Mente Perturbada - Resident Evil | By : Zhines Category: Spanish > Games Views: 4759 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a CAPCOM, las historia es para entretenimiento, sin fines lucrativos |
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a CAPCOM, los personajes utilizados aquí son solo para entretenimiento y no tienen ningún fin lucrativo, solo me pertenece la trama y personajes adicionales no creados por CAPCOM.
Advertencia: este fic contiene altos niveles de violencia, lenguaje obsceno, situaciones sexuales adultas, si algo de esto le molesta, por favor NO LO LEA.
Mente Perturbada
El Retorno al Infierno
Han pasado casi cinco años desde que Chris Redfield, fue enjuiciado y enviado a la cárcel, por los crímenes cometidos en contra de Ada Wong.
Durante ese tiempo, el ex Comandante de la BSAA, se ha obsesionado con la asiática, de maneras inimaginables. Pero ocurre algo en la cárcel en donde se encuentra, una gran explosión estremece el recinto, más de la mitad de los reclusos mueren, Christopher Redfield está en la lista de los fallecidos.
Seis meses más tarde, luego que se diera por muerto a Chris Redfield, a pesar de todo el mal que hizo, su hermana Claire, aún lamentaba su muerte. Ella tenía la esperanza de que su hermano fuera trasladado a una institución mental de alta seguridad, pues su Mente Perturbada necesitaba más ayuda de la que recibía en la cárcel. Sin embargo, sus deseos fueron truncados con la desaparición física de su hermano, ahora ella solo tiene en su vida a su hijo de 9 años: Charles Nivans, producto de su relación con Piers Nivans antes de su muerte.
Domingo, 24 de enero de 2021
Es el cumpleaños número cinco de Lara Kennedy, esta pequeña es alegre y optimista, sus padres se alegran cada día de que pueda estar en sus vidas, pues gracias a ella, y a miles de horas con varios psicólogos y psiquiatras, Ada pudo volver a ser una mujer normal. La recuperación mental de la ex espía, fue larga y tortuosa, incluso su esposo tuvo que esperar casi dos años, para poder tener relaciones sexuales con ella, pues cada vez que intentaban hacerlo, ella gritaba y temblaba de terror.
Esa mañana, ambos despertaron desnudos, luego de una noche de gran pasión, como no habían tenido en años, tomaron una larga ducha juntos, llena de juegos, roces y toqueteos, cargados de pasión y amor. Luego de vestirse, Ada se dirigió a despertar y preparar a su hija, mientras Leon preparaba un gran desayuno para su familia.
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ADA
Después de tanto tiempo, es el primer cumpleaños de mi hija, en el que me siento completamente feliz, debido a que hace más de seis meses, Chris Redfield, ya no se encuentra entre los vivos, el que estuviera vivo, me hacía pensar que un día escaparía y volvería a hacerme daño.
Por la única que me siento un poco triste es por Claire, luego de que condenaran a su hermano por lo que me hizo, ella se hizo mi amiga, de hecho, mi hija Lara y su hijo Charles se llevan muy bien e incluso van a la misma escuela. Cuando solo pudieron identificar a su hermano por sus placas de identificación, fue terrible para ella, no tuvo ni siquiera un cuerpo que enterrar. Esta era la segunda vez, que tenía una tumba vacía que visitar, pues lo mismo ocurrió con el padre de su hijo.
Hoy en mi casa habrá una pequeña reunión, para celebrar el cumpleaños de mi hija; mi esposo debe salir a buscar el pastel de cumpleaños de la niña, yo me quedaré preparando algunas cosas para recibir a los invitados.
—Señora Kennedy — dice mientras besa mi cuello y me abraza por detrás — ¡estás muy bella hoy!
—Señor Kennedy… — no pude continuar ya que mi esposo me volteo y se apoderó de mis labios, estuvimos así un rato hasta que…
—Asco, ¿Cómo pueden hacer eso? — exclamó nuestra hija, así que tuvimos que parar.
—Ada iré con Lara a buscar su pastel. Así podrás preparar todo sin que esta diablilla te distraiga — dijo mi esposo tomando a nuestra hija atacándola con cosquillas.
