Shinobi | By : LunaSolNocturno Category: Spanish > Anime Views: 1075 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
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Capitulo dos:
No estar sola.
Misao frunció el ceño cuando la ultima luz del atardecer se fue y la habitación quedo a oscuras, si mal recordaba Aoshi se había ido hacia media hora.
Se puso en pie tan rápidamente que una de las bolsas que había encima de la cama cayo a sus pies, tres pantalones distintos se desparramaron y se hizo consciente de que había estado a punto de salir únicamente vestida con un mono de cuero, trucado. Extendió el resto del contenido en la cama encontrándose con varias camisetas: manga larga, manga corta y de tirantes en distintos colores y escotes, más pantalones: shorts, piratas y largos, con tejidos que iban desde la lycra hasta el vaquero pasando por el algodón, lino..., faldas en largos distintos, así como materiales, ropa interior de encaje, lisa, deportiva... cada uno de ellos con relleno o sin relleno; se había dejado una pequeña fortuna para que ella encontrara el conjunto adecuado para estar cómoda. Eligió unos vaqueros desgastados, una de las camisetas de tirantes de color liso y una sudadera estampada con millones de flores de sakura, de ropa interior una sencilla, sin relleno por favor.
Se metió el sobre en la parte trasera de los pantalones y salió al pasillo.
Al otro lado un hombre bloqueaba la puerta a una habitación, no en plan matón, sino apoyado en el marco con medio cuerpo dentro y manteniendo una conversación con la gente que había allí, se aparto un momento y vio como Aoshi salia con una palangana en las manos, se metía en el baño, la vaciaba en el lavabo y la enjuagaba.
-¿Qué ha pasado?
Aoshi suspiró levantando la vista de lo que estaba haciendo.
El hombre retrocedió un paso saliendo completamente de la habitación. Era enorme, tan alto como un jugador de baloncesto profesional, pero con el añadido de que sus músculos también estaban tan desarrollados como los de un gladiador; después se fijo en las cicatrices, una cruzando de pómulo a pómulo, por encima de un ojo aunque este no estaba dañado, partiendole el labio inferior y bajando hasta la barbilla, salpicadas por la mandíbula y bajando por el cuello, perdiéndose por debajo de la ropa.
-Ponte la mascara, Misao esta despierta.
¿Ese era Shikijo? Su antiguo compañero de correrías había cambiado muchísimo, ya no era el niño enclenque con el que se metían todos porque daba igual cuanto entrenara o practicara, su masa muscular jamás se desarrollaba.
-¿Shikijo?
-El que viste y calza-Se llevo dos dedos a la frente haciendo una parodia del saludo militar.
-¡Misao!
Un hombre mas pequeño que ella se le lanzó encima abrazándola, sus rasgos eran muy afilados y el puntiagudo pelo la hizo cosquillas en el rostro, se quedo paralizada cuando otro hombre salió de la habitación: llevaba una mascara tradicional de demonio, estaba medio desnudo y se sujetaba una toalla manchada de sangre contra el abdomen.
-Bienvenida Misao.
Después le fallaron las piernas.
Shikijo fue el primero en sujetarle, Aoshi lo intento pero dada su posición solo atino a no tirar la palangana al suelo, Beshimi en cambio la soltó y negó con la cabeza.
-Justo cuando empezaba a remitir decide volver a intentarlo, redomado cabezota.
-¿Volver a intentar que...?
-Saber si estas físicamente bien -Aoshi rellenaba la palangana de nuevo-, al parecer abollaste un coche con la cabeza.
-Y no le valen las explicaciones que nos ha dado antes. Según, sus palabras textuales, puede que parezca delicada pero pelea como un diablo.
-¿Eso se lo hice yo? -¿Su contrincante había sido Hannya-kun(1)?
-¡Beshimi!
Aoshi se metió en la habitación en lo que el nombrado avanzaba, Shikijo salió colocándose una cazadora.
-Voy al veinticuatro horas a por más vendas.
Beshimi se escurrió dentro del cuarto; sin nada que hacer y preocupándose por los efectos que había tenido la reyerta sobre su amigo entró en la habitación, Aoshi sujetaba una lampara por encima del abdomen de Hannya mientras Beshimi limpiaba con cuidado la sangre que salia de dos heridas.
