La vida de ensueño de Joshua | By : El8Culpable Category: Spanish > Celebrity Views: 298 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: Esta es una obra de ficción. NO sucedió fuera de mi imaginación. Sus únicos personajes reales son las famosas que aparecen, a las cuales no conozco personalmente. No he ganado ni un puto centavo con la escritura de esta historia. |
ADVERTENCIAS:
1. Este relato está ambientado en Estados Unidos, un país que no he visitado (de hecho, nunca he salido de mi país natal). Espero que esto explique todas las imprecisiones acerca de cómo son las cosas en esa nación que pueda contener la historia.
2. Este relato se inspira, en parte, en un par de noticias sobre dos de las famosas que lo protagonizan que empezaron a circular el año pasado en los medios de comunicación.
3. Se supone que este relato debió ser subido el año pasado, pero por razones que considero que no es necesario explicar, sólo he podido subirlo hasta hoy.
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I
—Te extrañaré —Beyoncé le dijo a su esposo, el famoso rapero Jay-Z, mientras este salía por la puerta de su mansión de camino a su próxima gira de conciertos.
—Yo también te extrañaré —respondió, sonriente, antes de besar a su esposa e irse.
Ella lo despidió con su mano, también sonriente, parada en el umbral de la puerta, hasta que él se metió en la limosina que lo llevaría al autobús de giras que partiría hacia su primera parada. Beyoncé volvió a entrar en la mansión y se dirigió a la cocina por un vaso de jugo de naranja. Cuando había bebido la mitad de su jugo, de repente, un sonido proveniente de la encimera llamó su atención. Ella se acercó allí y se dio cuenta que era el celular de su esposo, el cual había dejado olvidado. Sintiendo curiosidad, decidió revisarlo. Lo recogió y vio un mensaje de texto de “Jenni”.
“¿Quién es Jenni?”, pensó.
Ella abrió el mensaje de texto y lo leyó. Decía “Espero q estes cerca. T espero en el bus. T necesito. Tengo hambre d polla”. Mientras lo leía, recibió otro mensaje que decía “Apuesto q no puedes esperar estar a mi lado, esa perra de B no sabe cómo hacerte sentir como un hombre DE VERDAD, pero yo si se”.
Beyoncé tuvo que buscar una silla para sentarse, pues se sentía a punto de caer desmayada. La furia y la tristeza atravesando su mente estaban a punto de hacerla perder el control. “¡Maldita sea! ¡Pero si hasta dejé mi carrera en la música de lado por él!”, pensó, rabiosa. Ella dio un brinco cuando escuchó cerrarse de golpe la puerta de la mansión. Sabiendo que su esposo se dio cuenta que olvidó su teléfono, borró los mensajes y lo volvió a poner en la encimera. Se obligó a calmarse y caminó hacia la puerta de la cocina en el preciso momento en el que Jay-Z entraba por esta. En ese momento procedió a dar una actuación merecedora del Oscar.
—Olvidé mi teléfono —pasó al lado de ella y lo tomó de la encimera—. Adiós, amor —la besó de nuevo y salió por la puerta.
—¡Adiós, mi cielo! —lo despidió alegremente con una radiante sonrisa de oreja a oreja.
Una vez que la limosina volvió a alejarse, Beyoncé se sentó en un sofá y sollozó cubriéndose el rostro con las manos. Ella no podía creer que el hombre al que amaba estuviese traicionándola. La cantante, por casualidad, había escuchado que el autobús de giras que había rentado era inusualmente fastuoso, con el área de descanso siendo prácticamente un apartamento entero, pero nunca sospechó nada malo; después de todo, los raperos son famosos por esta clase de excesos. Ahora sentía que iba a morirse.
Después de llorar por una hora, la mucama vino a decirle que el camión del cartero acababa de pasar dejando el correo y a preguntarle si debía ir a recogerlo. La mujer estaba desconcertada y un poco asustada al ver a su patrona llorando, pero, siendo una persona discreta, no hizo ningún comentario. “Iré yo”, dijo Beyoncé antes de secarse las lágrimas con una toallita de papel y serenarse lo mejor que pudo para salir de la casa. Caminó con lentitud hasta el buzón y sacó una gran cantidad de cartas y un par de paquetes de este. Había demasiadas cosas y, después del más pequeño tropiezo, todo se cayó de sus manos y quedó desparramado por el suelo.
—¡MALDICIÓN! —gritó.
Esto atrajo la atención de Joshua, el hijo de 14 años de su vecina, el cual, por casualidad, pasaba al lado.
(Joshua era una criatura de una belleza exquisita y delicadamente femenina: blanquísima tez de marfil, cabello muy largo, liso y sedoso que era casi blanco de tan rubio, grandes ojos verdes, rostro inmaculado con rasgos de hadita, cuerpo delgado de bailarina… hasta sus manos eran como las de una mujer).
—Yo la ayudo, Sra. Knowles —dijo, caminando hasta donde ella estaba y ayudándola a recoger el correo.
—Gracias, Josh —respondió, a punto de volver a sollozar.
—¿Se siente bien, Sra. Knowles? Pareciera que usted ha estado llorando —miró hacia arriba mientras continuaba recogiendo las cosas. Beyoncé apretó los dientes en un intento por contener las lágrimas—. ¿Sra. Knowles?
—No es nada, Josh. Gracias de todos modos. ¿Puedes acompañarme hasta la puerta, por favor?
Josh la siguió hasta la puerta y la mantuvo abierta para ella pues las manos de Beyoncé estaban demasiado llenas para que lo hiciera ella misma. Josh tomó el correo de las manos de la estrella de la música y lo puso en una mesita al mismo tiempo que Beyoncé se sentaba en un sillón. Ella todavía estaba tratando de contener el llanto.
—Gracias por ayudarme, Josh. ¿Puedo darte algo de comer o de beber?
—No, gracias. No necesito nada. ¿Está segura que está bien? —ella asintió—. De acuerdo, supongo que entonces iré a casa antes que mi mamá empiece a preocuparse.
Beyoncé lo miró mientras se alejaba.
—¡Espera! —le gritó cuando estaba a punto de salir por la puerta.
Él se dio media vuelta y vio que ella se le acercaba. Una vez que lo alcanzó, puso una mano en su hombro y le dijo:
—Podrías ayudarme a sacar algunas cosas de mi armario.
—De acuerdo, pero debo decirle a mi mamá primero —respondió. (La madre de Joshua era una madre soltera, pero no era lo que imaginabas convencionalmente como una madre soltera; en realidad, era una mujer muy exitosa: tenía su propia compañía de programación y vivía en la mansión al lado de la de Beyoncé).
—Está bien —y, cuando él empezó, de nuevo, a retirarse, agregó—: Dile que voy a necesitarte durante más o menos una hora.
Cuando Josh cerró la puerta de la mansión. Una sonrisa diabólica se formó lentamente en el rostro de la estrella afroamericana de la música. En sólo un instante, había ideado un plan de venganza contra Jay-Z. Lo siguiente que hizo fue darle a la mucama un encargo que la mantendría fuera el resto de la tarde. Con ella lejos de la escena, Beyoncé subió corriendo a su habitación y, a toda velocidad, se preparó para el regreso de Josh.
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Una vez que Joshua obtuvo el permiso de su madre para ayudar a Beyoncé, se paró frente a la puerta cerrada de la mansión de la estrella de la música y tocó el timbre. Cuando esta se abrió, lo que vio hizo que se le secara la garganta y un escalofrío le recorriera el cuerpo entero: Beyoncé se había cambiado su ropa casual por un minivestido ceñidísimo de color rojo intenso con un escote muy generoso, zapatos de tacones altísimos del mismo color, grandes aretes de aro dorados colgando de los lóbulos de sus orejas y su rostro maquillado con un labial también rojo intenso y mucha sombra en los ojos. También se había perfumado. La radiante sonrisa de oreja a oreja que curvaba sus labios la hacía lucir aún más bella. De repente, Josh sintió que sus pantalones le quedaban demasiado apretados.
—¿Tu mamá te dio permiso para ayudarme? —con un tono de voz bajo y coqueto.
—Uhmm… sí… —respondió, casi inaudible.
—¡Excelente! —casi gritó, con exagerado entusiasmo—. ¡Sígueme! —agregó, dándose media vuelta y dirigiéndose hacia su habitación.
Josh todavía se quedó desconcertado unos segundos antes de salir de su estupor y apresurarse tras la estrella de la música. El chico no pudo evitar que sus ojos bajaran al legendario trasero de la afroamericana. Beyoncé, sintiendo la mirada del adolescente, exageró los contoneos de sus caderas y su culazo. Josh sintió que sus pantalones se habían encogido aún más. “Esta va a ser una tarde muy larga…”, pensó él.
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Ella abrió la puerta de un armario gigantesco y, apuntando a una gran cantidad de cajas de zapatos que estaban en la parte más alta, dijo:
—¿Podrías bajarlas?
—Seguro, Sra. Knowles —respondió, acercando un pequeño taburete que había en la habitación para subirse a él.
—¿Podrías dejar el “Sra. Knowles”? Llámame Beyoncé.
—De acuerdo, Beyoncé —mientras se subía en el taburete para tomar las cajas, una a la vez, y se bajaba para ponerlas en el piso.
Al mismo tiempo que hacía esto, la mirada de Beyoncé, quien se había puesto detrás de él, bajó por el cuerpo de Josh. “¡Dios, tiene un culito delicioso!”, pensó ella, conteniendo una risita al mordisquearse el labio inferior. Luego de un rato, ya no pudo resistirse y le agarró las nalgas con su mano derecha. Él dejó caer la caja que sostenía en esos momentos y se dio la vuelta, sonrojado, boquiabierto y con los ojos grandes como platos. Ella sonreía traviesa; “¡Madre mía, luce tan lindo!”
—Uhmm… ¿acaba de tocarme el trasero…? —con un hilo de voz incrédula.
—Tal vez… —con suavidad, ensanchando su sonrisa y entrecerrando los ojos con languidez.
—¿Por qué hizo eso? ¿No está casada? —estaba confundido.
Cuando respondió, algo del desprecio que sentía se filtró en su voz:
—Acabo de descubrir que mi esposo ha estado acostándose por allí con alguna zorra… así que no, en realidad ya no me considero “casada” —le agarró el brazo izquierdo y lo bajó del taburete.
—Pero… pero… ¿no soy demasiado joven para usted?
—¿Y? No es como que alguien vaya a enterarse —ella se abrazó fuerte a él y lo besó con intensidad en los labios. Sus manos volvieron a las adorables nalguitas del chico para apretarlas. Al romper el beso, lo miró seductoramente a los ojos y le dijo—: Cuando te pedí ayuda era para que hicieras cualquier cosa que se me ocurriera —con la voz y la mirada más insinuantes del mundo.
—¿De veras? —su cuerpo comenzó a cubrirse de sudor—. Yo… no… no sé, Beyoncé, esto no se siente bien —trató de alejarse empujándola, pero ella se abrazaba con fuerza.
—Para mí se siente bien. ¿Por favor? He tenido un día terrible. Por favor, no lo empeores yéndote —hizo un mohín mordiéndose el labio inferior y entrecerrando los ojos en una parodia de mirada triste.
—¡Maldición! Yo… no… —tartamudeó jadeante—. Sólo… —ella comenzó a besar su cuello—. Wow, eso se siente muy… —la famosa empezó a pasar sus manos a través de su largo cabello a la vez que aumentaba la fuerza con la que se abrazaba a él—. Oh, Dios mío, creo que debería irme… —él trató de separarse, pero la cantante lo arrastró y empujó con firmeza hasta hacerlo acostarse en la cama.
—Apuesto que puedo hacerte cambiar de parecer —ella se puso en cuatro patas en la cama a su lado, su espalda arqueada como la de una leona en celo y su legendario culazo apuntando al techo; sus manos acariciando el interior de sus muslos, subiendo hasta su cinturón—. ¿Alguna vez una mujer te ha tocado aquí? —bromeó, como si existiese alguna posibilidad de que el impecable hijo de 14 años de su vecina ya hubiese tenido su primer beso, no hablemos de ser un donjuán en secreto, y agarró con fuerza el bulto en sus pantalones, haciéndolo tensarse.
—Yo, pues, yo… no… —ella rió como una niña traviesa al escuchar su tartamudeo sin aliento y ver su rostro rojo como un tomate.
—¿Así que nadie te ha hecho esto? —Beyoncé deshizo su cinturón y le quitó los zapatos y después los jeans y, por último, los calcetines. Una vez hecho esto, se inclinó y besó el enorme bulto en sus calzoncillos. Él echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos con expresión soñadora, dejando escapar un suspiro largo y bajo, mientras Beyoncé le quitaba su ropa interior también, exponiendo el pene más largo, grueso y venoso que había visto en su vida. Ahora fue su turno de quedar boquiabierta—. Wow, tienes una polla muy grande para un chico tan joven… —exclamó sin aliento, sus ojos grandes como platos. Una vez recuperada de la sorpresa, soltó otra risita de niña traviesa antes de agarrársela con la mano derecha y comenzar a masturbarlo lentamente.
—Oh, Dios, wow, eso se siente muy bien… —dijo con voz lánguida y baja, sus ojos aun cerrados; no podía creer que fuese a perder su virginidad con una de las mujeres más deseadas del mundo.
—Si piensas que eso se sintió bien, ¿qué tal esto? —Beyoncé, sin advertencia previa, se metió la totalidad de la sólida verga por la boca y comenzó a succionarla como una aspiradora industrial, metiéndose y sacándose el falo entero a toda velocidad, su nariz quedando aplastada contra el pubis del adolescente, sus aretes de aro rebotando como locos.
—¡OH, DIOS! —gritó entre dientes apretados mientras ella le demostraba cuan profunda era su garganta.