Luego me dio un último beso en los labios, y salieron de la casa. Voy a la sala para verificar todas las cosas pendientes de la fiesta, unos minutos después escucho como se abre la puerta trasera de la casa, seguro Leon olvidó su teléfono, cuando siento que me abraza por detrás, pero enseguida me doy cuenta que hay algo raro, su tacto es más rudo de como recuerdo, así que forcejeo, con quien sea que me esté tomando por la espalda:
—¡Sabía que me extrañabas! Ada — al escuchar esa voz me paralizó, es la voz que estuvo presente durante mis pesadillas durante estos años, un frío recorre toda mi médula espinal.
—¡Redfield! — enseguida trato de zafarme, pero él es más fuerte, y dejo de hacerlo cuando siento una aguja en mi cuello.
—Si te mueves te inyectare.
—¡Tu estas muerto! — grité
—Creo que no.
—¿Qué quieres de mí?
—Quiero que vuelvas a estremecerte con mi tacto — y de la manera más sádica posible lamió mi cuello, haciendo que me estremeciera de miedo. — Durante estos cinco años no he podido olvidar tu hermoso cuerpo —aspiró sonoramente sobre mi cuello. — tus apretadas y calientes cavidades, tu dulce vientre de embarazada.
—¡No! — exclamé con terror.
—Ohh si, durante el tiempo que te tuve, me acostumbré a ti, no lo quería admitir, pero me hice adicto a tu cuerpo Wong.
—¡Nooo! — volví a exclamar con miedo.
—Sí, y esta vez, nadie podrá encontrarnos — enseguida traté de zafarme de sus brazos, pero sentí como un líquido se introducía en mi cuello. A los pocos momentos todo se volvió negro.
Un zumbido retumbaba mis oídos, era el sonido de un motor, Redfield me llevaba acostada en el asiento de atrás de un automóvil, mis manos y pies están sujetos por cintas de seguridad, el sol estaba empezando a esconderse, así que debía estar muy lejos de mi hogar. Me incorporo en el asiento.
—Si quieres gritar hazlo, estamos muy lejos de cualquier sitio poblado, además, ¡extraño tus gritos! — me quedo en silencio, no quiero darle el gusto de que me vea gritar o llorar de nuevo.
—¿Ahora te la darás de mujer fuerte? ¿No me hablarás? No importa, cuando esté de nuevo dentro de ti, haré que grites.
Durante un par de horas más en los que cayó la noche, nos adentramos hacia un espeso bosque. Mi captor disminuye la velocidad hasta detenerse. Se baja del vehículo, y me saca a la fuerza de él. Cuando un ruido irrumpe mis forcejeos.
—Creo que olvide botar tu teléfono, bien no hay problema, así triangulen su ubicación, estaremos muy lejos de aquí. — extrae mi teléfono de la parte trasera de mi pantalón y ve el identificador de llamadas.
—De nuevo tu esposo al ataque, seguramente se preguntará donde se habrá metido su mujer el día del cumpleaños de su hija — acciona el botón de llamada y pone el teléfono en altavoz.
—Ada, ¿Dónde estás? Estoy muy preocupado por ti, tu teléfono me enviaba al buzón de mensajes.
—Lamento decepcionarte, pero Ada no puede contestar en este momento.
—¿¡Chris!? , no puede ser, tu estas…
—¿Muerto? — interrumpe el hombre frente a mí — sí, la gente no para de decirme lo mismo.
—No te atrevas a ponerle un dedo encima, cuando te encuentre, te pondré una bala en la cabeza.
—No solo le pondré un dedo encima, la haré mía, la convertiré en la madre de mis hijos.
—¿Qué? — exclamamos Leon y yo al mismo tiempo. En ese momento el desgraciado me empujo contra el auto, tocándome obsesivamente.
—Haré que esta mujer sea la madre de mis hijos, pues me encantó tenerla mientras estuvo embarazada.
—Maldito bastardo, déjame ir — grité con todas mis fuerzas, allí el tiro el teléfono al suelo, y me tomo con ambas manos, a la fuerza bajo mis pantalones. — Noooo, déjame — gritaba a más no poder. El teléfono aún con la llamada activa, se escuchaba los gritos de Leon.