-¿Por que no las habéis cosido aún?
-Hyottoko no esta aquí y no disponemos de material quirúrgico.
-Ir a un hospital no es seguro -Dijo Aoshi antes de que hiciera la pregunta-. Después de lo ocurrido por la mañana no es una opción.
-¿Y os hacéis llamar Onnis?
Los tres hombres dieron un respingo frente a la acusación, jamas habían esperado una reprimenda tan feroz.
-Avisad a Shikijo de que traiga también antibióticos de amplio espectro, alcohol, agujas de coser e hilo de algodón, sin teñir. Necesitare guantes y lejía.
-Yo le llamo.
-¿Qué necesitas?-Dejo la lampara en la pequeña encimera que hacia de mesilla para las dos camas y esperó ordenes.
-Forra la otra cama con papel film y hecha todas estas sabanas a lavar con un buen chorro de lejía.
Los dos salieron de la habitación listos a cumplir las inesperadas ordenes.
-Eso ha sido... chocante.
La joven dejo salir el aire quitándose la chaqueta, la dejo sobre la improvisada mesilla y ladeo el rostro mirándole; la mascara se había removido y se le veía parte de la piel del rostro, de la destrozada piel del rostro, luego se fijo en las bandas tatuadas a lo largo de los brazos y las piernas, negro y rojo, de tal forma que en movimiento resultaba difícil calcular la longitud. Era su Hannya-kun.
-Esto es una carnicería, entiendo que no podáis ir a un hospital pero depender de solo un hombre para heridas así es... peligroso.
Hannya intento reprimir una carcajada pero termino soltando un quejido.
-Las cosas han cambiado mucho.
-Solo hace cinco años que escape.
-Ya has visto a Shikijo, él no suele usar protección, pero todos tenemos mas de una herida -Dio un respingo cuando los finos dedos se metieron por debajo del borde y tiraron hasta que la mascara salió.
-Bueno, dado que Okina ha mentido al Onniwabanshu la Okashira soy yo ahora -mojó la toalla en la palangana y le limpio el rostro de sudor-. Mi primera orden es que esto no se vuelva a repetir, todos sois importantes.
-Sí, Okashira.
Mientras le limpiaba el rostro le vino a la mente la primera vez que ella y Aoshi se encontraron, Misao no tendría mas allá de cuatro años y se había escapado tras enterarse por sorpresa de que sus padres habían muerto hacia unas horas, la había buscado por todo el recinto y estaba dándose por vencido hasta que entró de nuevo en el dojo; Misao estaba sentada en el regazo de Aoshi mientras él la contaba algo, estaba tranquila y mostraba una atención especial hacia las palabras del joven. En aquella época Aoshi era el único aprendiz que no tenia maestro asiganado, ninguno lo quería de hecho, pero desde entonces se fijo mas en él, era el mas rápido y el mas ágil de todos los aprendices, siempre mostraba una calma impropia de alguien de su edad... pero el rato que Misao había estado en su regazo era la única vez que le había visto relajado de verdad. Después de eso consiguió que uno de los maestros tomara bajo su tutela a Aoshi consiguiendo que en los siguientes años se convirtiera en el cabeza de grupo mas joven que jamas habían tenido, quince años, ganaba incluso al padre de Misao, y mientras tanto la relación con la Princesa se había ido fortaleciendo hasta el punto en que cada vez que estaba en la sede Misao desaparecía sospechosamente, no quería pensar en lo que hacían en esos ratos.
Después vino el anuncio del omiai, la huida de Misao, la depresión de Aoshi, las misiones casi suicidas en las que siempre estaban envueltos...
Ahora Misao volvía a estar aquí, y Aoshi estaba tan calmado que sabia lo que le ocurría.
-¿Que vas a hacer con Aoshi?
-¿Hacer?
-Se que es precipitado pero ¿Vas a volver con él? - La sujeto la mano y bajo un poco el tono de voz, casi susurrando- todos los del grupo sabemos que el omiai es falso, hemos visto el testamento.
-De verdad Hannya, te quiero... pero eso es algo entre Aoshi y yo.
