Shinobi | By : LunaSolNocturno Category: Spanish > Anime Views: 1073 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: I don't own Rurouni Kenshin. I make no money from this story. |
Capitulo uno:
Intentando solucionar.
El hombre gimió de forma ruidosa cuando las manos femeninas resbalaron por la piel de su espalda, dejo escapar un quejido y su acompañante se rió levemente ante sus exagerados gestos de placer.
-Misao.
-¿Sí? Señor Fujitamori.
-Como siempre eres la mejor.
-Gracias, se trata de mi trabajo señor.
-¿Crees que podría contratarte para que relajases a toda la oficina?
-Seria mucho trabajo pero estaría encantada de poder complacerle.
El hombre de negocios estallo en carcajadas antes de darla un enorme y sonoro beso a modo de agradecimiento, por sus excelentes servicios. Siempre le dejaba relajado y contento para volver al trabajo, merecía mucho la pena el llamarla a la hora de comer y cerrar la puerta de su despacho a cal y canto para que nadie los molestase.
-No cambies jamás Misao, ser así te dará mas clientes de los que jamás puedas imaginar.
-Le tengo el primero en mi lista Señor Fujitamori, desde que usted hablo de mi en esa reunión no paro de recibir llamadas y encargos.
Fujitamori se puso la camisa con una sonrisa y acabo por volver a su trabajo en el portátil con energías renovadas. Al momento un tono de móvil resonó por el espacio.
-Lo dicho, un motón de trabajo.
-Es lo que tiene ser una de las mejores fisioterapeutas de Tokio.
-La maldición del fisioterapeuta, así me lo dijo mi profesora el día que me gradué.
-¿El pago cómo siempre?
-El último día de mes a la cuenta. No he cambiado para nada el método.
A la salida, y como tantas otras veces, la secretaria la dejo un sobrio sobre encima de la mesa de recepción, un pequeño plus por su trabajo; Misao sospechaba que salía del sueldo de la secretaria dado el rato de respiro que la daba al venir dos veces por semana, y aunque normalmente lo cogía sin rechistar, hoy no pudo hacerlo.
-Creo que no puedo aceptarlo-dijo alargándoselo de vuelta a la joven.
-Es un plus de parte del Señor Fujitamori-respondió mirándola a los ojos-considera que lo que hace es poco por la salud de la empresa en general.
-¿Perdón?
-Gracias al tratamiento ya no es irascible con los empleados, nosotros podemos concentrarnos mejor en nuestro trabajo, y es incluso amable-señalo unas flores-las trae todos los lunes.
Misao ya no pudo decir nada, cogió el sobre con los ojos como platos, se lo guardo en la bandolera y se dedico a mirarse levemente las manos hasta que llegó el ascensor, jamas había pensado que su peculiar habilidad para encontrar bloqueos musculares y energéticos la reportara tal prestigio. Por lo menos algo bueno la había dejado la formación que recibió durante su pasado, eso, y una facilidad pasmosa para aprender cosas nuevas como pudo comprobar en la escuela de oficios.
El resto había corrido a cuenta de su recién descubierto arrojo y ganas de independencia, sí, algo muy raro en la sociedad japonesa donde todo el mundo intentaba formar parte de un todo autocontrolado, como en una colmena; pero esa época en la que sus “caprichos” personales estaban por detrás de cualquier cosa ya había terminado, ahora tras cinco años durísimos mentalmente era alguien capaz de apreciar las pequeñas cosas que tenia el día a día de su trabajo como fisioterapeuta, conocerse a si misma hasta un punto en que jamas pensó que seria capaz y de reconocer que su negocio al fin la permitía pagar algo mas que las facturas. Introdujo el ticket del aparcamiento, esperó hasta que la plataforma giró para meter la camilla desplegable en su Honda Jazz (1) y se puso en camino a la siguiente cita; justo cuando sacaba la camilla recibió un mail.
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De: Kamiya Kaoru (kamiyakaoru@kamiyakashinryu.jp) (2)
Para: Makimachi Misao (makimachimisao@gmail.jp)
Uno de los alumnos acaba de tener una mala caída, hombro derecho, ha sonado un crujido feo.