Beyoncé pasó los siguientes pocos minutos dándole su primera mamada, una experiencia inolvidable sólo mejorada por el hecho de que era Beyoncé Knowles la que se la daba. Ella se sacó la polla de la boca y se puso de pie al lado de la cama frente a él. La estrella afroamericana lo miró a los ojos mientras se quitaba su minivestido y sus zapatos y se los arrojaba al chico. Josh recorrió con la mirada su perfecto cuerpo de arriba abajo, cubierto sólo por las más exiguas piezas de lencería imaginables hechas de encajes traslúcidos de color rojo intenso. Esa visión hizo que se le hiciera agua la boca.
Tras unos pocos instantes inmóvil en silencio, Beyoncé soltó otra risita de niña traviesa más y movió sus manos a su espalda para quitarse el sostén (que también le arrojaría), liberando sus tetas. La afroamericana volvió a ponerse seria y lo miró a los ojos intensamente unos momentos antes de arquear una ceja y preguntarle:
—¿Te gustaría follarme mis…
—¡¡Sí!! ¡Quiero poner mi polla entre tus tetas! —casi gritó, una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, su voz llena de eufórico entusiasmo; la timidez natural del adolescente desaparecida como por arte de magia.
Ella lo hizo sentarse en el borde de la cama y se arrodilló entre sus piernas para poner su verga entre sus ubres. La afroamericana se las apretó con las manos, exprimiendo la estaca de carne del chico, y empezó a gemir mientras se movía arriba y abajo por esta, follándole la polla. Josh se agarró a los hombros de la cantante y se puso a mover sus caderas adelante y atrás. Beyoncé bajó la mirada para ver como el pene se movía entre sus montañas. Volvió a ver a los ojos a Josh y gimió aún más.
—¿Te gusta, nena? —suspiró.
—¡Mmmmm, sí! ¡Fóllame las tetas, Josh! —con voz profunda.
Beyoncé sentía que sus pechos no recibían la suficiente atención; era su imponente culazo el que acaparaba todas las miradas en su curvilínea figura. Josh continuó follándose sus preciosas chichas hasta que Beyoncé volvió a bajar la cabeza para usar su lengua para lamerle el glande cada vez que se ponía a su alcance. Hicieron esto durante muchos minutos hasta que la negra lo volvió a ver a los ojos y dijo:
—Josh…
—¿Sí, nena?
—¡Quiero cabalgarte! —ordenó.
El tierno efebo se detuvo y Beyoncé liberó su polla. El muchacho se quitó su camiseta, quedando totalmente desnudo. Ella se puso de pie y se dio media vuelta, quedando de espaldas al chico, para que pudiera disfrutar de la maravillosa visión de la famosa cantante Beyoncé Knowles quitándose las más diminutas braguitas imaginables doblada por la cintura con sensualidad indescriptible y muy lentamente. Luego de hacer eso, Beyoncé saltó sobre Josh como una fiera famélica, abrazándose a él muy fuerte con brazos y piernas y besándolo con volcánica pasión. Tras romper el beso, ella volvió a hacer que el adolescente se acostara boca arriba en la cama.
Beyoncé acarició el vientre y el pecho del chico, arañando la piel muy ligeramente con las uñas, sus labios curvados en una sonrisa malévola y emitiendo sonidos de “mmmm… mmmm…” muy tenues; eran sensuales y perfectos (y sin un solo vello corporal) a pesar de que el chico apenas estaba musculado. La cantante se puso en cuclillas sobre su miembro, de frente a él, le agarró la polla muy fuerte con la mano derecha y la guió hacia su empapada vagina. Provocándolo, se frotó el rabo contra el clítoris, para después inclinarse y besarlo en los labios con dulzura. Josh usó sus manos para agarrarle las tetas y ordeñárselas. Pudo sentir los endurecidos pezones de la famosa presionando contra sus palmas. Aspiró aire y cerró los ojos con fuerza, rompiendo el beso, una vez que sintió su polla entrando en ella. Beyoncé se incorporó, sus manos todavía apoyadas en el vientre del muchacho, cuando sintió que este movía sus caderas, subiendo y bajando, debajo de ella.
—¡Ohhhhhhh, Josh! ¡¡SÍ!! ¡¡¡Mmmmmm!!!
Cuando él aumentó la violencia con la que movía sus caderas, sus tetas y sus aretes de aro se pusieron a rebotar como locos. Él se sentó para chuparle el pezón izquierdo, después volviendo a acostarse para ver como rebotaban los pechos de la estrella de la música. Beyoncé miró sobre su hombro derecho para darle un vistazo a sus gordas nalgotas rebotando con cada embestida que él daba contra su coño. Beyoncé estaba orgullosa de su imponente culazo, a veces deseando poder verlo en acción. Ella se empezó a nalguear a sí misma con la mano derecha y exprimir con fuerza su propio glúteo antes de ponerse a gritar a todo pulmón:
—¡¡SÍ, SÍ!! ¡¡OHHHHH, DIOS, SÍ!! ¡¡FÓLLAME, SÍIIIIII!!
El sonido de su mano dándole a su propio culo hizo eco por toda la habitación. Josh gruñó, todavía moviéndose debajo de ella. Él usó sus manos para agarrarle sus enormes nalgotas, clavándoles los dedos lo más profundo que podía en la carne. Beyoncé volvió a poner sus manos en el pecho del chico, arañándole la piel. También se puso a agitar su hermosa melena salvajemente. De repente, ella echó la cabeza hacia atrás, cerró sus ojos con fuerza y gritó aún más alto que antes:
—¡¡OHHHH, SÍ!! ¡¡HAZ QUE ME CORRA, SÍ!! ¡FÓLLAME, JOSHUA! ¡¡SÍ, SÍIIII!! ¡¡HAZ QUE ME CORRA, NENE, OHHHH, SÍ!!
—¡¡Sí, nena!! ¡¡OHHH, SÍ!! ¡¡ASÍ, BEYONCÉ, OHHHH, PUTA!!
Apretando sus dientes y sus párpados con fuerza, Josh rugió como un león. Sabía que estaba muy cerca de eyacular dentro de ella. Continuó moviendo sus caderas, sólo abriendo los ojos para gritar:
—¡OHHHH, NENA! ¡¡SÍ, SÍ!! ¡¡OHHHHHH, PUTA!! ¡NO PUEDO AGUANTARME MÁS!
Su polla hizo erupción dentro de su apretado coño.
—¡SÍ, JOSHUA, SÍIIII! ¡ASÍ, DÁMELA! ¡¡OHHHHH… OHHHHH… DIOS!!
Se detuvo con una última embestida. Los dos volvieron a gritar a todo pulmón, sus alaridos escuchándose por toda la mansión. Ambos quedaron sin aliento una vez que todo terminó, sus jugos mezclándose en el interior de la afroamericana. Beyoncé abrió los ojos y miró el rostro de Josh. Segundos después, los dos se miraban a los ojos mientras sus respiraciones volvían a la normalidad. Beyoncé se inclinó y lo besó con dulzura en los labios mientras acariciaba el rostro del chico con las manos. El beso se convirtió en uno apasionado antes que se separara de él y le dijera con voz lánguida:
—Ohhhh, Dios, Joshua… eso fue maravilloso…
Incapaz de contenerse, él se incorporó y la besó de nuevo cuando dejó de hablarle. Cuando volvieron a separar sus labios, ella dijo:
—Mmmmmm, tengo algo que preguntarte.
—¿Sí, nena?
Ella dejó escapar una risita de niña traviesa antes de continuar.
—¿Alguna vez has soñado con follarme por el culo? —con una sonrisa muy ancha y entrecerrando, coqueta, los ojos.
Escuchando sus palabras, Josh no pudo hacer otra cosa que soltar una carcajada y asentir entusiasta con la cabeza.
—Beyoncé, nena… ¡Escucha, eres la reina de los culos!
Josh le dio una sonora nalgada con la mano izquierda.
—¡Nunca lo olvides! ¡Si me pides que te folle el culo, será todo un honor para mí obedecerte!
De repente, Beyoncé se abrazó a la nuca del adolescente para que compartieran otro beso apasionado. Josh volvió a usar sus manos para jugar con sus espectaculares nalgotas. Tras unos pocos segundos, ella rompió el beso y comenzó a ponerse de pie. Su polla finalmente dejó su dulce coño. Beyoncé se bajó de la cama y se puso en cuatro patas en el piso, dándole el culo, arqueando la espalda como gata en celo y apuntando con su poderosa cola al techo.
—¡Vamos, Josh! ¡Sé que lo quieres y te lo voy a dar! ¡Aquí está! —casi gritó, alegre.
Cuando él se puso de pie, sus ojos se abrieron grandes como platos al mirar su inmenso culazo. El supremo trasero de Beyoncé parecía llamarlo. Ella lo volvió a ver por encima de su hombro izquierdo mientras el chico admiraba la raja de su gigantesca retaguardia. Sonriente, Beyoncé lo provocó al nalguearse a sí misma con su mano derecha, viendo la cara que ponía al ver como rebotaba el firme glúteo. Esta era la definición de “épico” si podía ser resumida usando un culo grande. Tras unos pocos momentos admirando la vista, el muchacho se arrodilló detrás de la estrella de la música. Beyoncé aun lo miraba por encima de su hombro y lo provocaba con sus palabras.
—¡Vamos, cógeme! No puedo esperar a sentirte dándome con esa polla por mi enorme culo. ¡Dame, Joshua! ¡Fóllame el culo!
Él puso ambas de sus manos en las nalgas de ella, separándolas para meter su polla en la raja de su culo. Beyoncé ensanchó su sonrisa cuando sintió el glande introduciéndose por su ano. La cantante se mordió el labio inferior y gimió gustosa cuando entró en ella más de la estaca de carne del adolescente. Como es natural, Josh había fantaseado con el legendario trasero de su vecina desde que sintió deseos sexuales por primera vez; finalmente, sus fantasías se hacían realidad. Empaló la totalidad de su polla en el apretado culo de la afroamericana y jadeó.
—¡¡Ohhhh, puta!! ¡Tan estrecha, nena! ¡Wow!
Alzando su mano derecha lo más que podía, le dio una sonora nalgada al glúteo derecho de la negra. Beyoncé gimió y después dijo, con voz alegre:
—¡Sí, eso es! ¡Ohhhh, también puedes nalguear ese gordo culo! ¡¡Dale, nene!! ¡FÓLLAME EL CULO!
Josh le agarró con fuerza la nalga izquierda a la negra a la vez que meneaba sus caderas para atrás y para adelante. Volvió a alzar su mano y le dio una nalgada con cada embestida. Beyoncé gimió y le gritó, loca de placer:
—¡OHHHH, SÍ! —¡Plaf!— ¡MMMMMM! —¡Plaf!— ¡ASÍ! —¡Plaf!— ¡FÓLLA- —¡Plaf!— -ME EL —¡Plaf!— CULO!
¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! Josh siguió dándole una nalgada tras otra al glúteo derecho con cada embestida. Ahora apretaba los dientes, viendo como su polla desaparecía y reaparecía al enfundarla y desenfundarla en ese hermoso culo, el pubis del hermoso efebo produciendo música celestial cada vez que se estrellaba contra las nalgotas de la famosa. Las tetas y los aretes de aro de la estrella de la música se pusieron a rebotar como locos. Beyoncé gemía y jadeaba a medida que el semental de 14 años reducía su trasero a añicos a punta de pollazos. Josh rugió antes de proclamar en voz alta:
—¡¡Ohhhhh, puta!! ¡¡Tu culo fue hecho para ser follado, ohhhhh, sí!!
—¡MMMMM, DAME, JOSHUA! ¡¡SÍ, FÓLLAME EL CULO!! ¡¡¡OHHHHH, SÍIIIII!!!
Volvió a alzar su mano para continuar nalgueándola a pesar de que la palma le ardía. Cada vez que embestía contra su culo, Josh descargaría una nalgada sobre el glúteo derecho. Cada una de estas hizo eco por toda la habitación junto con los ruidos que salían de sus gargantas. Él comenzó a jadear, sabiendo que no sería capaz de continuar bombeando con su pene el culo de la afroamericana sin correrse. Josh la nalgueó una última vez antes de decir:
—¡Beyoncé, creo que voy a correrme de nuevo! ¡¡Ohhhhh, puta!!
—¡¿Oh, sí?! ¡¿Vas a correrte en mi culo, Joshua?! —preguntó ella entre gemidos y con un mohín muy sexy.
—¡Eso creo! —entre jadeos y dientes apretados.
Gruñendo, comenzó a disminuir su velocidad en las embestidas finales contra su culo. Esto fue suficiente para que ella supiera que el chico estaba alcanzando su clímax. Con voz ahogada, Josh dijo:
—Quiero correrme en tu culo, Beyoncé.
—¡¿En serio?! ¡¿Quieres cubrir mi culo con tu blanca lechita, no?! —con voz muy sexy.
Ella se mordió el labio inferior y lo siguió provocando mientras lo veía por encima de su hombro. Josh poco a poco sacó su miembro del culo de la negra, el cual hizo un ruidoso “¡POP!” cuando finalmente salió del todo, y lo dejó descansando entre sus gordas nalgotas. Beyoncé comenzó a relamerse los labios, lasciva, y se puso a apretar las nalgas y menear trasero y caderas como si bailara, consintiendo al pene del adolescente. Sabía lo que venía a continuación y no pudo resistirse a seguir provocándolo.
—¡Ohhhh, sí! ¡Córrete en mi culo, Josh!
—¡¡Ya va, nena!!
Habló con voz ahogada al mismo tiempo que se ponía a masturbarse lo más rápido que podía, apuntando directamente al enorme culo de la negra. Beyoncé dejó escapar un suave gemido y siguió provocándolo.
—¡No puedo esperar a sentir tu caliente paja salpicando mi enorme… gordo… redondo… CULO! ¡Córrete, córrete por mí, Josh! ¡¡Córrete por mí!!
—¡OHHHHHH, PUTA! ¡¡SÍ!! —con un bramido triunfal.