-Cuando te fuiste se encerró en si mismo - Continuó-, como al principio. Solo salió de ello cuando le dijimos que tenia que investigar, que era todo muy raro teniendo en cuenta vuestras ascendencias, Osamu fue muy convincente.
Misao sonrió recordando a una de sus amigas. Y a sus interminables hornadas de galletas con chocolate.
-Yo... le quería, pero cuando no reaccionó...
-Te sentiste traicionada.
-Sí.
-Es Aoshi Shinomori, desde que antes de nacer le trataban como a un gaijin(2), tu relación con él fue toda una sorpresa en el grupo. Y el anuncio de vuestro compromiso frente a todo el Onniwabanshu le pillo desprevenido, como a ti.
-Pero no hizo nada -Dijo recriminadora.
-Niña tonta, tu amistad con él era todo un regalo, y cuando dijeron que tu abuelo había concertado un matrimonio entre vosotros dos...
-Se le abrieron los cielos.
-No, los infiernos. Es demasiado bueno, es el mejor si descontamos los cinco años que has estado desaparecida, pero todos allí o le trataban mal o ni le trataban y cuando se anuncio el omiai fueron mas despiadados. Tu eras nuestra Princesa, y él era el gaijin hijo de un gaijin.
-¿Me darías un tiempo para pensarlo? -Tenia que cortar la conversación ya, no estaba en su mejor momento para pensar en como estaban ellos dos- Ahora mismo necesitamos hacernos cargo de ti.
-Él no ha dejado de quererte.
Hannya dio un respingo cuando Misao le abrazo.
-Ahora tú, luego ya veré lo que hago con él.
El nombrado aparto la vista de la escena y termino de subir las escaleras. Procurando no molestar demasiado aparto la cama de la pared y la forro siguiendo las indicaciones de Misao, desde la cabecera hasta los pies; luego ayudo a Hannya a pasar a esa cama y retiro las sabanas manchadas para darles un buen lavado. Cuando salia por la puerta Shikijo entró por la principal, en menos de lo que tardaba en llegar a la escalera su compañero ya estaba en el pasillo por lo que tuvo que esquivarle de camino al pequeño cuarto que usaban como lavandería. La escucho dar la orden de hacer algo de sopa y de organizar turnos para mantener a Hannya bajo vigilancia por si algo ocurría antes de que el característico sonido de los guantes de látex reverberara en el ambiente.
Estaba haciendo un mejor trabajo como líder que él.
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Misao no pudo dejar de alabar su propia puntería y pericia, no había dañado ningún órgano interno pero aun así las heridas resultaban lo suficientemente molestas y peligrosas para la persona que las sufría; termino de pasar el hilo y dio una nueva puntada. Solo había hecho esto una vez y había sido con la supervisión de Megumi por lo que los dedos le temblaban un poco, ademas no se acordaba de como hacer el final, esto no era como remendarse los vaqueros, no podía hacer un nudo tal cual y recoser no era una opción... iba a tocar nudo pensó suspirando. Hizo lo mismo en la otra. Gasa recién abierta y esparadrapo y ya solo faltaba que se tomara la sopa.
-Beshimi te ha dejado la cena en la encimera.
Asintió dando las gracias mientras se quitaba los guantes, al bajar tenia casi enfrente el frigorífico por lo que abrió la puerta agarró una lata al azar, dio un buen trago descubriendo que era cerveza y se dejo caer hasta el suelo resbalando contra el mueble.
“Oh, mierda.” -Alargó un brazo por encima suya, agarro el plato y se lo puso en el regazo.- “Mil veces mejor.”
Retiro el plástico protector y se lanzo a por los encurtidos, de vez en cuando mordisqueaba algo del pollo teriyaki pero no le hacia mucha gracia, demasiada salsa; volvió a dar un trago y entonces se relajo parcialmente saciada. Solucionar el lío de Hannya no la había llevado mas allá de un par de horas, medicación y sopa después había salido dejando a Shikijo montando guardia sobre el desnudo colchón mientras Beshimi descansaba para su turno, solo faltaba ella para cenar. En todo ese tiempo no había visto a Aoshi; había esperado encontrarlo en el sofá descansando pero también podría estar en el despacho que le había comentado Shikijo, lo dudaba pues no había luz bajo la puerta, aunque tampoco había mirado en la habitación donde estaba Beshimi.