—Desgraciado, no la toques.
A continuación, también bajó mis bragas, de inmediato metió sus repugnantes dedos en mi vagina haciéndome gritar. Luego bajó su pantalón y su bóxer, vi de nuevo su asqueroso pene, erecto, grueso, largo.
—¡No, por favor, no de nuevo! — grite, llorando a lágrima viva.
—No te resistas, sabes bien que, si lo haces, será peor para ti — sin más preámbulo me penetro nuevamente.
—¡Ahhh! — exclamé con dolor. Todas las horas de terapia se fueron al desagüe, mientras que el asqueroso Chris Redfield volvía abusar de mí. Sentía como su pene entraba y salía de mi con fuerza, como la primera vez en que me violó, el dolor de partirme en dos por dentro me acogía. Después de unos momentos ya no gritaba, solo lloraba desconsolada.
—Maldito desgraciado, te voy a matar — escuché en la lejanía la voz de mi esposo. Unos instantes luego, mi secuestrador aceleró sus movimientos y después de un grito grutural, sentí como su asquerosa esencia inundaba mi ser. Luego de eso salió de mí, subió su pantalón y luego el mío, me tomó en brazos, camino a un vehículo diferente. Mi mente hizo click, una pequeña posibilidad. Así que con todas mis fuerzas grite:
—León, estoy en un bosque, cambio de auto es un... — un golpe conectó mi cara y caí en la inconsciencia...
Cuando desperté, me encontraba en un cuarto amplio, las luces encendidas dejaban ver el color melón de las paredes, y el olor a pintura fresca inundaba el lugar, a diferencia de la vez anterior, yo seguía vestida, incluso una manta con flores multicolor me cubría. Por supuesto, mis manos seguían sujetas con las cintas de seguridad, mis zapatos no estaban a la vista, me senté en la cama, pude divisar que la habitación tenía ventanas con fuertes barrotes, un baño en la esquina con su respectivo lavabo y ducha, también un refrigerador junto un pequeño comedor con dos sillas, además de un sofá color azul con un televisor enfrente, y una única puerta que indicaba la salida y entrada del lugar. Esta se abrió de repente y por ella entró ese hombre que se empeñó en destruir mi vida.
—Imagino que debes tener hambre — dijo mientras se acercaba y colocaba una bandeja con comida en la mesa junto a la cama, cuyo olor no era nada desagradable. Sin embargo, no hice ningún comentario. — veo que seguirás aplicando la ley del hielo. Pero recuerdo que hablaste cuando te volví a poseer en el bosque.
Continúo en silencio, pero vuelvo a estar aterrada; Sobre todo cuando se va acercando a mí y empieza a quitarse la ropa, instintivamente retrocedo en la cama. El arroja la sabana al suelo y me jala por el tobillo quedando encima de mí, toma mis manos y las sujeta arriba de la cama con unas esposas acolchadas, siento su respiración sobre mi rostro, es sofocante. Sin poder evitarlo empiezo a llorar.
—Shiiii, no llores Ada — toca con delicadeza mi rostro — ya verás cómo te darás cuenta que yo soy el hombre de tu vida.
—¡El hombre de mi vida es Leon Kennedy! — puso un dedo en mis labios.
—¡Él no es suficiente hombre para ti! Y te lo voy a demostrar — sin más, me beso a la fuerza, cuando se descuidó mordí su lengua, enseguida se separó de mí.
— Eres traviesa, así que te daré tu lección — sus manos fueron bajando por mi cuerpo en su camino rompió la blusa roja haciendo que los botones saltaran en todas direcciones. Seguidamente desabrocho mi brasier quitándomelo con destreza sin romperlo. Luego desabrocho el pantalón y lo bajó junto con mis pantis, dejándome así completamente desnuda, cuando se iba a lanzar sobre mí, le propine una patada que le dio de lleno en el estómago sacándole el aire, no se lo haría tan fácil.
—¡Bien jugado Ada! — dijo cuándo recuperó el aliento — no quería hacer esto, pero no me dejas otra opción.
Saco un par de esposas acolchadas y las colocó a cada extremo de la cama. Luego de resistencia de mi parte, logró colocarme las esposas en mis tobillos. Se levantó al pie de la cama y me observa de arriba abajo.