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De: Makimachi Misao (makimachimisao@gmail.jp)
Para: Kamiya Kaoru (kamiyakaoru@kamiyakashinryu.jp)
Llévalo a Takani primero, termino dos citas y voy derecha a la consulta.
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De: Kamiya Kaoru (kamiyakaoru@kamiyakashinryu.jp)
Para: Makimachi Misao (makimachimisao@gmail.jp)
OK, si Takani nos manda a otro sitio te aviso.
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Cerro el móvil, cogió sus cosas, se guardó el nuevo ticket y siguió a la secretaria que la esperaba diligentemente a las puertas del edificio donde tenia su siguiente paciente.
-Bienvenida de nuevo Makimachi.-Hizo una seña al guardia para que las dejase pasar por los tornos.
-Buenas tardes.
-Temo que no va ha poder atender al señor Gara en el momento.-La dio paso al ascensor y marcó la planta deseada.
-¿Otra reunión?
-Larga me temo -Reconoció guiándola hasta el despacho y abriendo la puerta del mismo-. Espero que en apenas unos minutos termine, sino siento que haya venido para nada.
-Si tarda tres minutos se podrá subir a la camilla según termine -Dijo guiñando un ojo.
-Al final sera una ventaja -suspiró aliviada la secretaria, al girarse hacia el interior del despacho se quedo paralizada.
Misao se asomó asustada por la reacción.
En ella estaba su peor pesadilla.
El hombre apoyado contra el escritorio abrió unos ojos tan fríos que durante unos preciosos segundos se quedo paralizada, el tiempo justo para que cinco figuras más aparecieran, aparentemente, de la nada.
-¡Seguridad!
Aoshi se puso completamente de pie y entonces Misao reaccionó, sujeto con fuerza el maletín-camilla y tensó los músculos, cuando una de las sombras se movió espero hasta que estuviera mas cerca de la puerta y entonces le lanzó el maletín a la parte superior del tórax, cerró la puerta sin comprobar si le había acertado y alcanzó a la histérica secretaria en los ascensores.
-Tú sube y metete en el primer baño que veas -tiró de ella hacia las escaleras de emergencia haciéndola reaccionar- ¿Tienes tu móvil a mano?
-Sí, no debería...
-Eso da igual ahora, cuando estés en el baño llama a la policía.
La chica asintió y salió corriendo escaleras arriba, Misao se hizo a un lado para dejar pasar a los vigilantes de seguridad. Como si fueran oponentes para la amenaza que había en el despacho. Bajo de dos en dos los escalones, en mas de una ocasión saltando el tramo completo consiguiendo descender aún mas rápido hasta que escucho un aleteo por encima de ella, freno justo a tiempo de ver como una figura humana aterrizaba delante suya: con su metro ochenta y dos de altura Aoshi imponía, pero si a eso se le añadía el uniforme onni y la gabardina que lucia... era toda una aparición. Busco a tientas la barandilla y se apoyo contra ella, jamas había contado con verle de nuevo.
Sorprendentemente sus rasgos se relajaron y la frialdad imperante en sus iris desapareció, volviendo a ser el joven del que se había enamorado.
-Jamas pensé que te volvería a ver.
Por toda respuesta saltó por encima de la barandilla dejándose caer al vacío de las tres plantas que faltaban sin pensar en él, agradeció sinceramente que sus zapatillas llevaran cámaras de aire en la suela cuando aterrizo, eran el amortiguador perfecto en caso de dar un buen salto.
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El guardia de seguridad no tuvo tiempo de de llegar a la puerta, se abrió de golpe dejando salir a una joven que de un fluido movimiento saltó los tornos y se interno en la calle.
Misao aprovecho el caos de la llegada de la policía para mezclarse con la gente que estaba a las puertas del edificio, observó como varios efectivos entraban y otros se quedaban a las puertas para evitar curiosos y la escapada a los que habían generado semejante alboroto. Comprobó que tenia todo en orden en la bandolera y se dejo llevar por el paso que la multitud marcaba para no llamar la atención, poco a poco se permitió guiar hasta la boca de metro mas cercana; compró un billete como un viajero más y mientras esperaba la llegada del tren anuló todas sus citas para el resto de la semana. Saco un móvil que jamas espero usar del fondo de la mochila.