Josh jadeó mientras el primer chorro de blanca, caliente y espesa paja salía volando de su polla y aterrizaba sobre la nalga izquierda de la afroamericana. Rugió cuando un segundo chorro salió disparado, cubriendo la nalga derecha. Un tercer chorro cayó sobre la nalga izquierda, seguido de un cuarto que terminó en la raja del culo. Beyoncé soltó una risita de niña traviesa al sentir la ardiente semilla del semental de 14 años cubriendo su piel. Aunque no podía verlo, sintió cada gota que cayó en ella y sabía que el contraste entre su piel de caramelo y el blanco semen debía ser una visión maravillosa. Tras terminar, Josh se puso de pie. Beyoncé dijo, sin perder nunca su sonrisa:
—Mmmm, ¿ya terminaste?
—¡Sí, nena! Ohhhh, tu culo es algo fuera de este mundo.
—Ya lo sé: como tú dijiste, soy la reina de los culos.
—¡Es verdad, nena!
Beyoncé miró a Josh a los ojos por encima de su hombro izquierdo. Se mordió el labio inferior en un mohín muy sexy a la vez que dejaba escapar otro suave gemido y enviaba su mano izquierda a su culo. Comenzó a mover su dedo índice en un círculo, recolectando la paja antes de llevársela a los labios. Se chupó su dedo ruidosamente, con sonidos obscenos, viscosos y escandalosos que deban a entender que esto era lo más delicioso que alguna vez hubiese saboreado, tragándose la paja, varias veces hasta dejarse limpia. Él dejó escapar una carcajada y dijo con voz incrédula:
—No tienes idea… siento como si se hubiese hecho realidad algo con lo que soñé una eternidad. ¡¡¡ESTE ES EL MEJOR DÍA DE MI VIDA!!!
—¿Te divertiste, Josh? —preguntó con falsa despreocupación.
—¡Ohhhh, sí! ¡Siento que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Beyoncé!
—Mmmmm, bien. También disfruté esto —y tras una larga pausa—. ¿Dormimos un rato?
—¡Oh, sí! Amaría despertar a tu lado, cariño.
Ella se movió, levantándose del piso, y lo encaró. Beyoncé lo abrazó, lo besó con suavidad en los labios y, viéndolo a los ojos, le sonrió.
—Eres un chico maravilloso, Josh —dijo con voz baja y cálida.
Y, tomándolo de la mano, lo guió a la cama.
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Beyoncé y Josh durmieron durante alrededor de media hora. Al despertar, estuvieron quietos y en silencio, sus rostros muy serios, durante varios minutos más, sus miradas perdidas en el vacío; ella acurrucada entre los brazos del chico.
—Y, ¿qué ahora? —rompió el silencio la cantante.
—¿Como que “qué ahora”? —con nerviosismo, volviendo a su yo naturalmente tímido.
—Esto… —respondió ella sentándose. Tras un largo rato en el que el adolescente sólo se la quedó viendo sin decir nada, añadió—. Lo que acabamos de hacer.
—Pues… supongo que esto es algo de una sola vez… —murmuró, apartando la mirada.
—Tontito —dijo antes de agarrarle la barbilla y obligarlo a verla a los ojos. La estrella de la música sonreía con picardía—. Jay-Z es muy infiel —su voz adoptó un tono malicioso antes de añadir—: ¿Te gustaría seguir ayudándome a vengarme?
Beyoncé rió a carcajadas cuando Josh, con un alegre brinco, la abrazó y la cubrió de besos.
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Beyoncé acompañó a Josh hasta su mansión. Al entrar, se cruzaron con la madre del muchacho, la cual iba a salir a una reunión de negocios. Antes de irse, ella le preguntó a su vecina:
—¿Mi hijo te obedeció en todo lo que le pediste?
Los amantes hicieron esfuerzos supremos por contener sus carcajadas antes que la afroamericana respondiera:
—¡Sí, señora, me obedeció en todo a la perfección! ¡Sé a quién recurrir cuando necesite más ayuda!
II
A medida que avanzaba por la calle, Josh tenía que hacer un esfuerzo supremo para evitar salir corriendo mientras daba gritos de júbilo porque se sentía como el chico más afortunado de todos los tiempos.
Han pasado dos semanas desde la tarde en la que perdió su virginidad con la superestrella Beyoncé Knowles. La cantante rentó un apartamento cerca de sus hogares y, desde esa inolvidable fecha, han tenido sexo casi todos los días. La famosa afroamericana no le ha negado absolutamente nada al joven, realizando todas y cada una de sus fantasías sexuales.
Pero hoy, a pesar del mar de hedonismo en el que el chico ha estado viviendo, promete ser aún mejor: Beyoncé le dijo a Josh que había preparado algo muy especial para él.
Él tiene que usar todas sus fuerzas para evitar que una idiota sonrisa de oreja a oreja se dibuje en su cara mientras piensa en cual va a ser la sorpresa de la negra.
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Cuando tocó la puerta del apartamento, esta sólo se entreabrió un poquito antes que una mano saliera disparada como serpiente al ataque, agarrara el brazo del chico y lo metiera en el apartamento en un parpadeo; la puerta cerrándose de golpe.
Una vez recuperado de la sorpresa, no puede evitar que escape una risita nerviosa al tener a unos pocos centímetros frente a él a una sonriente Beyoncé Knowles. La famosa afroamericana siempre se viste muy sexy para Josh y hoy no es la excepción: una camisola blanca tan ceñida que transparentaba sus pezones (ella, para la mayoría de sus encuentros, no se pone ropa interior), unos microshorts de jeans que se le pegaban como una segunda piel y unos zapatos de plataforma plateados. Además, se ha puesto unos enormes aretes de aro dorados y se ha maquillado con un labial rojo intenso y mucha sombra en los ojos.
—¿Y… cual es esa sorpresa especial que me preparaste? —dijo, tras un largo rato en el que simplemente se vieron el uno al otro a los ojos.
—¡Soy yo! —sonó una alegre voz femenina detrás de Josh.
El chico se dio la vuelta y, cuando vio quien había hablado, se quedó boquiabierto y con los ojos grandes como platos: sentada en el sofá del apartamento estaba nada menos que la sensual cantante colombiana Shakira. Vestía una camiseta blanca sin mangas que había sido recortada para que pudiera mostrar sus abdominales, unos leggins con un estampado de piel de serpiente que parecían tatuados a su cuerpo y unos zapatos negros de tacones vertiginosos. La superestrella latina se había rizado y teñido mal el cabello, de forma que su melena parecía un caótico revoltijo de café y rubio (por alguna razón, eso le quedaba muy bien: esa caballera parecía insinuar que era una fiera en la cama). Además, también había colgado de los lóbulos de sus orejas enormes aretes de aro dorados y le sonreía al chico de la misma forma en la que Beyoncé lo hacía.
Josh se quedó inmóvil en silencio, luciendo como un idiota, hasta que Beyoncé lo tomó de la mano y lo guió al sofá, sentándolo entre Shakira y ella. Esto hizo que el muchacho saliera de su estupor y reaccionara. Durante un largo rato, los tres, entre risas, hablaron de naderías para romper el hielo.
—¿Y… como se conocieron? —inquirió él en cierto momento.
—Una vez grabamos juntas una canción llamada “Beautiful Liar” y su video musical y desde ese día somos buenas amigas —respondió Shakira.
Este sencillo comentario hizo que los tres estallaran en risitas nerviosas.
Volvieron a hablar de naderías durante varios minutos más, hasta que él finalmente preguntó:
—¿Y… por qué está aquí Shakira?
—Porque ella se encuentra en el mismo lugar en el que me encontraba yo —respondió Beyoncé llanamente.
Él volvió a ver a la cantante colombiana.
—¿Tu hombre te fue infiel?
Esta bajó la mirada y su rostro adoptó una expresión de genuina tristeza antes de responder:
—Sí: descubrí que mi novio desde hace muchos años, un futbolista llamado Gerard Piqué, me estaba engañando. Es decir, no es la primera vez que lo hace, pero esperaba que, con el tiempo, dejara de hacerlo.
—Eso no está bien, cariño: esa es la clase de cosas que una nunca debe dejarle pasar a un hombre —Beyoncé la regañó con dulzura, sinceramente preocupada, al mismo tiempo tomándole una mano para acariciársela tranquilizadora.
—Pues ya no tienes que preocuparte por eso —levantó el rostro e intentó que no se notara el desprecio en su mirada y en su voz—: He roto con él… y esta vez es definitivo.
Estuvieron otro largo rato los tres inmóviles y en silencio, serios de repente, hasta que Josh volvió a hablar.
—¿Y… que pinto yo aquí? —pronunciando las palabras con todo el tacto posible.
Tras una breve pausa, Shakira respondió:
—Pues… —otra pausa corta, tras la cual la latina le imprimió la mayor coquetería posible a su mirada, su sonrisa y su voz— Beyoncé me dice que tú eres el mejor a la hora de consolar a una mujer…
Josh soltó una risita nerviosa, bajó la mirada y se ruborizó.
Beyoncé, al ver la reacción del chico, soltó una carcajada, tomó a sus amigos de las manos y los guió a la cama.
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La cantante afroamericana sentó a su amiga en el borde de la cama y puso al semental de 14 años de pie en frente de ella. Le dio un beso en la mejilla a cada uno antes de subirse en la cama y sentarse detrás de Shakira. (Esto formaba parte de su venganza, pues Jay-Z le había pedido varias veces que hicieran un trío, pero ella siempre se había negado; ahora le iba a dar eso que tanto había anhelado a otro hombre). El jovencito y la latina se quedaron viendo el uno al otro, de repente desconcertados: a pesar de todas las cosas que Beyoncé había dejado que le hiciera, Josh nunca había soñado que ella aceptaría hacer un trío, ¡y mucho menos con otra de las mujeres más deseadas del mundo!; Shakira, por su parte, jamás había creído que lo haría con un chico de sólo 14 años.
—¿Qué están esperando? ¡Empiecen ya! —ordenó la belleza negra con voz alegre.
Esto hizo que Josh, finalmente, reaccionara: empujó a Shakira con suavidad hasta acostarla boca arriba en la cama, la cabeza de la colombiana descansando entre las piernas muy abiertas de Beyoncé. Su amiga le acarició el cabello mientras Josh le quitaba muy lentamente los zapatos, primero, y sus leggins, después, exponiendo su pubis perfectamente depilado (al igual que la negra, Shakira no se había puesto ropa interior).
Josh se arrodilló y estampó su cara en su coño, dedicándose a saborear sus dulces néctares; sus manos separando las piernas de la cantante latina y acariciando sus muslos. Ella cerró sus ojos, ronroneó y sonrió con expresión soñadora mientras la resbaladiza lengua exploraba su interior. La colombiana cruzó sus brazos bajo su cabeza.
El rostro de Beyoncé se iluminó con una sonrisa de fascinación mientras disfrutaba del espectáculo, masajeándose sus propios pechos con suavidad al ver a su amante satisfaciendo a su amiga. El sonido de los gemidos de Shakira enviaba violentos escalofríos de placer por todo el cuerpo de la cantante afroamericana. Josh y ella se miraron a los ojos y la negra le sopló un besito. El adolescente presionó su lengua contra el clítoris de la latina después de ver esto, dándole a su entrepierna un tratamiento que nunca antes había experimentado.
Los jadeos de Shakira rápidamente incrementaron su velocidad debido a las deliciosas sensaciones que embargaban cada nervio de su cuerpo. Beyoncé se movió y lentamente le quitó la camiseta sin mangas a su amiga, dejándola completamente desnuda. La cantante afroamericana se puso en cuatro patas encima de su colega y comenzó a besar su estómago. Poco a poco fue bajando su entrepierna sobre el rostro de la otra mujer, sintiendo su aliento contra la delgada tela de sus shorts. De repente, la negra agarró a Josh del cabello y atrajo su boca a la suya para que compartieran un beso largo y hondo mientras la colombiana le quitaba sus shorts.
Shakira finalmente logró quitárselos y usó sus manos para jugar con las nalgotas de la negra mientras le comía el coño con tanta intensidad como Josh se había comido el suyo. Su lengua se hundió con facilidad en la empapada entrada.
Beyoncé interrumpió el beso con el semental de 14 años para soltar una risita de niña traviesa. Ambos enterraron sus rostros en las partes íntimas de Shakira. La lengua de Josh reentró en su expectante sexo al mismo tiempo que la punta de la lengua de Beyoncé bailaba contra su palpitante clítoris. Sólo necesitaron unos pocos segundos para hacer que la colombiana perdiera el control.
Shakira hundió el dedo índice de su mano derecha en el culo de Beyoncé al mismo tiempo que aullaba contra el coño de la negra. Su cuerpo se tensó a la vez que un intenso orgasmo empapaba el rostro de Josh. La lengua de Beyoncé se separó de su clítoris y comenzó a lamer los jugos de la cara del muchacho. Una vez que Shakira se relajó, él le dio un besito en los labios a Beyoncé antes de ponerse de pie para bajarse los pantalones y los calzoncillos, que quedaron hechos un revoltijo alrededor de sus tobillos, y liberar el masivo miembro que ella amaba y extrañaba tanto. Él le quitó a Beyoncé su camisola con rudeza, dejándola completamente desnuda.
Josh presionó su glande contra el sexo de Shakira, pero fue detenido por la mano de su otra amante. Beyoncé atrajo la polla a sus labios y se la metió hasta el fondo. Sus maravillados ojos cafés concentrados en el pene, viéndolo desaparecer y reaparecer a la vez que mecía su cabeza para atrás y para adelante, su nariz quedando aplastada contra el pubis del adolescente y sus aretes de aro y su melena rebotando como locos, el aire del apartamento llenándose de sonidos obscenos, viscosos y escandalosos. Josh se hizo un nudo con la hermosa melena de la negra en su mano derecha para hacer todo el proceso aún más violento.