—Te demostraré que soy el hombre para ti. Te haré gozar, gritaras de placer, luego te haré mía, y cuando estés embarazada, te cuidaré para que nuestros hijos nazcan fuertes y sanos. — luego de eso se lanzó con su boca sobre mi vagina. Tenía que admitir que el desgraciado sabía lo que hacía, bordeaba mi clítoris con la lengua, mientras que con su dedo lo introducía a la vez en mi vagina, yo estando sujeta no podía evitar sentirme excitada, mi respiración se volvió pesada, trataba de mantener mi mente en blanco, bajo ninguna circunstancia debía sentir placer y mucho menos tener un orgasmo a manos de Chris Redfield…
…No pude evitar gritar, pero a diferencia de las otras veces, esta vez fue de placer, no satisfecho con eso, el desgraciado continuó con su labor, minutos después otro espasmo inundó mi ser.
—¿Lo ves, Ada? Esto comprueba que soy el hombre de tu vida. — yo solo sigo llorando contrariada por lo que pasó, mi cuerpo me traicionó, esto solo hace que me sienta peor, Chris se aprovecha y me besa, sin embargo, no respondo al beso y solo sigo llorando, en ese momento el vuelve a penetrarme haciéndome gritar otra vez y no se detiene hasta acabar dentro de mí.
—Dejaré que reposes, pues tal vez puedas quedar embarazada de una vez — toma del suelo la manta multicolor y me cubre con ella. Evito mirarlo mirando hacia la pared, Chris se va de la habitación, apaga las luces, pero deja una pequeña lámpara en una esquina encendida.
Después de batallar mucho, me quedo dormida, la mañana siguiente, Redfield me despierta besando mi clítoris, inevitablemente tengo un orgasmo, luego mientras me besa en la boca, por su puesto vuelve a abusar de mí, hasta acabar dejando su inmunda esencia dentro de mí. Antes de levantarse de la cama, sorprendentemente me suelta de manos y pies.
—Aunque no puedes salir de la habitación, dejaré que estés libremente dentro de ella. — Él se dirige a la salida, pero antes de salir, señala el desayuno servido en la mesa junto al refrigerador, y sale del lugar.
Un poco temblorosa me cubro con la manta y recorro la habitación, lo primero que hago es buscar algún cuchillo o arma para utilizar en contra de Chris, pero no lo hay, también me percato que las sillas están clavadas al suelo, los barrotes están fuertemente puestos en las ventanas, y la puerta solo se abre colocando una huella digital; hay también un armario, al abrirlo, veo vestidos cortos de todos los colores, también algunas batas de estilo materno, algunos pares de sandalias, sin embargo, no veo ni una sola prenda íntima, no brasiers, no pantis, al ser los vestidos tan cortos al usarlos definitivamente mis partes íntimas estarán a la vista del degenerado, también cuando verifico las batas maternas veo que son igual de cortas que los vestidos. Este tipo es todo un maníaco. Mi cuerpo me pedía al menos un baño así que fui a él, tenía que admitir que, en comparación de mi cautiverio anterior esta tenía ciertas mejorías, sin embargo, tenía que salir de ahí.
La diferencia es que esta vez mi esposo, sabía quién me había llevado, seguramente él ya tendría alguna pista de su paradero, en cualquier momento, derribarían ese lugar y me sacarían de ahí.
Luego de secarme con la toalla que había a un lado del lavabo, me acerque de nuevo al armario, y trato de buscar el más largo posible, pero fue una misión perdida, todos eran cortos, así que simplemente tomé uno, en color verde oscuro, por supuesto que era muy ajustado, apenas cubría mis senos, en el espejo del armario confirme también que dejaba a la vista mi trasero y vagina. El olor del desayuno aún inundaba el lugar, así que me acerco a la mesa, me sorprendí cuando devoré todo lo que había en el plato.
La otra cosa que agradecía, era la ausencia de los consoladores que utilizó el desgraciado la vez anterior. Pareciera que pensar en el bastardo fue lo suficiente para que entrara en el cuarto, simplemente me quede sentada en la silla.