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De: Makimachi Misao (makimachimisao@gmail.jp)
Para: Himura Kenshin (himurakenshin@anticorrupcion.jp)
Me han encontrado cuando acudía a la cita con el señor Gara, parecía que estaban allí por otro motivo.
No sé si he conseguido despistarlos, estoy en el metro, cambiaré varias veces de linea antes de salir por la mas cercana al barrio.
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De: Himura Kenshin (himurakenshin@anticorrupcion.jp)
Para: Makimachi Misao (makimachimisao@gmail.jp)
Te esperaré en el aparcamiento del 24 horas.
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Cerro el móvil y espero hasta la primera estación donde había un trasbordo a otra linea, aprovechando que iba de pie se tomo con calma lo de salir del vagón esperando en muchas ocasiones el pitido que indicaba el cierre de puertas para dar dos pasos y estar en el andén, tras varios cambios enfiló al fin la linea correcta hacia la parada donde necesitaba ir.
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El ocupante del Audi pitó cuando vio como Misao salia de la boca del metro, de un volantazo frenó sobre el paso de cebra y abrió la puerta del acompañante. La joven se deslizó en el asiento del copiloto y la tendió una bolsa: onigiris de atún y té de jazmín, todo del veinticuatro horas donde había aparcado esperando que llegara en apenas unos minutos, no en las dos horas que había tardado.
-¿Te han hecho algo?
-No, -tragó saliva relajándose contra el asiento, acallo el pitido insoportable poniéndose el cinturón y atacó el contenido de la bolsa.- solo me dedique a cambiar tanto de vagones que me despisté.
-¿Dos horas?
-Lo reconozco, me pase. -Abrió la botella con un chasquido y bebió pausadamente mientras el pelirrojo conducía el silencioso coche en el escaso trafico de las afueras de Tokio.
-Te he reservado un vuelo a Sapporo(3) para dentro de... -miró el reloj- tres horas.
-No voy a ir a Hokkaido, -cerró la botella y saco uno de los onigiris- no me mires así, podemos despistarles si hay varias Misao Makimachi yendo cada una a un sitio.
-¿Y que es lo que harás?
-Irme con la moto a Okinawa.
-Tardaras varios días.
Como miembro de anticorrupción se negaba a ese plan suicida, todo lo que quería era llevarla a un piso franco y esperarlos bien armado a que apareciesen. Pero por otro lado, la conocía desde hacia cinco años y jamas había necesitado ayuda para mantenerse fuera del radar del grupo que la perseguía, al contrario le había enseñado mas de un truco para mantener a los testigos protegidos fuera de los tan comunes “accidentes”; si ella quería irse con la moto a Okinawa estaba en su derecho, pero se llevaría lo que la había preparado hacia tiempo. Paró delante de un portón de madera tradicional muy conocido por los dos y justo a su espalda escucharon un discreto ronroneo metálico acercándose.
-¿Que hace Sanosuke con mi moto? Y por cierto Kaoru no esta aquí...
-Pero tu mochila para estos casos sí -respondió el motorista-. Gracias por acercarme la moto Sanosuke, cuando vuelva te pago la cuenta que tienes en el Akarakebo -Imitó haciendo un gesto repipi con la mano.
-Solo si tú me pagas los dos viajes de avión que estoy apunto de hacer -Respondió con una sonrisa.
-Conformate con que te traigo la moto, entera. -murmuró fastidiado.
Misao estalló en carcajadas mientras se bajaba del coche, Kaoru solo cerraba la casa cuando el viaje resultaba ser largo, cosa que apenas ocurría, por lo que podía ir cambiándose mientras sus dos amigos aparcaban; se adentro en la inmensa casa en busca de la ultima habitación de invitados, en el armario estaba guardado un mono de motorista trucado y una mochila de equipación con distintas cosas que necesitaría en su transformación, avanzó hasta el baño del pasillo y se encerró en el.