Se paso la lata por la nuca deseando alguna corriente de aire fresco.
-Misao, eres estúpida. -Dijo poniéndose en pie, recogió las cosas, abrió la puerta de cristal y se lanzo al patio trasero.
Antes de soltar un grito, acabada de encontrar a Aoshi.
-Perdón.
-No estaba dormido, solo... pensaba.- Se movió dejándola sitio en el porche.
La joven se sentó a su lado observando la postura que mantenía: espalda recta sin tocar la pared, manos en el regazo y dedos entrelazados. Le había interrumpido mientras meditaba. Se encogió de hombros y volvió a atacar su cena, durante todo ese tiempo los dos permanecieron en silencio, Aoshi observándola por el rabillo del ojo y ella de forma mas directa; cuando termino de cenar dejo todo a un lado y se relajo contra la pared mientras observaba el jardín.
-Has hecho un buen trabajo.
Misao simplemente sonrió.
-¿En serio que solo disponéis de un capacitado por grupo?
-Sí...
-... son ordenes de Okina- Terminó -. He hablado con Hannya.
-Lo he oído.
Observo como se sonrojaba al darse cuenta de que les había espiado durante la conversación, de hecho se había sorprendido al darse cuenta de que Hannya seguía pensando en que él tenia alguna oportunidad con Misao, llevaban años sin verse y sospechaba que ella había llegado a odiarle hasta el punto en que si hubiese tenido una oportunidad clara para atacarle lo habría hecho, lo que fuera con tal de alejarse de él. En cambio en unas horas, desde que había visto a Hannya salir herido por la puerta de la habitación, se había convertido en una líder a la que no amedrentaba coserle el costado al mismo hombre al que había apuñalado y ponerlos a todos como unos inútiles en el proceso; había sido la ultima en cenar y muy posiblemente tardaría unas horas en volver a dormirse.
-Gracias-Simplemente podía decir eso ante todo lo que ella había hecho por todos ellos.
Misao parpadeo confundida y él solo se inclino atrapándola en un abrazo y un beso voraz, no se resistió cuando la hizo subirse a su regazo y al introducir la mano bajo la cintura de la prenda superior solo gimió. Entonces simplemente tiró de la camiseta hasta sacársela, al momento el pequeño torso quedo al descubierto y tras subir la inútil barrera que era el sujetador se lanzó a por uno de los tentadores senos mientras abría todo lo posible la boca tratando de engullirlo, el endurecido pezón le rozo la lengua y se dedico a el con entusiasmo mientras la apretaba para evitar que se escapara. No podría soportarlo de nuevo. Gimió al sentir los dedos por su pelo, anclandole, el cuerpo se arqueó provocando que los senos subieran un poco mas y varios gemidos femeninos le hicieron reaccionar intentando quitar el resto de la ropa que usaba.
Ella le ayudo con la suya hasta que se encontró con las protecciones de kevlar.
-¿Esto es...?
-Luego... -La beso recordándola que ahora mismo no estaban hablando de eso.- por favor...
Misao se mordió un labio localizando el cierre frontal y tirando de el hasta la cinturilla de los pantalones, soltó el botón y la cremallera mientras Aoshi subía desde el hombro por el cuello buscando su oreja pero lo que tardo en terminar de abrir la protección y meter las manos en la ropa interior él gimió mas sonoramente, estaba palpitando.
Eso le traía recuerdos de la única vez que habían estado los dos en esta situación; llevaban casi dos años manteniendo lo que se podía definir como una relación seria, pero debido al excepcional talento del joven apenas pasaban tiempo real juntos, por eso cada vez que volvía de las distintas misiones solían desaparecer varias horas, pero en esa ocasión fue ella la que tuvo que ir a buscarle a su habitación encontrándole convaleciente, se había interpuesto ante un compañero recibiendo una buena ráfaga(3) en el proceso, al poco de que les dejaran solos todo se había vuelto muy confuso sin tiempo de saciar la curiosidad pero si de una necesidad de cercanía que no sabían que podían tener.
Ahora mismo aunque parecía igual de ansioso no dejaba de tocarla y de buscar mas zonas sensibles en su cuerpo. Apretó logrando un gemido y que una de las manos bajara por su espalda, se metiera por su ropa interior y después en su intimidad, gimió arqueándose y abrazándole, buscando su oreja hasta que noto una presión concreta contra su vértice.