—Veo que te diste un baño y desayunaste, me gusta como el vestido realza tus jugosos pechos. Levántate quiero ver como se te ve.
—No – dije con determinación.
—¿No? – se fue acercando a mí, trate de no mostrar miedo y no retroceder. – debemos aclarar unos puntos, aunque esta vez seré más amable contigo que la vez pasada, debes obedecerme, porque nada me cuesta castigarte. No lo repetiré, levántate que quiero ver el vestido.
Llegó hasta la silla y me jaló fuertemente del brazo, momento que aproveche y le hice una llave, ambos forcejeamos, pude propinarle una patada, haciendo que sangrara de la nariz.
—Bien, tendré que darte una lección – seguidamente trato de tomarme de nuevo, esta vez le di batalla, pero en un descuido, me tomó por la espalda y tomó fuertemente mi brazo, aplicando presión en la muñeca izquierda.
—¡Ahhhh! — chille de dolor.
— ¿Te vas a comportar como una niña buena?
—No dejaré de luchar en tu contra, maldito bastardo.
—Bien, no me dejas otra opción – en ese momento el dolor que sentí fue horrible, seguido del crujido del hueso partiéndose en dos. El bastardo me acababa de fracturar la muñeca. Mis gritos eran de desesperación y dolor.
—Lamento haber hecho esto, pero tienes que aprender a obedecerme Ada. – yo lloraba por el dolor, él se aprovechó de esto y puso un collar metálico en mi cuello, luego me tomó en brazos y me llevó a la cama, yo solo me sostenía la muñeca.
—Este collar, es para mantenerte dentro de esta habitación, también para darte algunas lecciones en caso de que te vuelvas a poner ruda y obtusa. Cuando eso ocurra, el collar te dará descargas eléctricas, desde pequeñas advertencias, hasta las que te dejarán inconsciente.
Momentos después regresó con una tablilla y varias vendas. Se sentó en la orilla de la cama y tomó mi muñeca fracturada. Instintivamente la jalé tratando de alejarme de él.
—No hagas eso – dijo tomándola de nuevo ejerciendo más fuerza — debo entablillar tu muñeca, para que pueda sanar rápido.
Luego de que la envolvió con la tablilla y las vendas, me hizo una caricia en el rostro que estaba lleno de lágrimas. Salió de la habitación, rápidamente volvió con unas pastillas y un vaso de agua.
—Bébelo, esto calmara el dolor – dijo tendiéndome ambos, sin embargo, no hice ningún movimiento – no hagas que te obligue a tomarlas. — Recordando el anterior episodio me senté en la cama, tomé las pastillas y luego el vaso con agua. Luego de eso me hizo acostarme en la cama y me tapó con la manta multicolor, no sin antes meter sus dedos en mi vagina.
Un rato después, me quedé dormida, el efecto de las pastillas calmo considerablemente el dolor, así que pude descansar. Cuando desperté, la luz del atardecer se filtraba por las ventanas. Redfield no se encontraba en el lugar, me levante hacia el baño. En la mesa habían un par de pastillas, imagino que las dejó allí por si el dolor volvía, luego hurgué dentro del refrigerador, había frutas, jugos, agua envasada, incluso helado. Tomé una manzana y me fui al sofá frente al televisor, encima de este estaba el control, antes de sentarme, traje de la cama la manta, y como pude me envolví para cubrir mi zona pélvica. Fui perdiéndome en los canales, hasta que hallé un canal de noticias, mi foto estaba en la pantalla, reportaban mi secuestro, luego aparecía la foto del bastardo de Redfield, el reportero indicaba que se había escapado de la cárcel haciéndose pasar por muerto, y que me tenía retenida a la fuerza. Luego aparecían los números de contacto para quien tuviera información.
Pasaron tres meses en los que Chris Redfield siguió abusando de mí. Pronto descubrí el uso del collar, cuatro veces intenté escapar por la puerta, y las cuatro veces la descarga del collar me dejó inconsciente. Cuando tenía mi periodo, Redfield me proporcionaba de tampones y aun así no me daba prendas íntimas, al menos no me obligaba a tener sexo durante ese tiempo. La nueva fijación del desgraciado era sujetarme con las esposas acolchadas a la parte superior de la cama y hacerme sexo oral para luego violarme repetidas veces. Por la ventana pude ver que había un huerto de frutas y verduras, parte de nuestra comida era cosechada, así que poco salía de la propiedad, sinceramente astuto de su parte, también dejó crecer su barba y afeitó su cabeza, podía pasar desapercibido.
