelo. Recomponiéndose, el ninja se levantó.
"El mejor coñito que he probado en mi vida, Hyuga. Podría seguir follándote, pero no puedes más, y es posible que alguien venga y nos encuentre. No querrías que te vieran así, ¿verdad?"
Con una sonrisa maquiavélica, antes de irse, A añadió: "Recuerda este día. Si quieres volver a tener un hombre de verdad, ya sabes dónde está mi aldea"
Ya sola, Hinata respiraba profundamente, recuperando el aire. Debía regresar a la habitación, dónde le esperaba su novio, durmiendo plácidamente. Se levantó con dificultad, las piernas hechas gelatina que casi no la sostenían. Fue al vestuario de mujeres, dónde se secó el sudor y se limpió todos los restos de semen con las toallas. Todavía estaba en el séptimo cielo, notaba un ligero escozor en su vagina del tremendo repaso que le acababan de dar.
Por fortuna, tampoco se cruzó con nadie en el camino de regreso. Abrió delicadamente la puerta, Naruto roncaba tranquilamente, ajeno de lo que le había ocurrido a su novia. Hinata se metió debajo de las sábanas.
No debo de contárselo a Naruto, pensó la ojiperla. Sería muy complicado de explicar. Hinata por otro lado, salivaba pensando en el enorme pene del Raikage, que la había hecho correrse incontables veces. No sabía si podía volver al pene de su novio tras haber probado esa monstruosidad. Hinata se sumió en un profundo sueño, acompañada del pensamiento del largo miembro del Kage brindándole placer. Quizás debería de solicitar en un futuro alguna misión en su aldea. A pesar de los sentimientos de culpabilidad por haberse rendido al placer, la lujuria superaba la culpa. Quiero volver a sentir ese pollón dentro de mí, me ha hecho correrme como una loca.
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