Vaciando todo en el moderno lavabo comenzó a colocarlo de forma aleatoria sobre la encimera; localizo el diminuto neceser y se hizo un moño lleno de horquillas intentando aplastar lo máximo posible la abundante cabellera contra el cráneo, desenredo una redecilla y seguidamente se puso la corta peluca rubia peinándose de tal forma que su rostro ya no parecía tener su acostumbrada forma de corazón; se aplico el tinte para las cejas antes de empezar a vestirse, cuando termino con las botas de alzas escondidas se miro en el espejo, la costo reconocerse salvo por la cara, todavía había mucho de Japón en ella.
Aplicándose una base varios tonos mas oscura que su piel y gracias a los polvos delineadores desdibujo sus rasgos haciendo su nariz mas grande y los pómulos hundidos, les aplico colorete para dar la sensación de un fallido intento de hacerlos resaltar y paso a los ojos, donde uso la sombra para hacerlos parecer ligeramente saltones. Se alejo un poco y se observo... pecho del tamaño que le gustaría tener y trasero mas prominente consiguiendo lo que serian unas buenas curvas, veinte centímetros más en altura gracias a los tacones y las alzas, peluca rubio platino corta y un rostro que no se parecía para nada con el que había nacido.
Estaba lista.
Encaminándose hacia la salida se cruzo con un adolescente de pelo revuelto con un brazo en cabestrillo.
-¿Yakiho? ¿Tú has sido el accidentado?
El joven adolescente se la quedo mirando como si no la conociera.
-Soy Misao, vamos, me has visto comprar todo.
-Ya pero una cosa es verte comprarlo y otra el que te lo pongas.
-Pues si tu no me reconoces entonces esta bien hecho. -dijo quiñando un ojo, Yakiho no era un experto onni pero era una forma de asegurarse de que había hecho un buen trabajo- Ponte toallas frías en vez de hielo, procura no hacer movimientos bruscos...
-... durante dos semanas, toma antiinflamatorios ligeros y no dormir sobre el hombro lesionado; eres la fisioterapeuta del dojo y todos nos lo sabemos de memoria.
Asintió, segura de que seguiría sus instrucciones y la dislocación se curaría en apenas unas semanas.
-¿De verdad te vas ha ir a Okinawa?- La frase, perteneciente a una morena con ropa de kendo, tenia el tinte justo de “se puede saber en que estas pensando” junto con “estas loca, definitivamente” lo que la hizo sonrojarse y apretar fuertemente el tirante le la mochila en la mano.
-Tardaré cuatro días por la autopista, después cogeré el barco hasta la isla.
-¡Ni hablar! ¿Aoshi lleva buscándote cinco años y tu te vas de viaje sin escolta?
-Ellos van ha buscarme en los aeropuertos, es la forma mas rápida de salir de la ciudad...
-Y si les ponemos a varias con su nombre volando a distintos destinos no sabrán cual seguir.
-No la animes Kenshin.- Kaoru se giró señalandole con el dedo.- No podemos dejar que te cojan, por lo que nos comentaste conseguiste escapar por los pelos.
-Solo me han visto hace unas horas... y vamos a tenderles varios señuelos.
-Lo que me recuerda, -sacó un sobre abultado de la chaqueta y se lo tendió- aquí tienes. Tu nueva identidad.
Misao lo guardó todo en la mochila, se despidió de todos con un asentimiento y prometió llamar lo que tardase en llegar al hostal donde se alojaría.
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El aeropuerto de Narita lleva desde 1978 funcionando de forma ininterrumpida, solo hay dos formas de acceder a él: por tren o por carretera, esta ultima siendo mayoritariamente por taxis o buses. La moto era lo mejor. Zigzagueando entre el intenso trafico consiguió llegar hasta el aeropuerto en menos tiempo del que había planeado, buscó un buen sitio en el aparcamiento y subió por las escaleras hasta la zona de compra venta de billetes; mientras esperaba en la cola empezó a masticar chicle de forma ostentosa y a juguetear con el móvil, ahora era una extrajera que no sabia nada del país donde estaba y la apreciación sobre el silencio que en el había, al llegar su turno utilizo un inglés nasal para enmascararse aún mas y pidió un vuelo con estancia de siete días a Fukuoka, la azafata la miro de forma recriminadora a lo que ella se limito a hacer una enorme burbuja antes de volver a masticarlo de forma ruidosa. Entregó su identificación real con una sonrisa de suficiencia, recogió el billete y se fue al aparcamiento de nuevo.