La continua soledad, me hacía conocer todos los sonidos alrededor, ese día miraba por la ventana el amanecer, lo hacía cuando el desgraciado no dormía en la habitación, ya que cuando lo hacía me esposaba a la cama, para evitar que lo asesinara cuando dormía. El sonido de la camioneta llegando me alertó de su presencia.
—Buenos días, Ada — yo solo lo miré, como siempre entraba desnudo y seguí viendo por la ventana.
—Te he dicho buenos días, Ada — enseguida mis gritos inundaron el lugar, el collar me acababa de dar una descarga que me tumbó al suelo. El desgraciado llegó hasta mí y allí mismo en el suelo, sin ningún protocolo me violó sosteniendo mis manos arriba de mi cabeza, hasta acabar dentro de mí. Luego me llevó a la cama y me esposó.
—Debes ser más educada Ada, sobre todo porque a partir de ahora tendremos un nuevo miembro en nuestra pequeña familia.
—¿Qué? — un miedo se apoderó de mí, pensé en mí hija, el bastardo podía haberla secuestrado también, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me fije cuando salió hasta que volvió e instaló otra cama en la gran sala, luego de eso volvió hasta mi cama y por supuesto de nuevo me violó hasta terminar dentro de mí, después salió de la casa; Cuatro horas después, volví a escuchar la camioneta, luego la puerta se abrió por ella entró Redfield vestido y cargando en el hombro a una mujer con una larga melena color rojo fuego.
—¿Claire? ¿Has traído a tu hermana?
—En un principio, no era mi intención traerla — decía mientras la ponía en la cama y sujetaba sus manos al respaldo de la cama con un par de esposas — quería que supiera que yo estaba vivo, pero descubrí que ella me delataría, así que decidí traerla hasta aquí.
—¿Pero?, ella es tu hermana, no merece que la tengas aquí, ha sufrido mucho.
—Tal vez — terminó su trabajo y se dirigió hacia mí quitándose la ropa en el camino — pero no podía dejar que nos delatara, mi amada Ada.
Una vez llegó a mí, rompió con sus manos el vestido naranja dejándome desnuda, empezó a chupar mis senos a la vez que metía sus dedos dentro de mi vagina, lentamente fue bajando su boca hasta mi intimidad para succionarlo y besarlo como si fuera una boca. Irremediablemente empecé a gemir, era imposible no hacerlo, el maldito era un experto en el sexo oral, sabía bien lo que hacía. Momentos después todo mi cuerpo se estremeció, otro orgasmo más a cargo de Redfield. Él estaba por entrar de nuevo en mí cuando...
—¿Chris? ¿Ada? — dijo aturdida la mujer — ¿dónde estamos? ¿Qué sucede? — su cama se encontraba frente a la mía de manera que ambas podíamos vernos a la cara.
—Chris, ¿cómo pudiste hacerle esto a Ada? ¿No le has hecho suficiente daño?
Redfield se levantó de mi cama y sin pizca de pena se paró frente a su hermana, moviendo con su mano su pene desde la base hasta la punta.
—Sabes hermanita, ¡siempre me pregunté cómo sería estar con una mujer como tú!
—¿De qué estás hablando? — Dijo la pelirroja con evidente miedo en su voz.
—Debería castigarte por tratar de entregarme.
—Necesitas ayuda Chris, tú no estás bien. Por favor reflexiona, suéltanos y entrégate.
—No, porque me alejarán de Ada, así como lo hicieron hace cinco años. — justo en ese momento se arrodillo en la orilla de la cama, la pelirroja empezó a temblar de pies a cabeza.
—¡Christopher!, por favor, vístete, no deberías andar así.
—¿Acaso no te gusta mi pene? ¿Acaso no es suficiente para ti?
—¡Soy tu hermana!, por dios — lentamente se fue acercando más a ella — aléjate de mí.
—Creo que Ada no estará celosa si te doy un poco de mí.