Al mismo tiempo que la mamada tomaba lugar, Shakira tenía los ojos cerrados mientras su lengua lentamente hacía círculos alrededor de los labios vaginales de Beyoncé. Adoraba el sabor de los jugos de su amiga, estimulando cada papila gustativa de su lengua en su camino a su garganta. También le encantaba la sensación del escroto de Josh frotándose contra su clítoris mientras la mamada continuaba. Shakira soltó una risita cuando una gota de la saliva de Beyoncé cayó en su pubis.
—Fluglaglegla gla —dijo Beyoncé, su voz ahogada por el largo miembro de Josh.
—¿Qué? —preguntó el efebo, sacando su polla de la boca de la afroamericana con un ruidoso “pop”.
—Fóllatela ya —respondió con una carcajada a la vez que usaba su mano derecha para llevar el pene al empapado sexo de Shakira.
Beyoncé se sentó, quitó su entrepierna del rostro de su amiga y la ayudó a quitarse la camiseta sin mangas. Después se acurrucó a la izquierda de Shakira, rodeando con un brazo la cintura de la latina y descansando su cabeza en sus pequeños pechos. Comenzó a chuparle los pezones al mismo tiempo que Josh empalaba su enorme estaca de placer en el sexo de la colombiana.
—¡Oh, mierda! —gritó Shakira a medida que la totalidad de ese miembro se hundía en su cuerpo. A la superestrella latina todavía le costaba creer que el falo de Josh fuese tan grande como su colega le había dicho.
Beyoncé se puso a morderle los pezones con fuerza mientras la otra cantante era follada como si no hubiese un mañana. El sonido de piel contra piel estampándose con fuerza entre sí llenó el apartamento, eclipsado sólo por los ruidosos gemidos y jadeos saliendo de la boca de Shakira, sus labios todavía cubiertos por una gruesa capa de los néctares de la negra.
La superestrella latina se abrazó con fuerza a la cintura de Beyoncé mientras le daban con la mejor polla que había conocido en su vida. Su cuerpo entero se mecía con cada embestida del adolescente. Miraba hacia el techo e intentaba concentrarse en el ventilador, pero le estaban dando demasiado duro, así que simplemente cerró sus ojos y se puso a relamerse, gustosa, los labios. Poco tiempo después, Beyoncé unió su boca a la de su amiga en un ardiente beso de lengua. Shakira abrió sus ojos muy grandes, sorprendida al principio, para después sonreír, haciendo su mejor esfuerzo por no soltar carcajadas.
Josh sacó su polla del cuerpo de Shakira y levantó una pierna de Beyoncé. Presionó su miembro contra la empapada entrada de la negra y procedió a darle como un animal. La afroamericana dejó salir un rugido primigenio dentro de la boca de su colega. Ambas mujeres abrieron sus ojos muy grandes y se miraron entre sí. Lentamente rompieron su beso y se separaron. Continuaron mirándose a los ojos la una a la otra mientras Josh hundía dos de los dedos de su mano derecha en el sexo de Shakira.
Sólo se necesitó de un segundo para que el adolescente igualara el ritmo de sus movimientos en ambas mujeres. Un minuto después de entrar en Beyoncé, logró hacer que la negra alcanzara otro de los increíbles orgasmos que era capaz de producirle. Shakira movió ambas de sus manos a su palpitante clítoris, aumentando el placer que le proporcionaba el semental de 14 años.
Después que el cuerpo de Beyoncé se relajó, Josh salió de ella. Él agarró el cabello de Shakira y tiró de este hasta hacerla sentarse. La colombiana le agarró las bolas con la mano derecha mientras la otra rodeaba la base de su verga. Sus labios suaves y carnosos engulleron el glande y se dedicó a mecerse hacia adelante y atrás, sus aretes de aro y su melena rebotando como locos. Él gruñó al sentir el firme agarre de sus labios deslizarse arriba y abajo por su miembro. El chico escuchó los suaves gemidos emitidos por su garganta bajo los sonidos de succión que hacía la latina.
Beyoncé, que se había sentado detrás de su colega, se hizo un nudo con los cabellos de Shakira en la mano izquierda y se dedicó a sumarle más violencia a la mamada. La otra estrella de la música se sacó el miembro y se puso a hacerle cosquillas con la lengua y describir círculos alrededor de la punta del glande. Mantuvo los ojos abiertos, admirando la gruesa y reluciente capa de saliva que había dejado atrás.
Beyoncé comenzó a besar con suavidad a su amiga en el cuello mientras masajeaba sus pequeños pechos con su mano derecha. Después usó sus dientes para tirar con delicadeza del arete de aro derecho de la colombiana. Eso hizo que Shakira mamara la polla de Josh con más ferocidad.
La cabeza de Shakira se movía hacia atrás y hacia adelante tan rápido que Beyoncé tuvo que separarse por miedo a arrancarle el lóbulo de un tirón. Soltó el cabello de su amiga y envió su otra mano también al busto de esta.
La respiración de Josh se volvió más ruidosa. La mamada que estaba recibiendo era simplemente alucinante y era incapaz de aguantar más. Sacó su miembro de la boca de la latina violentamente, se agarró la polla y comenzó a masturbarse a toda velocidad. Shakira, dándose cuenta de lo que iba a suceder, se quitó el cabello de los ojos y miró hacia arriba con la boca muy abierta. Beyoncé le dio un beso a Shakira en la mejilla y cerró sus ojos, esperando el gran final.
Este llegó de una buena vez y la polla de Josh estalló en una erupción de lava blanca. Su blanco, caliente y espeso semen se estrelló contra la lengua de Shakira. Ella cerró la boca de inmediato y tragó mientras el resto de la paja cubría el rostro de Beyoncé y el suyo. Chorro tras chorro aterrizaba en el cutis de las mujeres. Los labios de Beyoncé se curvaban en una sonrisa de oreja a oreja mientras Shakira tenía una expresión diabólicamente seductora en su mirada.
Una vez que Josh terminó, presionó el glande contra los labios de Shakira. Ella abrió la boca y comenzó a succionar para extraer toda la paja que hubiese quedado en la polla, limpiándola de la forma más meticulosa posible.
—¿Cómo estuvo eso? —Beyoncé susurró, ardiente, en el oído de su amiga.
Sin decir nada, Shakira movió la cabeza, sacándose la polla de Josh y empujó su lengua en la boca de su colega. Beyoncé gimió al sentir la paja entre sus lenguas. Shakira rompió el beso, dejando una gruesa hebra de semen conectando sus labios. Beyoncé abrió la boca y les mostró a sus amantes el charco de leche que cubría su lengua. Ella bajó la cara y dejó que la blanca sustancia goteara en sus pechos, que todavía palpitaban por su orgasmo.
—¿Eso responde tu pregunta? —dijo Shakira, provocativa, antes de volver a ver a Josh—. ¡Eso fue jodidamente asombroso!
Shakira se puso de pie y se abrazó lo más fuerte que podía a su cuello. Permanecieron abrazados por un minuto (ella untándole al chico, sin querer, algo de su propio semen) antes que la estrella colombiana se separara y se sentara al lado de Beyoncé. Le agarró la mano y la miró a los ojos.
—Eres la mejor amiga que una chica puede tener —dijo antes de darle otro besito.
III
Josh caminaba muy lentamente por la calle, cabizbajo, las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y la espalda encorvada. Reflexionaba y reflexionaba y, aun así, seguía resultándole increíble cómo se podía pasar tan rápido de estar en la cima del mundo a sentirse hundido en el lodo.
Han pasado tres meses desde aquella inolvidable ocasión en la que se tiró al mismo tiempo a dos de las cantantes más deseadas del mundo entero. Dos semanas atrás, Beyoncé lo había llamado para darle una noticia muy importante: estaba embarazada. La reacción inicial de Joshua al saber que iba a tener un bebé con su diosa había sido de júbilo, pero, en ese mismo instante, la afroamericana le hizo una confesión que dejó su felicidad hecha añicos: le reveló que su plan de venganza contra el infiel de su marido no era simplemente traicionarlo ella misma, sino que era hacerlo criar, sin que se diera cuenta, un hijo ajeno. Ahora, como ya había cumplido con eso, iban a mudarse a otra ciudad. También estaba haciendo planes para revivir su carrera musical con un nuevo álbum y una nueva gira.
Josh, al oír estas cosas, rompió en llanto sin la más mínima dignidad. Beyoncé, apiadándose del muchacho, había intentado consolarlo, pues de verdad le gustaba el jovencito, diciéndole que, con la experiencia sexual que había ganado con ella, seguramente haría muy feliz a alguna chica afortunada algún día.
Recordando las palabras de la famosa, Josh no pudo evitar bufar con desprecio. Todas las personas que lo conocían, debido a su belleza increíblemente femenina, asumían que él era homosexual. El adolescente estaba convencido que hasta su mamá creía que era gay. En esos momentos, el chico pensaba que era prácticamente imposible que alguna vez en su vida conociera a alguna otra mujer dispuesta a tener sexo con él voluntariamente.
Él, finalmente, dejó escapar un largo suspiro de tristeza.
“A decir verdad, cuando lo piensas, es natural: lo bueno nunca dura”, reflexionó. “Lo único que se puede hacer en una situación como esta es soportar las cosas como un hombre, esperar que todo pase lo antes posible y al mal tiempo poner buena ca…”
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una limosina que frenó ruidosamente a su lado. Una puerta se abrió de repente y por esta salió una alegre vez femenina que dijo “¡Entra, Josh!”
Joshua vio dentro del vehículo y reconoció a la mujer que le hablaba: era Shakira, una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.
Después de unos instantes inmóvil por la sorpresa, ella volvió a hablar, en un tono muy coqueto:
—¿Y bien? ¿Qué estás esperando?
Joshua finalmente reaccionó y se metió en la limosina. La puerta se cerró tras él y el vehículo se puso en movimiento.
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Estuvieron muchos minutos simplemente viéndose en silencio el uno al otro, la sonrisa de Shakira (llevaba el cabello igual que la vez pasada, pero en esta ocasión vestía una camiseta azul oscuro y unos pantalones de cuero negro que se ceñían a su cuerpo como una segunda piel) nunca abandonando sus labios. Esta hizo que, a su vez, una tenue sonrisa curvara los labios del chico.
—¿Y bien, Josh? —finalmente habló.
El chico no dijo nada. Sólo parpadeó una vez con fingida inocencia.
—¿No me vas a preguntar porque vine a buscarte?
Él ensanchó su sonrisa e inclinó la cabeza a un lado en un gesto inquisitivo antes de responder en voz baja:
—De hecho… siento curiosidad…
La estrella colombiana empezó con despreocupación:
—Beyoncé me dijo que eres el padre de su bebé…
Ella se interrumpió al ver el efecto que estas palabras produjeron en Josh. El chico se puso rígido, la sonrisa desapareciendo de sus labios y la diversión de sus ojos.
Ella bajó la mirada y, tras una pausa larga, se disculpó con voz dolorida:
—Perdón si te hice recordar algo desagradable.
—No tienes que disculparte por nada —respondió con voz baja y tensa que amenaza con perder el control.
Estuvieron mucho tiempo en un silencio tenso y evitando hacer contacto visual. Cuando Shakira sintió que el ambiente volvía a relajarse, continuó en un tono tranquilizador:
—Josh, estaba diciendo que vas a tener un bebé con Beyoncé… —y dejó la afirmación colgando en el aire.
Él se limitó a asentir con lentitud.
—Y pensé: “seguro que un hijo de esos dos sería la cosita más preciosa en todo el mundo”… —la sonrisa empezaba a volver al rostro de la colombiana.
El chico volvió a asentir con lentitud, pero ahora mirándola fijamente; su interés se había despertado.
—Y después pensé que a mí también me gustaría tener un bebé precioso —sus labios volvieron a curvarse en una sonrisa de oreja a oreja a la vez que se abrazaba al adolescente y plantaba un beso profundo y ardiente en sus labios; luego de eso, continuó con un tono de voz muy seductor—: hay un montón de cosas que no pude hacer aquella vez que Beyoncé nos presentó y que me gustaría probar contigo.
Josh, tomado por sorpresa, estuvo un largo rato inmóvil y viendo a Shakira a los ojos, desconcertado, antes de reaccionar. De repente, volvió a ver a la lámina de vidrio oscuro que los separaba del chofer, primero, y a las ventanas del auto, después, y, por último, se quedó mirando fijamente a los ojos a la estrella de la música. La belleza colombiana entendió lo que le preocupaba y dijo con la misma voz que antes:
—No te preocupes: el chofer no podrá ver ni oír nada de lo que hagamos aquí dentro. Y las ventanas de esta limosina son especiales: se puede ver de adentro hacia afuera pero no de afuera hacia adentro.
Y lo volvió a besar con fuerza. El desconcierto de Joshua desapareció como por arte de magia y respondió al beso de Shakira con idéntica hambre. En ese momento, el chico percibió el fuerte y embriagador perfume de la latina, lo cual lo enloqueció de deseo aún más. Los pensamientos del adolescente se convirtieron en una maraña amorfa. Cuando rompieron el beso, Josh iba a protestar hasta que vio lo que Shakira estaba haciendo: la famosa latina le dio la espalda y, de pie en el piso de la limosina, se dobló por la cintura prácticamente estampando su famoso culo en la cara del efebo. Tras unos instantes quieta para dejar que el jovencito admirara la vista, se puso a menear su increíble cola como sólo ella sabía hacerlo. Joshua sonrió cuando Shakira empezó a nalguearse a sí misma con su mano derecha, luego de esto plantando con un sentón su legendario trasero en el regazo del muchacho.
—¡¡Ohhhh, puta, sí!! —jadeó Josh.