Justo cuando metía el mismo en la mochila la agarraron desde atrás.
-Debes volver con él de nuevo.
La voz sonaba cavernosa, amortiguada, cosa que en el espacioso aparcamiento estaba fuera de lugar.
-Hay un problema, yo no quiero volver.
Pivotó sobre una pierna lanzando una patada con la otra a la altura de donde creía que estaría la rodilla de su contrincante, falló al darse cuenta que había saltado retrocediendo, desenfundó sus diminutos kunais mientras completaba un giro sobre si misma hasta encararle y los lanzó, uno rompió la luna de uno de los coches haciendo saltar su alarma, otro revoto inofensivo contra una columna y dos acertaron al objetivo. Menudo desperdicio de proyectiles. Su contrincante la hizo agacharse cuando lanzo un puñetazo, ella hizo lo mismo acertando en la empuñadura de un kunai cosa que le hizo gritar al hundirse un poco mas, se gano una patada que la lanzó contra otro de los coches y la robo el aire; se dejo caer contra el suelo sin respirar, llevándose una mano a la cremallera frontal del mono, cuando la obligaron a levantarse cogió aire y roció todo el contenido del bote de spray pimienta a la cara de su atacante.
Este siguió como si no hubiera hechado nada en el aire.
Simplemente levantó la mano y otra nube, esta vez de cloroformo, saturó el aire del aparcamiento.
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Misao despertó con un ligero dolor de cabeza, su ultimo recuerdo consistía en una pelea en el aparcamiento del aeropuerto, parpadeo varias veces acostumbrándose a la rojiza luz y se aventuró a hechar un vistazo. Habitación con dos puertas; estaba sobre una cama de matrimonio encajada lateralmente contra una de las paredes, curioso lugar, y desde donde estaba podía ver que no tenia ningún tipo de adorno, los pocos muebles que había eran una cómoda, un escritorio justo bajo la ventana, atestado de papeles y con un portátil, y una silla.
Se tensó al ver la gabardina blanca sobre la silla.
La habían encontrado.
Había sido extremadamente cuidadosa, y al parecer ellos también, por eso estaba en la habitación de Aoshi; cinco años antes había tenido que hacerlo todo muy rápido para evitar que la ceremonia se llevara a cabo, los recuerdos de ese día acudieron y se llevo la mano al rostro para evitar llorar, sí, una vez que hubiera alcanzado la mayoría de edad podría haberse divorciado, pero en ese momento solo pensó en el menosprecio que habían hecho a sus habilidades como shinobi, y a la casualidad que justo la hubieran prometido a la persona que amaba... pero él había estado tan conformista con la situación... que no tuvo mas remedio que escaparse. Él no habría sido un buen apoyo. Y por eso mismo todos los días controlaba muy bien lo que hacia, como lo hacia y cuanto tiempo lo hacia, siempre variaba sus costumbres cuando estas empezaban a ser una rutina, practicaba tres veces en semana kempo y otras tres aikido y todo su tiempo libre lo dedicaba a perfeccionar y pulir sus conocimientos en ninjutsu.
Y aun así, aquí estaba.
La puerta se abrió dando paso al onni, llevaba varias bolsas que dejó sobre la cama, cerca de ella, antes de encaminarse a la mesa y depositar otro fajo de hojas al lado del portátil. De nada valía hacerse la dormida ya y menos aún el pensar en atacarle, era el mejor de todos por lo que optó por sentarse ignorandole, él solo levanto la vista mirando por la ventana antes de volverse hacia ella.
“No le mires a los ojos”-pensó con rabia, otra vez volvía a tener esa expresión de anhelo -”es como una cobra, hipnótico y peligroso”
Observó como Misao se blindaba mentalmente contra él, le dolió, pero sabia que era algo normal después de la inacción que se había producido por parte suya, había tardado varias semanas en comprender que no había escapado por que no le quisiera, si no por que no era normal que su abuelo la estuviera obligando a un omiai(4). Pero en su caso no habían podido hacer nada. Tras poner en practica un buen hansei(5) comenzó a investigar si ese trato era real.