—¡Déjala en paz! — grité haciendo que el volteara a verme — ya me tienes a mí, tu hermana no merece esto.
—Lo siento, Ada, pero ya tomé una decisión.
Luego de eso tomó a Claire por las piernas, y rápidamente se deshizo de su pantalón, y luego se posó sobre ella, restregando su cuerpo.
—Por favor reflexiona, suéltanos y entrégate — seguía diciendo ella, pero llorando.
—Christopher, déjala en paz, no le hagas eso a tu hermana.
Pero él seguía con su cometido, Claire gritó cuando el desgraciado metió sus dedos en su intimidad. Luego de eso rompió las pantis e igual que como lo hacía conmigo empezó a hacerle sexo oral a su hermana. Yo no podía ver semejante espectáculo, así que miré hacia la pared, pero los gritos de desesperación de la Redfield me causaban más dolor del que pensé.
Cuando volví a mirar la pelirroja, estaba completamente desnuda, los trozos de su blusa y brasier estaban regados por el suelo, ella seguía temblando y llorando suplicando que se detuviera.
—¡Chris, por favor, detente! — decía con su rostro empapado en llanto.
—Shiiii, hermanita, vas a disfrutar como nunca antes — se colocó encima de ella, y vi cómo su pene entro en la vagina de su hermana, enseguida ella gritó de terror; no puedo seguir viendo la violación a cargo de Redfield en contra de su hermana. El desgraciado en su Mente Perturbada, ha cometido incesto a la fuerza.
Momentos después el desgraciado hacia su típico sonido cuando acababa dentro de mí, solo que esta vez era con su propia hermana, quien seguía llorando con el rostro escondido entre sus brazos. Redfield se levantó y salió de la habitación, cuando regresó de inmediato le colocó un collar metálico a Claire, luego de eso la soltó de la cama, luego vino hacia mí, y luego de hacerme una caricia en el rostro y la vagina simultáneamente, me soltó y salió de la habitación.
Me levante algo temblorosa directo al armario, busque una manta y dos vestidos, me coloque uno, llevé el otro y la manta a donde la pelirroja, al llegar a su cama ella estaba en posición fetal, temblando aún, rápidamente la envolví con la manta y la abracé, ella se aferró a mí. Si yo estaba traumatizada con las acciones del bastardo, no quería ni imaginar lo que Claire estaba sufriendo al haber sido violada por su propio hermano.
Unas horas después, ya adentrada la noche, la pelirroja se quedó dormida en mis brazos, parecía una niña. Escuché movimiento en la otra habitación de la casa, Redfield había regresado, unos minutos después abrió la puerta, rápidamente me levanté de la cama, debía proteger a la pelirroja de alguna manera.
—Veo que son amigas.
—Déjala en paz, ya me tienes a mí — dije dando un paso hacia él — ella no merecía que la tomaras de ese modo, es tu hermana menor.
—Querida Ada, desde que ella tenía 16 años, soñé con su cuerpo debajo del mío, pero nunca pude hacer realidad ese sueño prohibido, hasta hoy.
—¡Eres un maldito bastardo! — sin poder contenerme lo abofeteé, el solo se rió, y me tomo de la cintura.
—Eso es lo que me gusta de tí — con su otra mano sujetó mi muñeca que aún sufría los estragos de haber sido fracturada hace unos meses — sigues teniendo agallas, aun con tu condición.
—¿Por qué quieres que te de un hijo? — aguantando el dolor que sentía en la muñeca, continúe hablando — ¿piensas que seremos una maldita familia feliz? ¿Qué te esperare cada tarde con una jugosa cena y criando a tus hijos?, lamento bajarte de esa nube, soy una mujer casada, ya tengo un esposo, ya tengo una hija y nada de lo que hagas cambiará eso.
—Por eso te daré una nueva vida. — me soltó y saco un paquete de su bolsillo — sé que tienes una semana de retraso, así que pudieras estar ya embarazada. — y me lo dio, me quedé pasmada, realmente se me había pasado la fecha de mi periodo, tenía un retraso, vi con nervios la prueba de embarazo que tenía en las manos, sentí como el mundo me daba vueltas, todo se volvió negro…
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