Él no podía ver la enorme sonrisa en el rostro de la cantante. Ella se puso a frotar su trasero con movimientos circulares contra el sólido bulto en los pantalones del chico como si no hubiese un mañana. Nada podía superar este momento: era una fantasía que incontables hombres en el mundo compartían y ahora se estaba haciendo realidad sólo para Josh. Él simplemente reclinó su espalda y su cabeza contra el asiento de la limosina (los asientos de esta eran tan grandes y cómodos que más bien parecían una cama), concentrándose en hasta la última gota de placer que ella enviaba a través de su cuerpo al trabajar la entrepierna del adolescente con su culo y sus caderas de latina.
Pronto, no sólo se escucharon dentro de la limosina los jadeos de Josh sino también los suaves y agudos gemidos de Shakira. Ella cerró los ojos con expresión soñadora, una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, a medida que sentía la humedad empapando su clítoris. La cantante se puso a provocarlo de nuevo con voz baja y seductora.
—Tu polla debe estar dura por mí, puedo sentirla.
—Ohhhhhh, sí. Has hecho un gran trabajo con tu culo.
—Mmmmmm, amas este culito, ¿no?
—¡Claro que sí!
Pero ya se estaba acercando la hora de terminar el lap dance. Tras un movimiento final, Shakira lentamente se separó de su regazo. Todo lo que Joshua podía hacer era estar sentado allí, admirando el perfecto culito de Shakira. Ella obviamente tenía toda su atención, aun sin estar sentada sobre el bulto en su entrepierna. Usando ambas manos, ella se quitó lenta y sensualmente sus pantalones, primero, y su tanga de hilo dental, después, montando todo un show para el semental de 14 años. Tras quitarse esas prendas junto con sus zapatos de tacón alto, ella usó ambas manos para nalguearse innúmeras veces.
Joshua no hizo nada excepto mirar fijamente su perfecto culito y admirar cada pequeño movimiento de su firme piel. El trasero de Shakira merecía ser adorado de la forma correcta. La colombiana volvió a provocarlo:
—Estás pensando en mi trasero, ¿o no, nene?
—¡Claro que sí!; quiero darte algo de placer ahora mismo, nena. Dejaré que te sientes en mi cara después que termine.
Shakira soltó una carcajada. Había planeado tomar el control y sentarse en su cara de todos modos, pero ahora él le decía que ese era su deseo. El adolescente le agarró las nalgas, separándolas, y la colombiana pronto sintió su respiración en la raja de su culo. Ella jadeó, sabiendo lo que venía a continuación. Este jovencito estaba a punto de complacerla con su lengua; cuando ella la sintió en la raja de su culo, jadeó de nuevo y le dijo:
—¡Sí, sí! ¡Vamos, hazlo! ¡Sabes que quieres hacerlo!
En segundos, Joshua había encontrado el pequeño hoyo oscuro entre las nalgas y comenzado a follarlo con su lengua. Shakira apenas podía mantenerse quieta. Lo primero que él quería hacer era darle placer con un buen beso negro, lo que la hacía sentir como que lo tenía rendido a sus pies. Ella gemía y se mordía el labio inferior al mismo tiempo que usaba su mano derecha para jugar con su coño. Sus gemidos se hicieron más fuertes antes que ella le dijera:
—¡Ohhhhh, sí! ¡Así, mmmmm! ¡Muéstrale a ese trasero todo el amor que sientes por él!
Joshua respondió clavando sus dedos con aun más fuerza en las nalgas de la famosa mientras continuaba dándole con su lengua. Después empezó a usar su mano derecha para cubrir el glúteo derecho de sonoras nalgadas. La respiración de Shakira se volvió más ruidosa, hundiendo sus dedos aún más profundo y más rápido en su sexo. No importaba cuanto disfrutara de lo que Joshua estaba haciendo con su lengua, ella necesitaba atención en su coño YA. La cantante se separó del semental de 14 años y le dijo:
—¡¡Necesito que me lamas el coño ahora!! ¡¡LO NECESITO!! ¡¡LÁMEME!!
—¡Espera un segundo, nena! Quiero que te sientes en mi cara. Déjame ponerme en posición.
Una idea se había formado en la mente de Joshua de una posición para que ella se sentara en su cara con facilidad. Él rápidamente se quitó su camiseta y la arrojó por sobre su cabeza lo más lejos que pudo. Josh se acostó boca arriba en uno de los asientos de la limosina de forma que su cabeza colgara por el borde de este, suplicándole a Shakira que se sentara en su cara con ese perfecto culito. Con una sonrisa, ella le dio la espalda y dijo con voz alegre:
—¡Vamos: necesito que me lamas!
Ella comenzó a descender sobre su rostro. Con algunos trucos en mente, Shakira decidió comenzar a menear sus caderas como sólo ella sabía hacer. Josh estiró sus brazos, agarrándola por la cintura mientras la colombiana frotaba su trasero por toda su cara. Le restregó su empapado coño en la frente, dejando un rastro de humedad que bajó hacia el cabello del chico antes de detenerse y finalmente mover su clítoris hacia la boca del tierno efebo. La lengua de Joshua rápidamente se deslizó dentro, explorando por todos lados, haciéndola envararse y gritar:
—¡Oh, Dios, sí! ¡SÍ! ¡ASÍ, CÓMEME! ¡¡SÍ, SÍ, SÍIIII!! ¡¡NO TE DETENGAS!!
De nuevo, Shakira se puso a menear sus caderas contra la cara del chico mientras este continuaba trabajando su coño con la lengua. Aunque el adolescente podía sentir sus perfectas nalguitas estampándose contra su barbilla, nada podría hacer que dejara de lamerle el clítoris. Joshua quería hacer que se corriera para saborear sus dulces néctares.
—¡MÁS, MÁS! ¡¡SÍ, DÁMELO!! ¡¡¡SIGUE, OHHHHHH, SÍ!!!
La voz de la cantante se volvió más aguda, casi como si estuviese cantando el coro de una de sus muchas canciones. Shakira aspiró aire a fondo, sabiendo que le quedaba poco tiempo con la furia con la que la lengua del efebo la trabajaba. Ella gimió, mordiéndose su labio inferior para después jadear más ruidosamente. Joshua sabía que la tenía cerca de su límite ahora y quería llevarla al clímax. Shakira empezó a rugir como leona en celo y cerró los ojos con fuerza.
—¡OHHHHHH! ¡¡PUTA!!
Inmediatamente después que ella gritara, Joshua sintió el cálido sabor de los jugos de la latina inundando su boca. Ella se puso a frotar su coño contra la boca del chico, asegurándose de que la ordeñara de hasta la última gota de sus néctares. Su larga melena se agitó salvajemente antes de que Shakira mirara hacia abajo. Joshua, famélico, tragaba hasta la última gotita de sus jugos, no dejando que se le escapara ni una sola. Shakira se movió, quitando su clítoris de la boca del jovencito y liberando la lengua de este de su dulce hendidura de latina.
—Mmmmmm, de todos los hombres con los que he estado, eres el que mejor ha sabido usar su lengua.
Ignorando sus palabras, Josh se movió hasta quedar sentado. Shakira lentamente se dio la vuelta y se arrodilló mientras le sonreía con arrogancia. Ella dijo:
—Creo que es hora de que me des tu polla.
Josh dejó escapar una risita antes de empezar a quitarse el resto de sus ropas. Shakira se movió y, una vez que estuvo situada entre las piernas del chico, lo miró a los ojos antes de ponerse a ayudarlo en esa tarea. Josh usó su mano izquierda para acariciar la mejilla de la colombiana antes de inclinarse para depositar un suave beso en sus labios. Cuando su enorme miembro quedó libre, saltando como un resorte, la cantante se relamió los labios y ensanchó su sonrisa antes de usar los dedos de su mano derecha para rodear el erecto poste. Torpemente, terminaron de quitar los pantalones, los calzoncillos, los calcetines y los zapatos, dejándolos en una pila al lado de ellos.
—Mmmmmm, tan grande como recordaba que era…
Los ojos de la latina lo miraron de una forma diabólica antes de atraer el glande a sus labios y besarlo. Ella planeaba hacerlo enloquecer de placer, determinada a demostrarle cuan cochina podía ser sin la ayuda de Beyoncé con una ruidosa exhibición de sus talentos orales. Abriendo su boca muy grande, Shakira agarró con fuerza la base de su polla y entonces deslizó la gigantesca estaca de carne entre sus labios. Joshua jadeó cuando ella empezó a meterse y sacarse lentamente su pene. Su mano derecha siguió agarrada a la base del falo mientras empezaba a usar la palma de su mano izquierda para masajearle las bolas.
—¡Ohhhhhhhh, sí, nena! ¡Hazlo, mama esa puta polla!
Sus palabras la alteraron un poquito. Shakira lo miró a los ojos antes de liberar su miembro de su boca con un sonoro “¡pop!” La cantante colombiana se lamió lasciva su labio superior al mismo tiempo que le meneaba el pene cubierto de saliva con la mano. Después le dedicó al efebo una sonrisa arrogante antes de usar la verga para golpearse una y otra vez la mejilla izquierda. El sonido hizo eco por todo el interior de la limosina. Josh respiró hondo al ver lo que la diosa hacía.
—¿Te gusta esa polla, nena?
—Mmmmmm, sí…
Ella soltó el falo del adolescente para quitarse la camiseta, antes de volverse a poner el poste de carne en los labios. Una vez que quedó completamente desnuda, se aferró con sus manos a los muslos del efebo y se puso a tragarse y sacarse el pene de la boca a una velocidad frenética, su cabellera rebotando como loca. Joshua jadeaba, cerrando sus ojos con fuerza e intentando hundir la cabeza en el asiento de la limosina.
—¡¡Oh, Dios, puta, sí!! ¡Así es, nena! ¡¡Sí!!
Obscenos sonidos de succión inundaron el interior de la limosina. Shakira estaba concentrada en meterse cada vez más hondo esa gorda polla en la garganta, emitiendo innumerables ruidos de “mmmm, mmmmm, mmmmmm”. Él usó su mano izquierda para jugar con los endurecidos pezones de la latina. Joshua percibía con lujo de detalles hasta la última sensación que venía de su sable de placer. La nariz de Shakira, cada vez que engullía su falo, terminaba estrellándose y aplastándose contra el pubis del semental de 14 años. Josh jadeaba y gemía y se agarró con su otra mano a la melena de Shakira, engarfiando sus dedos en su cabello, para darle más violencia a todo el proceso. La colombiana empezó a hacer sonidos como de arcadas, sus ojos bizqueando y llenándose de lágrimas.
—¡¡OHHHHH, DIOS!! ¡¡¡PUTA!!!
Josh temió que los talentos orales de Shakira lo hicieran correrse antes que tuviera la oportunidad de follarse sus otros hoyos. Pero la cantante, con un “¡pop!” muy ruidoso y tomando aire profundamente, de repente, liberó el miembro del efebo. Su maquillaje se había corrido a causa de sus ojos llenándose de lágrimas. Josh hizo que sus manos dejaran el cuerpo de Shakira. Cuando recuperó el aliento, la latina le dedicó al efebo otra sonrisa diabólica antes de hablar.
—¿Te gustó, Josh?
—Sí, me gustó, nena.
Ella se relamió los labios obscenamente después de responderle. Luego, Shakira usó ambas manos para masturbar el pene del adolescente. Joshua acarició la melena de la colombiana antes de decirle:
—¡Vamos, nena! Levántate, creo que ya es hora de follar en serio después de este calentamiento.
Sentándose al lado de Josh, Shakira dejó escapar una risita traviesa antes de responderle:
—Quiero que me folles por detrás. Puedes hacer eso, ¿no?
Joshua sonrió ante su petición.
—¡Date cuenta de a quien le estás hablando, nena! ¡Claro que puedo hacer eso! ¡Vamos, ponte en cuatro patas en el puto asiento para mí!
Shakira soltó una risita al escuchar la excitación en el tono de voz del chico. Ella hizo lo que le ordenaron, su espalda arqueada como la de una gata en celo, ofreciéndole su culito, que apuntaba al techo de la limosina, al semental de 14 años. Mientras él se arrodillaba detrás de la colombiana, ella le sonrió por encima de su hombro. Agarrándose la polla con la mano izquierda, Josh usó la derecha para acariciar la inmaculada piel de las nalgas de Shakira antes de agarrarse firmemente con ella a su cintura. Él guió su falo hacia su apretado ano. Pudo escucharla atragantándose a medida que su sable entraba en ella. Joshua entonces usó ambas manos para separar las nalgas, sus dedos clavándose en la carne, mientras lentamente comenzaba a mover sus caderas para empalarla. Le tomó unos pocos segundos, empezando lento para que el esfínter de la latina se acostumbrara a su tamaño. Shakira gemía a medida que el semental de 14 años la trabajaba expertamente.
—Ohhhhhhh, sí. Así es, vamos, fóllame… Fóllame…
Su voz, apenas audible, sonó casi dulce e inocente al hacer su cochina petición. Shakira, al mismo tiempo que era follada analmente, se puso a menear su culo y sus caderas como sólo ella podía hacer. Él alzó su mano derecha por los aires y nalgueó el glúteo derecho antes de decirle:
—¡Oh, sí, amo eso! ¡Vamos, sigue así! ¡Menea ese culo, nena!
No se necesitó mucho para que ambos ahora se moviesen a un ritmo sólido. Joshua volvió a levantar su mano y continuó nalgueándole el culo.
—¡Mmmm, nalguéame más! ¡¡Vamos, NALGUEA ESE PUTO CULO, QUIERO QUE LO NALGUEES!! —gritó a todo pulmón.
Joshua volvió a levantar su mano para dejar caer una nalgada tras otra tras otra sobre su culo. Él aumentó el ritmo, moviendo las caderas furiosamente para hacer que su polla bombeara el ano de la mujer como si no hubiese un mañana, su pubis produciendo una música celestial cada vez que se estampaba contra los dulces glúteos de la colombiana.
—¡¡SÍ, MÁS!!
¡Plaf!
—¡¡MÁS, OHHHH-
¡Plaf!
—¡¡SÍIIIII!!
¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! La palma de su mano comenzaba a picarle después de varios ataques contra ese delicioso culito. Joshua gruñó a medida que aumentaba la velocidad a la que trabajaba ese trasero latino tanto con su polla como con su mano. La melena de la cantante se agitaba salvajemente en todas las direcciones. Así era como Shakira soñaba con ser follada. Joshua bombeaba cada vez más duro dentro de su culo, follándola con la intensidad que ella necesitaba.
—¡¡MÁS, MÁS!! ¡DÁMELO, OHHHHHHH, SÍ! ¡¡PUTA!!
Cuando Shakira gritó esas palabras, Joshua respondió al alzar su mano izquierda esta vez y nalguear su otro glúteo. Shakira estaba cada vez más cerca de alcanzar su segundo orgasmo del día.
El chico volvió a ver por las ventanas de la limosina en movimiento. Por estas aparecían y desaparecían los habitantes de la ciudad, continuando con sus tareas cotidianas. Josh no pudo evitar sentirse superior a todos ellos, pues no estaban follándose el culo de una de las latinas más deseadas del mundo.
—¡¡SÍ, SÍ!! ¡¡¡ASÍ, SÍIIIII!!!
¡Plaf!
—¡OHHHHH, DIOS! ¡¡OHHHHH, VAS A HACER QUE ME CORRA!!
¡Plaf!
—¡¡VAS A HACER…
¡Plaf!
—…QUE ME CORRA, OHHHHHH, PUTA!!
¡Plaf! ¡Plaf! De nuevo nalgueó a Shakira hasta que la palma de su mano comenzó a picarle. Shakira clavó sus uñas en el asiento de la limosina, apretó los dientes y gritó pues finalmente había alcanzado el orgasmo. Josh aumentó aún más la velocidad a la que bombeaba; no quería detenerse, aunque pronto se dio cuenta que el placer no iba a durar mucho más. Echando, de repente, su cabeza hacia atrás, dio un último empujón dentro del culo de la colombiana antes de sentir como su polla estallaba dentro de lo profundo de su famoso trasero.
—¡Ohhhh, Dios! ¡¡Así, nena, PUTA!! —bramó triunfalmente.
—¡Mmmmm, sí! Ohhhhhhh, Dios, eso se siente tan bien. Tu caliente leche llenando mi culo, ohhhhh, sí. Así es como me gusta, mmmmm. Por el culo.
Ella se relamió los labios, sintiendo su ardiente semilla llenando sus entrañas. Joshua jadeaba ruidosamente pues se había quedado sin aliento de lo duro que le había dado a Shakira. Él empezó a sacar su polla del culo de la cantante, lo que provocó que un chorro tras otro de su blanca, caliente y espesa paja saliera con esta. Shakira, aun en cuatro patas, usó su mano derecha para recoger la leche con su dedo índice y después llevársela a la boca. Cuando se chupaba el dedo, ella hacía toda clase de sonidos obscenos, viscosos y escandalosos para dar a entender que esto era lo más sabroso que alguna vez hubiese tragado.
El semental de 14 años se sentó al lado de la latina y no hizo nada aparte de disfrutar del show, su respiración volviendo a la normalidad, su transpiración secándose y una sonrisa de oreja a oreja cruzando su rostro.
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Tras varios minutos descansando, Josh y Shakira empezaron a vestirse. Una vez que terminaron, se abrazaron muy fuerte y estrechamente y se dieron largos y apasionados besos de lengua. Poco a poco, sus besos pasaron de “fogosos” a “dulces y suaves” para, finalmente, estar sólo abrazados y acurrucados el uno contra el otro… un tanto adormilados…
Estuvieron casi media hora así, la limosina todavía recorriendo las calles de la ciudad, hasta que Shakira, de repente, se envaró y dijo:
—¡Oh, cielos!
—¿Qué sucede? —se preocupó Josh.
Ella continuó, con los ojos grandes como platos:
—¡Hice todo esto para que me dieras un hijo… pero así no voy a poder quedar embarazada! —al tiempo que se tocaba una nalga significativamente.
Él contuvo exitosamente una carcajada antes de responder con tranquilidad:
—Esa no es razón para preocuparse. Podemos seguir intentándolo todas las veces que sean necesarias —a la vez que le acariciaba la espalda, le sonreía y la miraba a los ojos de forma que dejaba claro que es lo que quería decir en realidad.
Shakira, tras unos breves instantes de confusión ante la audacia del adolescente, curvó sus labios en una amplia sonrisa y dijo:
—Tienes toda la razón…
Y volvieron a besarse.
IV
En el asiento del taxi, Josh no paraba de suspirar con melancolía.
La historia volvía a repetirse: han pasado siete meses desde que se folló a Shakira en una limosina en movimiento. Como el chico sabía que Shakira sólo iba a acompañarlo hasta que quedase embarazada, él procuraba, en la medida de lo posible, eyacular sólo dentro de su boca o de su culo o sobre alguna parte de su piel (sobre su rostro, sus nalgas, su espalda, etcétera). La cantante colombiana se enojaba o fingía enojarse, pero Josh se limitaba a poner carita de inocente y decir que no era su intención: que el sexo con ella era una experiencia tan increíble que simplemente no podía resistirse. La latina le creía (o aparentaba que le creía) y la discusión terminaba allí; los maravillosos orgasmos que él le provocaba y el que, al no estar embarazada, tendrían que seguir teniendo sexo probablemente tenían algo que ver con lo rápido que resolvían sus diferencias.
No obstante, era cierto que la colombiana era una amante fenomenal y, en muchas ocasiones, Josh no pudo evitar correrse dentro de su sexo. Y, al final, sucedió lo inevitable: unos días atrás, Shakira le reveló que estaba embarazada…
…y, como era predecible, ahora iba a abandonar la ciudad para continuar con su vida…
A manera de disculpa, la cantante le dijo que tenía preparado para él un regalo de despedida muy especial.
Pero, desde que ella le dio la gran noticia, el muchacho estaba tan deprimido no podía reunir las fuerzas ni siquiera para especular acerca de la naturaleza del “regalo” en cuestión.
El taxi se detuvo de repente. Josh salió de este y vio su destino: uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad, donde iba a recibir su “regalo de despedida”. Él se había vestido con sus mejores ropas para no lucir fuera de lugar allí dentro. Suspirando por última vez, se armó de valor y avanzó.
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Después de salir del ascensor, Josh avanzó hasta la puerta de la suite donde lo esperaba su “regalo”. Cuando tocó el timbre, no tuvo que esperar mucho antes que la puerta se abriera y la voz de Shakira dijera alegremente “¡pasa, Josh!”
Lo que vio dentro hizo que su tristeza se esfumara como por arte de magia: en la lujosa suite del hotel lo esperaban unas sonrientes Shakira y Rihanna sentadas en sendos sillones.
Cuando la cantante colombiana estuvo a punto de hablar, el muchacho la interrumpió, diciendo con rapidez:
—Déjame adivinar: ustedes dos se conocieron cuando grabaron la canción “Can’t Remember to Forget You” y su video musical y han sido amigas desde entonces, ¿no es así?
Ambas famosas estallaron en sendas carcajadas que duraron mucho tiempo. Cuando Rihanna se calmó, le dijo a Shakira con una media sonrisa arrogante:
—Vaya, amiga, parece que el niño ya sabe de qué se trata todo esto, ¿verdad?
(Ambas incluso se habían puesto los minivestidos de encaje que usaron en ese famoso videoclip. Las únicas diferencias eran que Shakira, en lugar del cabello liso, tenía el cabello rizoso con un mal teñido que había llevado en todos estos meses y Rihanna, en lugar de la ondulada melena negra que usó en el video musical, se había teñido el cabello de rojo, como hacía de vez en cuando).
—Sí —respondió la colombiana, sonriendo y asintiendo tontamente.
—Y… como ya sabe lo que va a pasar hoy, creo que podríamos saltarnos los preliminares, ¿verdad? —añadió con la misma sonrisa.
—Uhmmm… —durante un rato fingió que se lo pensaba, ensanchando su sonrisa y entrecerrando los ojos con languidez—. Creo que sí…
La reacción de Rihanna ante la respuesta de su amiga fue ponerse de pie, caminar hacia el sillón de la latina contoneando las caderas con una sensualidad indescriptible, doblarse por la cintura con las piernas muy rectas para que Josh le viera el culo y tomar el rostro de Shakira entre sus manos para besarla en los labios.
Una sonrisa malévola se dibujó en el rostro del adolescente mientras disfrutaba del show de las dos cantantes besándose con pasión y desvistiéndose la una a la otra con sensualidad indescriptible hasta que quedaron completamente desnudas con excepción de sus zapatos de tacón alto.
Al final, Josh no pudo contenerse más: se lanzó sobre Rihanna como una fiera hambrienta, la separó de Shakira y empezaron a besarse con el mismo fuego y la misma furia con la que antes se había besado con la latina. La estrella colombiana se quedó sentada admirando, relamiéndose los labios, el espectáculo de la negra desvistiendo al garañón menor de edad a la vez que se besaban.
Cuando él quedó totalmente desnudo, ambas se arrodillaron ante su masivo miembro. Shakira sonreía y se relamía los labios a sólo unos centímetros de la enorme estaca de carne siendo consentida por la cariñosa mano derecha de Rihanna.
—Ohhhhhh, sí, ponte duro por mí, nene… —ronroneó la negra, con una voz profunda que la hacía sonar muy guarra.
—Mmmmmmm, eso es exactamente lo que voy a hacer ahora —suspiró, una expresión soñadora en su rostro.
Shakira usó su mano derecha para jugar con sus bolas al mismo tiempo que Rihanna seguía bombeándole la verga con un ritmo lento. Josh jadeaba profundamente, su polla completamente sólida. Una vez que Rihanna sintió que su gruesa estaca había alcanzado su tamaño completo, se relamió los labios antes de plantar un sonoro beso en la punta del glande.
—Mmmmm, nunca antes me había encontrado con una tan grande… —suspiró la diosa caribeña.
—¿En serio, nena? —gruñó el chico entre dientes apretados.
Ella volvió a ver hacia arriba, mirándolo a los ojos, y sonrió mostrando todos sus dientes. Shakira dejó en paz las bolas, dejándole a su amiga todo el espacio que necesitaba para darle rienda suelta a sus talentos orales. Volvió a relamerse los labios mientras veía a Rihanna cerrar los ojos y rodear la polla con los suyos. La negra emitía suaves sonidos de “mmmm” al meterse y sacarse el pene a toda velocidad. Shakira volvió a ver a Josh a los ojos y le dijo con voz de guarra barata:
—Te gusta su boca de puta, ¿no?
Josh no respondió a las palabras de Shakira. Todo lo que pudo hacer fue relamerse los labios. Rihanna usó sus uñas para arañar con suavidad las bolas a la vez que lo trabajaba con su boca. La negra estaba atrapada en el calor del momento y absolutamente nada iba a interrumpir su concentración mientras mamaba agresivamente el grueso poste de carne. Cerrando los ojos, Josh aspiró profundamente a la vez que escuchaba cada obsceno sonido que creaba la boca de Rihanna.
—¡Dios, ohhhhhh! ¡¡Puta, sí!!
Cuando la voz del muchacho gritó de placer, Rihanna abrió los ojos y volvió a ver hacia arriba. Josh abrió los suyos cuando la negra se detuvo y empezó a sacarse el miembro de la boca. La estrella caribeña chupó con fuerza el glande antes de liberar el pene con un sonoro “¡pop!” que hizo eco por toda la suite. Rihanna dejó escapar una risita de niña traviesa antes de mover ambas manos a la base de la polla cubierta de una gruesa y reluciente capa de saliva. Josh y ella se miraron a los ojos antes que la cantante de Barbados usara su lengua para explorar la longitud entera de su larga verga y describir círculos alrededor del glande. Shakira no hacía nada excepto estar sentada en el piso al lado de su amiga y disfrutar del show. Pero, eventualmente, se aburrió de ser sólo una espectadora, así que se sentó entre las piernas de Josh y se puso a lamerle las bolas.
—¡Chúpame los huevos, nena! ¡Eso es, justo allí, ohhhh, sí!
Shakira dejó escapar un gemido de lujuria que llenó toda la suite. Rihanna, por su parte, se sacó la polla de Josh de la boca y rodeó a sus compañeros hasta arrodillarse detrás del adolescente. Una vez en posición, usó su boca para explorar el espacio entre las deliciosas y perfectas nalguitas del tierno efebo, a las cuales se agarró firmemente con sus manos.
—¡Sí, así, nena!
Shakira se mordió el labio inferior al ver a su amiga dándole el beso negro al muchacho y, saliendo de entre las piernas de él, fue ella la que rodeó con sus manos el rabo y se puso a masturbarlo con lentitud. Los tres emitían sonidos que se confundían entre sí. Estuvieron así un largo rato hasta que Rihanna sacó su boca de entre las nalgas del chico y dijo:
—¡Muéstrale lo que tienes! ¡Qué tal si eres TÚ la que usa su boca de puta para variar!
Lo único que la colombiana hizo fue dedicarle una sonrisa malévola a su amiga antes de plantar sus labios en la polla de Josh y comenzar a mamar. No desperdició nada de tiempo con su grueso miembro, de inmediato succionándolo a toda velocidad, causando que Josh jadeara ruidosamente.
El chico tuvo el presentimiento de que ambas estrellas estaban compitiendo entre sí, pues parecía como si Shakira intentara superar a Rihanna. Los sonidos obscenos, viscosos y escandalosos que hacía al mamarle la estaca de carne podían escucharse por toda la suite.
—¡GAH-GAH-GAH-GAH!
Rihanna dejó de darle el beso negro al adolescente para sentarse a la izquierda de Shakira, relamiéndose los labios mientras disfrutaba del espectáculo. La negra estudiaba cada movimiento, esperando el momento perfecto para decirle a Josh que tomara el control.
—¡Oh, puta! ¡Sabes exactamente lo que haces!