Podía valer que fuera el mejor onni de la organización, pero descendía de un americano y una japonesa, y eso, seguía pesando demasiado en el momento en que mostraba la partida de nacimiento o las habladurías llegaban a oídos donde él no quería que llegasen. Muchas puertas se le habían cerrado por ello y cuando el anuncio se hizo oficial por parte de Okina varios le miraron mal; Misao era la princesa del Onniwabanshu, la descendiente directa de los que durante siglos los habían dirigido, si ella no era su líder era porque sus habilidades no estaban lo suficientemente afinadas y por tanto no podía ocupar el lugar dejado por sus padres tras su muerte, por ello su enfermo abuelo cambió su testamento poco antes de morir dejando a Okina, un leal amigo de la infancia, como sustituto hasta que ella alcanzara el momento adecuado. Pero justo cuando estaba a punto de darse anunció su matrimonio ¿Por qué?
Eso fue lo que investigó de forma exhaustiva, por ello reclamó para si la búsqueda de Misao, al fin y al cabo era su prometida, y por eso se había frustrado de tal forma durante cinco años.
Por que tenia la respuesta.
Y ninguna manera de dar con ella.
Había perdido la esperanza de encontrarla y poder contar todo, ella estaba mostrando las habilidades que había aprendido permaneciendo fuera del radar durante tanto tiempo que mas de uno en el Onniwabanshu empezó a cuestionarse el por que del omiai, cinco años era prueba mas que suficiente. Y entonces ocurrió. En mitad de una misión ella traspasó el umbral de una puerta y todo su cuerpo se puso en tensión ante la perspectiva de que los dos volvían a ocupar el mismo espacio, luego todo paso muy repisa, ella lanzó el maletín-camilla a Shikijo con tal fuerza que termino tirardole al suelo, reponerse de la impresión y salir del despacho le llevo el tiempo en que cerró la puerta y empezó a escapar escaleras abajo, al perseguirla Beshimi quitó uno de los guardias de su camino mientras él se encargaba del otro pero la única forma que tuvo de alcanzarla fue saltar por el hueco de la escalera. Y lo que tardo en poder recomponerse para hablar ella hizo su mismo movimiento para perderse fuera del edificio.
Escapar de allí fue tan sencillo como internarse en las alcantarillas y salir por un lugar despejado, bendita ciudad, benditos arquitectos. Pero la desesperación había crecido de nuevo hasta que recibió una llamada de Hannya, estaba en el aeropuerto y Misao acababa de comprar un billete a Fukuoka, salvo que la joven que lo había comprado era rubia, con demasiadas curvas y una habilidad pésima para el maquillaje. Era ella aplicando la máxima de que la mejor forma de esconderse era destacar. Mas tarde supo que se había saltado un par de semáforos pero había conseguido llegar al aeropuerto al poco de que terminara la pelea, Misao estaba drogada y Hannya en tal estado que le resultaría difícil viajar a Kioto, cuanto mas conducir la moto; quería haber viajado en la parte posterior del coche, acunándola hasta dejarla en la cama donde estaba, pero en vez de eso siguió haciendo de líder, condujo de vuelta a la casa donde todos estaban y mientras sus compañeros se encargaban del herido él lo hizo de la joven durmiente, la acomodo en su habitación dejando su mochila bien cerca, después se vio obligado a mandar a Hyottoko a la antigua capital antes de pasar a buscar la pertenencia de la joven, mas ropa, viendo su actual vestimenta.
Y aquí estaba, con ella delante al fin y en un lugar donde pudieran estar tranquilos para mantener una conversación sobre la farsa del omiai, salvo que ella no parecía muy colaborativa.
-Tenemos que hablar.
-Si es sobre el kimono de boda me da igual que sea una reliquia familiar -se giró recostandose contra la pared, buscando un buen apoyo en mitad de la pesadilla-, lo destrozaré.
Aoshi entrecerró los ojos, ella sabia perfectamente que su madre jamas se había casado, era un bastardo. Pero si lo estaba usando para hacerle daño lo estaba consiguiendo.
-Es sobre el testamento de tu abuelo.