Aoshi tiro de la tela que tenía entre las manos incluso cuando noto que estaba desgarrada, Misao gemía en su oído mientras le envolvía; cuando ella no pudo descender mas se apoyo contra la pared, la joven no se separo del abrazo ni en el momento en que la sujeto los glúteos con fuerza ni cuando la obligo a arquearse para obtener acceso de nuevo a los pequeños senos. Justo entonces empezó a moverse de forma agresiva, dejando que Misao le mordiera en represalia por como la estaba tratando. Cinco años sin sentirla cerca solo le llevaba a marcarla tan profundamente que olvidase a cualquier otro con el que hubiese estado, solo de pensarlo le daban ganas de buscar a los amantes que había tenido y acabar con ellos; pero en vez de eso se iba a conformar con dejarla tan dolorida y satisfecha que no tuviera ninguna duda de que él había sido el causante.
Mordió mas fuerte, no sabia si le estaba haciendo sangre pues no podía notar nada mas que la forma en que se movía contra ella. Iba a terminar con moratones como siguiera sujetándola de esa forma. Demasiado tiempo sin sexo y demasiado tiempo lejos de él como para ahora tener esto, así de agresivo, así de celoso... gimió sonoramente cuando se movió dejándola en el suelo pero casi al instante él estuvo de nuevo en su interior, cercándola completamente con su cuerpo y no dejando que pensase en otra cosa. Le rodeo las caderas apretando en un intento de que fuera mas gentil pero solo consiguió que la besara con rudeza y la sujetara las rodillas, las llevara sobre sus hombros y la obligaba a hacerse una palpitante pelota bajo él.
Cuando al fin todo termino Misao sollozaba su nombre abrazándole.
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Aoshi reaccionó cuando sonó el segundo timbrazo, se sentía adormilado hasta el punto en que de ser por él volvería a bajar la cabeza, pondría la barbilla sobre la coronilla de Misao y se dedicaría a dormir hasta que su compañera decidiese que era hora de levantarse, pero en vez de eso sonó un tercer timbrazo antes de que escuchase como alguno de sus compañeros se arrastraba escaleras abajo para ver quien llamaba, dirigió la vista al móvil sobre la mesa y alargo la mano intentando no despertar a la joven; lo consiguió pero al observar la pantalla comprendió el motivo de que las llamadas fueran tan insistentes.
Tenían refuerzos.
Al momento se sentó, Hyottoko era leal a la búsqueda de Misao pero no habría podido ocultar que la misión por la que habían venido había terminado siendo un desastre y Okina, en consecuencia, había mandado a mas gente para que terminasen cuanto antes; eso mandaba a la mierda el hacer planes para poder mostrar que el actual líder del Onniwabanshu se había adueñado del puesto, no sabia a quien habían mandado y por tanto que Misao estuviera desnuda a su lado podía acarrear ciertos riesgos.
Se deslizo al final de la cama con suavidad, se puso unos pantalones al azar y al salir por la puerta se encontró con los nuevos onnis.
-¿Donde esta? -Osamu se planto delante de él exactamente como lo había hecho hace cinco años, siendo la muralla mas curvilínea que jamas había parado a un hombre.
-Esta durmiendo -Lanzó una mirada a la escalera por donde subían tres más.
-¿Esta aquí? -No espero a llegar arriba del todo-¿Por fin esta aquí?
Apretó la mandíbula como aviso.
-¿Qué? Solo hemos venido nosotras dos y los chicos, Hyottoko sigue en Kioto.
-Abajo todos.
-¿Ni siquiera podemos hechar un vistacito?
Cruzo los brazos entrecerrando los ojos, sabia perfectamente que entre las cicatrices, el mordisco de Misao y que en ocasiones no necesitaba hablar para dar una orden seria cuestión de segundos.
-Maldito aguafiestas.
Sonrió cuando todos se dieron la vuelta y bajaron las escaleras, en apenas un momento entro en la habitación, dejo una nota y cogió una camisa; cuando llego al salón todos estaban hablando y solo pudo tener en claro las palabras “fiesta” y “avituallamiento” antes de que Osamu y Shiro salieran por la puerta.