El elogio del chico fue bien recibido. Un tiempo después, llegó el momento en el que Shakira cruzó sus manos detrás de su espalda. Rihanna sabía exactamente qué hacer cuando su amiga se tragó la totalidad del miembro, su nariz quedando aplastada contra el pubis del adolescente. La diosa caribeña gritó:
—¡Rápido! ¡Agárrala por el cabello y fóllale la boca! Confía en mí, ella desea que hagas eso.
Josh no necesitaba que le explicara eso: en todos sus meses de relación, había aprendido cuanto le gustaba a la cantante latina que la usaran como si fuese un juguete sexual; de todos modos, siguió las instrucciones de Rihanna y agarró la rizosa melena de Shakira con su mano izquierda. Cuando él empujó la cabeza de la colombiana hacia abajo, ella comenzó a menear su cabeza arriba y abajo con entusiasmo y agresividad, sin importarle si el chico había tomado el control o no.
—¡¡PUTA!! ¡Ohhhhh, hombre, esto es asombroso!
Rihanna soltó una risita de niña traviesa al escuchar los sonidos que la boca de Shakira creaba cuando Josh meneaba sus caderas a la vez que empujaba la cabeza de la latina hacia abajo. Una y otra vez, su polla entera desaparecía entre los labios de la cantante al moverse hacia adelante y hacia atrás. A este ritmo, era inevitable que perdiera el control y eyaculara en su boca, pero a él ya no le importaba. Josh apretó los dientes y bramó como un toro semental:
—¡¡Podría follarme esta boca todo el día, Dios!!
—¿Sí? Mi amiga tiene una AUTÉNTICA boca de puta, ¿no? —Rihanna lo provocó entre risas.
—¡Carajo, sí! —jadeó.
Con unos pocos bombeos más dentro de la boca de Shakira, Josh ya no pudo seguir conteniéndose. Hundió su miembro lo más profundo que pudo dentro de la garganta de la colombiana y cerró sus ojos antes de rugir su orgasmo.
—¡PUTA, OHHHHHHH, DIOS! ¡¡TRÁGATE MI PAJA, NENA!! ¡¡¡TRÁGATELA TODA!!!
Su polla estalló en una hirviente explosión dentro de la boca de Shakira, llenándola con su ardiente semilla. La latina miró hacia arriba mientras él intentaba recuperar su aliento. Ella le guiñó un ojo cuando le soltó el cabello. Shakira liberó su gordo falo con un ruidoso “¡pop!” Ella soltó una risita de niña traviesa cuando Rihanna tomó su rostro entre sus manos para que trabaran sus labios en un apasionado beso ante la mirada del adolescente que aún se estaba recuperando de su clímax. Durante el beso, Shakira usó su lengua para pasar algo de la paja a la boca de su amiga. Rihanna rompió el beso para abrir su boca muy grande, mostrando la leche que había en esta, antes que las dos famosas se tragaran sus raciones entre ruidos obscenos, viscosos y escandalosos que daban a entender que esto era lo más delicioso que alguna vez hubiesen tragado.
—Dios mío, las dos tienen bocas de puta, eso es seguro —exclamó en un jadeo.
Las palabras de Josh hicieron que ambas bellezas estallaran en carcajadas casi al mismo tiempo. Cuando se calmaron, Rihanna se lamió los labios lasciva antes de quedarse boquiabierta y con los ojos grandes como platos, pues el pene del muchacho no había perdido ni un poquito de su imponente erección.
—Esa es una polla grande de veras, espero que sepa cómo usarla para hacernos gritar como zorras en celo —con voz fascinada.
Josh sonrió malévolamente antes de responderle:
—Oh, no te preocupes por eso, nena. Sé exactamente cómo usar mi sable.
—Y… ¿a quién quieres follarte primero? —preguntó la latina, con carita y voz de niña inocente.
Él ignoró las palabras de Shakira y miró a los ojos a Rihanna, asintiéndole.
—Te quiero a ti primero, Rihanna. Ponte encima de mí, quiero darte por el culo.
Dejando escapar una carcajada, la negra volvió a ver a su amiga mientras Joshua se sentaba en un sillón.
—¡Ves, te dije que todos los blancos prefieren los culos de las negras!
Ante el comentario de su amiga, Shakira, con un mohín y una voz de niña tonta haciendo una pataleta, se quejó:
—¡Esto es injusto! ¡Yo quería primero! —cruzándose de brazos.
Dándose un par de palmadas en la cadera, Josh le ordenó:
—Dame la espalda, nena. De esa forma Shakira podrá usar su boca de puta en tu coño.
—Ohhhhh, que bien. Empezaba a preguntarme si ibas a dejarme fuera —todavía comportándose como niña.
Después que Rihanna se levantó del piso y se paró frente al sillón donde él estaba sentado, se dio media vuelta para darle la espalda a Josh. El semental de 14 años le agarró la cintura con las manos a la vez que ella comenzaba a sentarse en su regazo. La reina del chocolate agarró con sus manos la gorda polla al mismo tiempo que se la metía entre las nalgas. Shakira se quedó arrodillada en el piso, contemplando fascinada como su amiga se llevaba el miembro a su ano. Una vez que la diosa caribeña sintió que el glande entraba por su culo, una tenue sonrisa se formó en su rostro. Ella alzó sus piernas y Josh comprendió que su pareja quería que se agarrara de ellas. Él se agarró firmemente con sus manos detrás de las rodillas de la cantante.
—¡Eso es, vamos! ¡Quiero sentir esa enorme polla dándome por el culo! ¡¡DÁMELA, BLANQUITO DE MIERDA!!
—¡Todo lo que desees, nena!
Rihanna se dobló hasta que sus rodillas casi tocaban sus hombros y Josh se agarró aún más fuerte con sus manos cuando empezó a bombear dentro de su culo. Rihanna rebotaba en su regazo, sus tetas bamboleándose arriba y abajo con cada embestida del semental adolescente. Gritando a todo pulmón, su cabello se agitaba salvajemente. Shakira gateó hasta llegar donde la pareja, su espalda arqueada como la de una leona en celo, y, aunque quería comerse el coño de su amiga, fue bastante difícil lograr eso con Joshua bombeando dentro del culo de Rihanna a esa velocidad.
—¡¡SÍ, SÍ, SÍIIIIII!! ¡OHHHH, DIOS, FÓLLAME EL CULO! ¡¡FÓLLALO, BLANQUITO DE MIERDA!!
Joshua amaba cuando una mujer decía vulgaridades. Él rugió, continuando con la demolición del culo de la negra, su pubis produciendo música celestial cada vez que impactaba contra los glúteos del color del caramelo. Shakira eventualmente puso sus manos entre los muslos de Rihanna y se inclinó, tratando de poner su boca sobre los rosados pliegues del coño de su amiga. Fue una lucha con el clítoris de la cantante caribeña frotándose contra su boca y después sobre su nariz. Siguió intentando hundir su lengua en el coño mientras Rihanna continuaba gritando:
—¡¡OHHH, OHHHHHHH, SÍ!! ¡¡HUNDE ESA MALDITA ENORME POLLA EN MI CULO, SÍ!!
A pesar de que estaba orgulloso de causar estos efectos en Rihanna, Josh había planeado detenerse pronto. Él disminuyó la velocidad de sus embestidas hasta detenerse por completo. Ahora que estaba quieta, Shakira finalmente pudo hundir su lengua en el coño de su amiga, causando que la negra gritara una vez más.
—¡OH, DIOS MÍO, CÓMETE ESE COÑO, SHAKIRA! ¡¡SÍIIII!!
La lengua de Shakira excavó más profundo dentro del sexo de Rihanna. El dulce aroma de los rosados pliegues de la negra llenaba sus fosas nasales. Después de tragar con fuerza, la cantante caribeña miró hacia abajo. Ya que Josh había dejado de reventarle el culo con su polla, bajó las piernas, provocando que él las soltara. Las manos de la negra se pusieron a recorrer la rizosa melena rubia de Shakira. Josh jadeó sobre el cuello de Rihanna antes de exclamar:
—¡Ya, suficiente! ¡Ahora quiero darle a la latina!
Sus palabras hicieron que Shakira se detuviera, separara su lengua del clítoris de Rihanna y se levantara del piso. Josh ayudó a Rihanna a levantarse de su regazo. Su polla salió del insaciable ano de la negra. Josh se puso de pie y les habló, sabiendo exactamente lo que quería que estas dos sensuales mujerzuelas hicieran a continuación.
—Quiero que las dos se inclinen contra el sillón, una al lado de la otra.
—Mmmmmm, ¿quieres darnos por detrás entonces? —lo provocó Shakira con carita de niña inocente y voz de puta barata.
Él le sonrió y dejó escapar una carcajada antes de responder.
—Sí, me gustaría hacerles eso.
—Siempre y cuando me metas esa polla por la cola pronto, no me importa como quieras tomarme.
Con su mano derecha, Josh le dio una nalgada a Shakira cuando terminó de hablar. Rihanna no desperdició su tiempo: se dobló por la cintura y se apoyó con las manos en el brazo del sillón, los brazos y las piernas muy rectos y la espalda arqueada como gata en celo a la vez que provocaba a su amiga, sonriente:
—¡Vamos: déjate de tonterías y ponte en posición de una maldita buena vez!
Tras soltar una breve carcajada, la colombiana se puso en la misma exacta posición que la negra. Ante Josh estaban dos de los traseros más codiciados del mundo apuntando hacia el cielo; Rihanna a la derecha y Shakira a la izquierda.
—Maldición, estos sí que son unos culos perfectos… —jadeó el chico en su asombro.
Incapaz de contenerse, Josh nalgueó a Shakira una vez más. La colombiana emitió una risita de niña pequeña antes que las dos mujeres se miraran a los ojos e intercambiaran sonrisas tontas a la vez que el adolescente se posicionaba detrás de Shakira. Agarrándose la polla con la mano derecha, la guió entre los glúteos de la latina, rápidamente encontrando su ano y hundiéndola allí con lentitud. Su otra mano se aferraba a la cintura de la cantante.
—Mmmmmmmm, sí… Continúa, quiero que me folles… —dijo Shakira con voz baja, profunda y lánguida.
Rihanna se mordió su labio inferior cuando escuchó a su amiga gemir. No pudo contenerse y se puso a masturbarse con su mano derecha mientras su amiga era follada justo al lado. Josh se tomó su tiempo, disfrutando de hasta la última cálida sensación y lo apretado del trasero de Shakira antes de aumentar la velocidad.
—Dios, esta cola está muy apretada —con voz ahogada.
—¿Ese es un cumplido, pequeño pervertido? —lo provocó, sonriente.
Él la nalgueó una vez más antes de responder:
—¡Mierda, no! ¿Suena como que estoy haciendo un cumplido? —casi gritó.
Después, aumentó de nuevo el ritmo de sus embestidas. Shakira cerró sus ojos, una expresión lánguida en su rostro, emitiendo un suave gemido pues podía sentir cada centímetro del largo y grueso falo bombeando dentro de ella. Rihanna también aumentó la velocidad a la que se masturbaba, lo que la hizo gemir.
—Sí, ohhhhh, sí. Fóllame. Mmmmmm, fóllame —dijo la colombiana con voz suave y soñadora.
Él movió sus manos entre las nalgas de la cantante latina, separándolas y hundiendo sus dedos en ellas como si fuesen clavos, a medida que comenzaba a embestir cada vez más duro y más rápido, causando que su pareja se meciera hacia adelante y hacia atrás y su cabello se sacudiera salvajemente. Shakira abrió los ojos de repente y gritó:
—¡¡SÍ, SÍ, SÍIIII!! ¡¡FÓLLAME, OHHHHHH, SÍ!! ¡¡¡FÓLLAMEEEE!!! —y se puso a mover las caderas, al mismo tiempo que era follada analmente, como sólo ella sabía hacerlo.
Un suave gemido se escuchaba justo al lado de sus ruidosos gritos, pues Rihanna continuaba hundiendo sus dedos cada vez más profundo en su sexo. Josh no se detenía, bombeando dentro del ano de la colombiana, quien gritaba cada vez más alto a cada minuto que pasaba.
—¡¡SÍIIIIII, OHHHHH!! ¡FÓLLAME, PEQUEÑO PERVERTIDO! ¡¡¡HAZ QUE ME CORRA, DESEO TANTO CORRERME!!!
La cantante latina apretó los dientes con rabia mientras el sonido de sus cuerpos estampándose entre sí, el pubis del chico produciendo música celestial cada vez que impactaba contra sus nalgas, podía escucharse en medio de sus gritos. A esos sonidos se sumaron los gemidos de Rihanna, quien después ordenó con impaciencia:
—¡Hazla correrse, Josh! ¡Hazlo para que después me folles a mí! ¡Ya no quiero esperar más!
Cuando Shakira se puso a gritar aún más alto, supo que a su amiga tampoco le faltaba mucho. Una y otra vez, Josh continuaba enterrando su masivo miembro en esa apretada cola. La colombiana hundía sus uñas en el sillón, incapaz de contenerse por el colosal ariete de carne que seguía destrozándola.
—¡¡PUTA, PUTA, PUTAAAAA!! ¡¡¡ASÍ, OHHHHHHHH, SÍ!!!
—¡Tómala, nena! ¡¡SÍ!!
—¡ME CORRO, ME CORRO, OH, DIOS MÍO! ¡¡OHHHHHHH, DIOS!!
Cuando Shakira gritó, su cuerpo comenzó a temblar y sus cálidos jugos bajaron por sus muslos. Ella finalmente alcanzó su clímax. Josh sacó el miembro de su culo y se dispuso a darle palo a Rihanna. La negra le dijo, excitada, cuando sintió las manos del chico moviéndose sobre sus caderas después que se posicionara detrás de ella:
—¡Finalmente, sí! ¡Quiero que me folles! ¡Fóllame duro como si fueses a partirme en dos!
—¡Rihanna, espera!