Misao palideció, su abuelo, el mismo que siempre decía que ella era libre para amar a quien quisiera y que la había traicionado condenandola a un matrimonio concertado.
-¿Acaso hay una clausula en la que me obligue a dar un heredero? -atacó- Llega cinco años tarde, me hice una ligadura(6).
-No, pero Okina nos mintió a los dos. Después al Onniwabanshu -simplemente no podía soportar el acoso y derribo, se lo merecía pero ella no sabia toda la verdad. Se soltó ligeramente la parte superior del uniforme y bajó la cremallera de la protección de kevlar(7)(8) hasta que pudo alcanzar un sobre impermeable que siempre llevaba encima, lo dejó encima de la cama, a los pies de Misao -. Este es el verdadero testamento de tu abuelo -se permitió dar un suspiro de alivio cuando la vio sorprenderse-, difiere mucho del que Okina nos enseño.
Espero hasta que Aoshi se volvió a enderezar, frunció el ceño cuando vio las cicatrices asomando bajo la extraña camiseta interior y se aventuro a coger el sobre, estaba plastificado y cerrado con cinta de embalar, totalmente sellado contra la humedad; dentro había varias hojas de escritura impecable con datos concretos y los sellos y firmas de su abuelo, el notario... y su mano.
Su diminuta mano a la edad de cuatro años acompañando los sellos de los adultos(9).
-¿Dónde lo encontraste?
-Lo seguía teniendo el notario, Okina ni siquiera tiene una copia. El suyo es falso – Sentenció.
El aire abandonó sus pulmones, negándose a entrar de nuevo; las manos masculinas la hicieron soltar el sobre y estirarse sobre la cama mientras el ataque se hacia mas fuerte y poco a poco empezaba a remitir. Después vino el llanto. Y el cálido cuerpo de Aoshi para reconfortarla, un tirón seco en la cabeza y su trenza rozándola la espalda mientras una mano la peinaba arriba y abajo, la otra permanecía en su cintura estabilizándola.
-Esperaba cualquier tipo de reacción menos esta.
Le golpeo el pecho a modo de protesta.
Aoshi sonrió levemente y la dejo en el borde de la cama, se le había corrido todo el maquillaje y no paraba de sorberse la nariz, pero al fin estaba comprendiendo hasta que punto todo lo que se había tratado de orquestar era mentira.
-Te traeré algo para la cara.
Misao solo se dejo caer hacia atrás pasándose el dorso de la mano por la nariz. Todo lo que Okina había dicho era mentira, lo que sus recuerdos contenían era verdad.
¿Y ellos dos que?
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(1) Honda Jazz Trend 1.2 i-VTEC, para Misao me parece super mono.
(2) Ninguno de los e-mails aquí puestos existen, que os veo ya mandando correos ;)
(3) Capital de la isla de Hokkaido.
(4) Matrimonio concertado: en realidad no se toman como relaciones entre hombres y mujeres sino como relaciones entre familias. Actualmente se siguen produciendo pero si la cosa no cuaja no se presiona, aunque, hay que tener en cuenta que uno de cada diez matrimonios es de este tipo.
(5) Es un método para solucionar problemas en la sociedad japonesa, es lento por todo el trabajo que lleva pero muy efectivo: 1.- Reflexión, introspección, responsabilizarse.
2.- Reconocer que hay un problema. Identificar el origen de las diferencias entre lo que se deseaba conseguir y lo que realmente se ha conseguido.
3.- Comprometerse a realizar una serie de cambios para mejorar.
(6) Obviamente se refiere a una ligadura de trompas para evitar quedarse embarazada.
(7) Material con el que esta hecho entre ello los chalecos antibalas, cascos y tanques de combustible de coches de Fórmula 1 y alas de aviones.
(8) Para la reedición de lujo Kanzeban de la serie de Runouni Kenshin en España pidieron al autor que redibujara a los personajes tal y como los haría ahora, el uniforme Onniwabanshu es una delicia y resulta muy plausible de realizar con el material antes citado.
(9) En Japón cada persona tiene un sello que acompaña a la firma tal y como la conocemos nosotros, el sello es en realidad el nombre en escritura kanji.
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