-¿Se puede saber que pasa?
-Vamos a preparar el desayuno para todos, también una pequeña fiesta de bienvenida a Misao.
Okon le paso las mochilas a Shikijo antes de empezar a buscar cosas en la nevera, Kuro en cambio le hizo una seña hacia el despacho, lo que tardo en cerrar la puerta se apoyo en la mesa mientras su compañero hacia lo mismo en la puerta.
-Hyottoko ha conseguido que no volváis, pero para ello el señor Gara debe morir antes de dos días.
-No vamos a hacerlo, no cuando Misao esta ya con nosotros.
-Por eso Hyottoko se ha quedado para hacer de topo; venga -respondió a su ceño-, es la primera vez que nos reunimos todos desde que Misao escapo ¿Crees que Okina no estará moviendo ficha?
-No me preocupa Okina.
-¿Perdón?
Extendió el brazo hacia la puerta dando por concluida la conversación. Los dos salieron del despacho encontrándose con que los dos fugitivos pro-fiesteros habían vuelto del veinticuatro horas con tanta comida que ya habían llenado la nevera y estaban empezando a cocinar el resto, la mitad de ellos trabajaban en el restaurante-tapadera que tenia el Onniwabanshu en Kioto por lo que sus habilidades estaban mas que justificadas; al enfilar las escaleras para ir a buscar a Misao le pararon con una taza de té que acepto con un asentimiento.
Al traspasar la puerta pudo comprobar que seguía, milagrosamente, dormida.
Se sentó con suavidad, observando las marcas que había dejado en las estrechas caderas. Había sido un animal. Después de terminar se había dado cuenta que ella sollozaba y no le dejaba moverse de la postura en la que estaban, por lo que tuvo que convencerla de que el hormigón no era lo mas cómodo para su espalda, la había cargado hasta la habitación y una vez encerrados la dedico todas las caricias que antes no la había dado. Ella había vuelto a sollozar hasta que agotada se durmió.
Y ahora reposaba con los restos de lagrimas y con lo que él había depositado en su interior. Se tumbo a su espalda y antes de que pudiera aproximarse algo mas ella rodó hasta encajarse contra su tórax.
-¿Dónde has ido?
-Tenemos visita-En ese momento levantó los ojos y él pudo constatar que no hacia mucho que se había despertado-. Son amigos.
Noto como el cansancio volvía a hacer mella, rodar hasta él parecía haberla drenado mas de lo que parecía; cuando habían tocado el colchón tras el encontronazo en el suelo de la terraza habían sido sus manos y su boca las que se habían encargado de ella, completamente agotada se había dormido y solo se despertó cuando dejo de notar el característico calor de otro cuerpo a la espalda, pero estaba tan cansada que solo se había quedado tumbada en la cama sin saber que hacer, después él había entrado con algo que olía a té y durante un rato se limito a sentarse sin hacer nada mas. En ese momento toda zona que había tocado durante la noche empezó a calentarse hasta que se apretó en contra suya.
Levanto el rostro y le beso, nada de esos besos rápidos en los labios, de forma lánguida, tomándose todo el tiempo que necesitaba hasta que separó los labios y pudo escurrirse en el cálido interior que era la boca masculina. Sabia al té que había estado tomando, pero mas diluido e intenso a la vez, paso las manos por la estrecha cintura hasta que pudo dejarlas descansar sobre la espalda al tiempo que él metía una entre el pelo de la nuca y la otra se dedicaba a pasear por el costado. No pudo evitar un gemido de placer.
Cuando dio por terminado el beso Aoshi se tumbo boca arriba arrastrándola.
-Okina no dejara que nos juntemos todos de nuevo sin tomar cartas en el asunto.
-Puedo hablar con alguien que os puede ayudar.
-Misao contra él no hay ayuda posible.
-Yo me he pasado los últimos cinco años desaparecida gracias a él - Dijo con una sonrisa de victoria.
Muy a su pesar Aoshi la dio la razón.
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(1) kun: Apelativo afectivo, más cercano que -san, se suele usar con los tíos, en lugar de "-chan".
(2) Significa extranjero, pero con un tinte despectivo, normalmente se usa como un insulto.
(3) Ráfaga de disparos.
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