Era la voz de Shakira. Los otros dos volvieron a verla. Sonreía y sus ojos brillaban de la emoción.
—¡Ponte en el piso, amiga! Quiero que me lamas el coño hasta dejármelo limpio mientras él te folla por detrás, ¿qué te parece eso?
Josh arqueó una ceja, obviamente impresionado por su oferta.
—¡Me gusta eso, hagámoslo! —casi gritó, alegre, el muchacho.
Retrocedió unos pasos, dándole suficiente espacio a Rihanna para que se moviera. La latina se sentó en el piso y la negra gateó en cuatro patas hasta quedar frente al sexo de su colega, luego de lo cual la colombiana pasó sus piernas sobre los hombros de la diosa caribeña. Justo cuando Rihanna enterró sus labios en el coño de Shakira, Josh se arrodilló detrás de ella y guió su polla hasta el ano de la belleza de piel de caramelo. Un gemido ahogado escapó de los labios de la yegua de tez oscura cuando empujó dentro de ella. Shakira gruñó, viendo hacia el rostro de Josh cuando le agarró las tetas a su amiga, sobándolas con cariño al mismo tiempo que ella comenzaba a comérsela.
—Mmmmmm, eres todo un pervertido, ¿lo sabías?
Dejando escapar una carcajada, Josh le sonrió malévolamente. Hundió con aun más fuerza su ariete de carne en Rihanna antes de responder:
—¡Sí! ¡Dime algo que no sepa, nena!
La cantante latina, para provocarlo, se estrujó sus pequeños pechos, pellizcándose y retorciéndose sus pezones entre los dedos índice y pulgar a la vez que le sonreía con arrogancia. Rihanna no desperdició nada de tiempo recolectando todos los jugos de Shakira y tragándolos como una zorra famélica. Con sus manos acariciaba el interior de los muslos de su colega. Los talones de Shakira se clavaban en la espalda de Rihanna. La negra emitió un gemido ahogado que envió escalofríos por toda la piel de la latina. Josh hizo que sus manos dejaran los senos y las usó para separarle mejor las nalgas, primero, y nalguearla juguetonamente, después. Su pubis producía música celestial cada vez que se estrellaba contra las pompas de la diosa caribeña. Él, en medio de su placer, gritó:
—¡Ohhhhhhh, puta, sí! ¡Qué culo tan rico, cosita sexy!
—¡Apuesto que vas a extrañar verla usar su boca de ramera para comerme después de hoy!
Josh volvió a verla, sus ojos recorriendo primero la espalda de Rihanna mientras embestía con su ariete de carne dentro de su culo una y otra vez. Trabajó a un buen ritmo, no bombeando demasiado rápido como había hecho con Shakira, por miedo a correrse (y terminar con el placer) antes de tiempo.
—¡Puta, ohhhh, dios! —gritó el chico con rabia y placer.
Él podía sentir chorros de sudor bajando por todo su cuerpo. Rihanna hizo aún más ruido mientras devoraba el coño de Shakira. La negra esperaba alcanzar el orgasmo pronto, pues ella misma se había puesto frenética al usar sus propios dedos para llevarse muy cerca del clímax unos minutos atrás. Shakira echó su cabeza hacia atrás con violencia, cerrando los ojos con fuerza y gimiendo. Sus manos todavía se exprimían sus pequeños pechos al mismo tiempo que decía a su amiga:
—Mmmmmmmm… amo cuando usas esa boca de ramera para comerme. Adoras mi coño, aunque nunca lo hayas reconocido en voz alta.
Se empezaron a escuchar fuertes jadeos a medida que Rihanna se acercaba cada vez más y más a su clímax. Josh continuaba enterrando su polla en el ano de la mujer, haciendo su mejor esfuerzo por contener su propio orgasmo. A medida que hundía su lengua en la apretada vagina de su amiga, Rihanna se preparaba para soltar un alarido a todo pulmón. Incapaz de seguir aguantándose, la diosa caribeña se separó del sexo de su colega, alzó la cabeza como loba en celo y gritó:
—¡OHHHH, DIOS! ¡¡FÓLLAME, OHHHHHH!!
Shakira estudió el rostro de Rihanna deformado por su orgasmo. Desde detrás del cuerpo de la negra, Josh gruñó mientras sacaba con rapidez su polla del ano de la mujer. Los jugos de la estrella caribeña salpicaron el piso debajo de ella.
—¡Ohhhh, hombre, estoy a punto de correrme ahora! ¡¡MIERDA, MIERDA!! —dijo el muchacho, desesperado y frenético.
Relamiéndose los labios, Rihanna se recuperó con rapidez de su orgasmo, lista para terminar con el garañón menor de edad.
—¡Dámela! ¡¡Yo me voy a hacer cargo, no te preocupes, sucio bastardo!! —gritó con alegría y una sonrisa de oreja a oreja.
Una vez que Rihanna se dio la vuelta para encarar a Josh, le agarró la polla con la mano derecha y se la metió por la boca. Con la mano rodeándole firmemente la verga, Rihanna comenzó a menearle su gruesa estaca de carne al mismo tiempo que le chupaba el glande, esperando con entusiasmo que su leche le llenara su boca de puta.
—¡¡OHHHH, DIOS, OHHHHHH… PUTA!! —jadeó el adolescente.
Shakira, que seguía sentada en el mismo lugar donde Rihanna le comió el coño, disfrutando del show, dejó escapar una risita de niña traviesa al escuchar la exclamación del chico. Él gritó cuando la negra logró que su polla hiciera erupción dentro de su boca, llenándola con su caliente, blanca y espesa semilla. Ahora estaba empatada con su amiga, pues ambas habían logrado hacerlo eyacular con sus bocas. Ella continuó meneándole la polla, asegurándose de exprimirle hasta la última gota dentro de su boca de puta. Él jadeaba escandalosamente.
Aparentemente satisfecha por ahora, Rihanna separó sus labios de su pene con un ruidoso “¡pop!” y después se levantó del piso. Se dio la vuelta para encarar a su amiga y la ayudó a ponerse de pie para compartir un beso apasionado. Josh se quedó inmóvil, limitándose a gozar del espectáculo. Cuando terminaron de besarse, volvieron a ver al adolescente y abrieron sus bocas, revelando que ambas ahora tenían su semen dentro de ellas, para después cerrarlas y tragar la blanca sustancia al mismo tiempo que emitían sonidos viscosos, obscenos y escandalosos, como dando a entender que esta era la cosa más deliciosa que alguna vez hubiesen tragado.
Una idiota sonrisa de oreja a oreja cruzaba el rostro de Josh. Las dos mujeres avanzaron hacia el chico, cada una de ellas tomó una de sus manos y, sin dejar de sonreír los tres, lo arrastraron hasta la cama de la suite, donde se acostaron y rápidamente quedaron dormidos, sus cuerpos enredados en un revoltijo.
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Josh poco a poco fue despertándose. De la inconsciencia del sueño, gradual y muy lentamente, cobró la noción de existir, para después estar consciente de que tenía un cuerpo y, sucesivamente, de que estaba acostado en una cama, de que había un cuerpo a su lado, etcétera, hasta que, al final, abriendo los ojos, adquirió la perfecta consciencia de donde y con quien estaba y de lo que había sucedido hacía poco. Sonriendo, se movió con languidez para ver a sus compañeras. Junto a él estaba Shakira, pero Rihanna no se veía por ninguna parte. Él no le dio importancia a este último hecho y dejó que sus ojos vagaran por la suite del hotel. Al poco tiempo, estos se toparon con el reloj de la pared. El adolescente se sorprendió un poco al descubrir que sólo debía de haber dormido por unos veinte minutos, pues sentía como si su sueño hubiese durado días enteros. Él simplemente se quedó varado en este sereno desconcierto hasta que el persistente ardor en su garganta finalmente lo hizo levantarse y buscar algo de beber.
Buscando por la suite, encontró un refrigerador y dentro de este halló unas cuantas gaseosas. Josh sacó una botella, la abrió y comenzó a beber. Ya casi se la había terminado cuando escuchó un tranquilo “¡Hola!” pronunciado detrás de él. El chico dio un pequeño salto de sorpresa y volvió a ver quién era: era Rihanna. La cantante caribeña sonreía de satisfacción por el pequeño susto que le había dado. Él le sonrió a su vez.
—Hola —fue toda su respuesta.
Tras una breve pausa, la belleza de tez de caramelo continuó, en un tono casual:
—Fue todo un show el que nos montamos hace un rato, ¿verdad?
—Sí —y asintió.
—Para tener menos de dieciocho lo hiciste como todo un campeón…
—Síiiii… —sonrojándose y bajando la mirada, su voz poco a poco convirtiéndose en un murmullo, pues los cumplidos aun lo hacían sentirse un poco incómodo.
Tras otra breve pausa, Rihanna dijo:
—Pero creo que nos faltó algo por intentar.
—¿Qué? —volviendo a verla, un poco confundido.
Ella poniéndose, de repente, muy seria, dijo con voz profunda:
—Faltó que me follaras las tetas.
El muchacho se envaró y volvió a ver a Rihanna a los ojos. Iba a decir algo en voz alta, pero, a último momento, se contuvo. Estuvieron viéndose a los ojos el uno al otro unos instantes antes de que Josh, con rapidez y manos nerviosas, guardara la botella de gaseosa en la refrigeradora y, después, se pusiera a masturbarse frenético. Por muy genial que fuese el sexo con Shakira, muchas veces había extrañado la sensación que produce el tener tu pene estrujado entre un buen par de melones y, como la colombiana no estaba muy bien dotada en ese aspecto, no iba a dejar pasar la oportunidad que se le presentaba en el momento. Rihanna, con tranquilidad, se arrodilló ante el adolescente. Cuando el chico logró que su miembro se pusiera totalmente erecto, lo soltó, dejando que rebotara como un resorte. Rihanna lo agarró y se lo puso entre los pechos, después usando ambas manos, puestas una en cada uno, para darle un buen apretón al sable de carne de Josh. Luego, ella empezó a moverse arriba y abajo.
El dulce efebo se sentía en el paraíso por todas las sensaciones que le producía la negra al ordeñarlo con sus ubres, emitiendo innúmeros ronroneos de satisfacción. De vez en cuando, Rihanna se sacaba el pene de Josh de entre los senos y se lo frotaba en sus pezones espetados por pírsines para después volver a la carga, exprimiéndolo con sus melones. Una sonrisa poco a poco fue dibujándose en su rostro, al ver el efecto que sus acciones tenían en el adolescente.
Después de mucho tiempo en esta faena, Josh finalmente se corrió con un gruñido, llenando de leche el espacio entre las tetas de la negra. Ambos quedaron sorprendidos al ver la cantidad y densidad del semen que liberó, aun después de la sesión de sexo de hace poco. El muchacho pensaba que su blanca paja sobre la piel color caramelo de Rihanna producía un contraste delicioso.
La cantante usó el dedo índice de su mano derecha para recoger el semen y llevárselo a la boca, donde lo chupaba a la vez que emitía tenues ronroneos que daban a entender que esto era lo más exquisito que alguna vez hubiese tragado. Josh contempló, extasiado, este espectáculo. Cuando terminó, la diosa negra se puso de pie, se abrazó al adolescente y lo besó con ternura. Estuvieron mucho tiempo explorándose sus bocas entre sí de esta manera. Al, finalmente, romper el beso, Rihanna le susurró al oído al muchacho:
—Shakira me dijo que está esperando un hijo tuyo… —pausa larga— …apuesto que un bebito tuyo sería la cosa más preciosa del mundo… —otra pausa larga— …yo también quiero tener un bebito precioso…
Josh, un poco sorprendido por un presentimiento que sintió de repente, se envaró y volvió a ver a los ojos a Rihanna. La estrella de la música no dijo nada. Se limitó a sonreírle, lo tomó de la mano y lo llevó hasta la cama, donde Shakira seguía profundamente dormida. La negra hizo que, al igual que ella, el adolescente se acostara y se abrazara a la colombiana, la cual, al sentir los cuerpos de sus compañeros rodeándola, sonrió en su sueño. Josh ya no siguió pensando; lo único que hizo fue sonreír con suavidad, cerrar los ojos y volver a dormirse.
V
El presentimiento que tuvo Josh cuando Rihanna le susurró al oído fue que ya nunca más iba a faltarle el sexo… y dicho presentimiento se cumplió con creces…
Él ya no tuvo que preocuparse por no embarazar a una mujer porque, en cuanto ellas descubrían que estaban esperando un bebé, lo presentaban a otra de sus conocidas en la industria de la música, también ansiosa por ser montada por un semental incansable para conseguir un hijito precioso.
Para celebrar que la había dejado embarazada, Rihanna le presentó a Becky G y a Natti Natasha. Esa noche Josh descubriría lo que se siente cuando tienes sexo con tres mujeres al mismo tiempo. Con Becky y Natti sólo haría tríos; las amigas adoraban usar sus labios carnositos para cubrirle de besos el miembro. Ellas, a su vez, le presentarían a Camila Cabello (con su boca insaciable y su ano aún más insaciable); esta, a su vez, le presentaría a Dua Lipa (que, de todas las cantantes con la que se había acostado, era la que gritaba con más fuerza) y esta lo presentaría a Nicole Scherzinger (la más flexible de las cantantes que metió en su cama).
Cuando la ex Pussycat Doll descubrió que estaba embarazada, le presentó a Katy Perry. En estos precisos momentos, la Perry está masturbando frenéticamente a Josh usando sus melones con el masivo falo del muchacho.
—¡Oh, por Dios! ¡¿Es que nunca vas a correrte?! —exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, genuinamente impresionada por la duración del jovencito.
Josh lo único que hizo fue emitir una risita. La razón por la que Katy no lo dejaba follarle las tetas era porque decía que se las estaba reservando como su regalo de cumpleaños número dieciocho… ¡y ese día es hoy!
¡Feliz cumpleaños!
FIN
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