La Recompensa | By : El8Culpable Category: Spanish > Celebrity Views: 401 -:- Recommendations : 0 -:- Currently Reading : 0 |
Disclaimer: Esta es una obra de ficción. NO sucedió fuera de la imaginación del autor. Su único personaje real es la famosa que aparece en este, a la cual no conozco personalmente. No he ganado ni un puto centavo con la escritura de esta historia. |
Prefacio: ¡Maldición! ¡Esta vez he adelantado aún más la fecha en la que publico mis historias! Y no, no voy a poner las razones por las que no estoy cumpliendo con la fecha en la que prometí que iba a subirlas. De cualquier forma, espero que SÍ pueda subir el 21 mi historia del mes siguiente.
ADVERTENCIAS:
Timmy estaba parado frente a la puerta del apartamento al lado del que ocupaba junto a sus padres, observándola fijamente. Las noticias que circulaban por el internet desde hace unos días ya de por sí eran motivo para celebrar: Tera Patrick, la mejor estrella porno de todos los tiempos, anunció que abandonaba su retiro y filmaría una serie de nuevas producciones para satisfacción de todos sus fans. Dichas películas iban a ser filmadas en la misma ciudad donde vivía Timmy. Ahora, esto no habría sido tan importante de no ser por el hecho que Tera Patrick, LA MEJOR ESTRELLA PORNO DE TODOS LOS TIEMPOS y sueño erótico #1 de Timmy estaba alquilando el apartamento justo al lado del suyo (¡apenas desde ayer!) para lo que tardasen en culminar las grabaciones.
A pesar de que la leyenda del entretenimiento para adultos dejó el negocio muchos, muchos años antes que despertara la sexualidad del chico, ella lo obsesionó infinitamente más que cualquiera de las estrellas mucho más jóvenes y aun activas de la industria. La había descubierto por casualidad un día que estaba viendo una lista de “Las Mejores Actrices Porno Asiáticas” que encontró en internet. No solían gustarle las asiáticas (no entendía que les veían los hombres que se babeaban por ellas); para él, las asiáticas eran sinónimo de cuerpos sin curvas, insípidas caritas de niña buena e irritantes vocecitas agudas, y prefería a las latinas (que le parecían mucho más guarras). Revisaba esa lista en cuestión para ver si esta vez FINALMENTE podía descubrir que era lo que tanta gente veía en las asiáticas. Las chicas, como le sucedía normalmente, lo dejaron helado… hasta que la vio a ELLA…
…la figura voluptuosa de pechos enormes…
…el rostro de una malévola reina oriental de las prostitutas…
…la voz profunda…
Fue amor a primera vista y la Patrick, desde ese preciso instante, se convirtió en casi la dueña absoluta de todos sus pensamientos.
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Timmy no estaba muy seguro de que era lo que hacía. Es cierto que deseaba ver a Tera Patrick (¡LA MEJOR ESTRELLA PORNO DE TODOS LOS TIEMPOS!) en persona y de cerca… pero no tenía la más mínima idea de cómo convertir su sueño en realidad sin hacer el ridículo en el proceso. ¿Sólo tocar a su puerta y hablarle? ¡Por favor! ¿Cómo es que un simple mortal podría atreverse a dirigirle la palabra a una auténtica diosa del sexo? Y además… ¿Qué podría decirle? ¿Pedirle un autógrafo? ¡Eso es TAAAAAAAAN PATÉTICO!
Lo cierto era que el chico quería que sucediera algo como lo que veía en sus fantasías: que Tera Patrick simplemente se le lanzase encima y le robase su virginidad… pero sabía que no existía ninguna posibilidad de que eso ocurriese.
En primer lugar, él sólo tenía 14 años. En segundo lugar, lucía como una chica: rostro de rasgos delicados, cuerpo delgado, largo cabello sedoso y de color rubio pálido, grandes ojos verdes y almendrados, tez marfileña… todos sus compañeros de clases en la escuela se burlaban de él por eso, ¿qué oportunidad tendría con la gran Tera Patrick?
Timmy dejó escapar un suspiro de abatimiento… sólo para escuchar, inmediatamente después, que alguien se aclaraba la garganta detrás de él.
Cuando el chico se dio la vuelta y descubrió quién era, no pudo hacer nada más que quedarse petrificado, boquiabierto y con los ojos desorbitados: Tera Patrick estaba parada frente a él; vestía una camiseta blanca con un escote que parecía llegar hasta su ombligo y tan ceñida que transparentaba sus pezones (revelando que no llevaba sostén) y que en cualquier momento podía ser desgarrada por sus tetas, una cortísima minifalda negra y unos zapatos con tacones de aguja vertiginosos; perfectamente maquillada, sus labios pintados de un color rojo intenso y enormes aretes de aro dorados colgando de los lóbulos de sus orejas. Timmy sentía que su erección estaba a punto de hacer estallar sus pantalones. La diosa del porno le sonrió al muchacho:
—Dime… ¿Qué estabas haciendo parado frente a mi apartamento? —preguntó ella, pronunciando las palabras con su voz profunda y sensual.
—Yo… yo… yo… —Timmy empezó a tartamudear nervioso, temblando ligeramente y transpirando.
—¿Y bien? —agregó la actriz porno después de un rato así, arqueando una ceja inquisitivamente.
—Yo… yo… yo… —y, tras unos momentos así— soy un admirador suyo, Sra. Patrick —aunque a Timmy le pareció que había dicho las palabras tan rápido que dudó que ella hubiese entendido algo. El alma se le cayó a los pies: ¡estaba haciendo el ridículo frente a la mujer de sus sueños! ¿Este día podía empeorar?
—Con que un admirador mío, ¿eh? —comentó la belleza asiática, sonriendo con arrogancia y mirando al muchacho de arriba abajo con todo el descaro del mundo—. ¿Cómo te llamas?
—¿Eh? —fue todo lo que pudo contestar, desconcertado.
—Dije que como te llamas —explicó ella, con lentitud burlona (como si él tuviese problemas de audición), todavía sonriendo.
—¡Oh! —finalmente espabilándose—. ¡Me llamo Timmy! —dijo casi gritando.
Tras unos pocos breves instantes mirándolo en silencio de arriba abajo y, repentinamente, muy seria, Tera Patrick comenzó a decir:
—Muy bien… Timmy… si eres tan admirador mío, estarás dispuesto a ayudarme con unas compras que tengo que hacer. Tengo que ir por muchas cosas al supermercado y necesito que alguien me haga el favor de cargar las bolsas por mí. ¿Lo harás?
Timmy se quedó en silencio, boquiabierto, perplejo por lo que acababan de pedirle. Hasta que se dio cuenta, por la expresión de su rostro, que ella empezaba a impacientarse porque le diera cualquier clase de respuesta, así que dijo a las prisas, riendo nervioso:
—¡Oh, sí, claro, claro, por supuesto, Sra. Patrick! ¡Haré cualquier cosa que usted me pida!
Ella, tras unos segundos de silencio y mirándolo de arriba abajo de una forma que llenó al adolescente de inquietud, hizo un sonido que se podría describir como “hhmmm” (señal de que ese “cualquier cosa” que dijo la llenaba de ideas) y después añadió:
—Muy bien… pues… ¡andando!
Y se dio media vuelta para salir del edificio de apartamentos. Timmy todavía se quedó inmóvil unos instantes más, viendo alejarse a la estrella del cine para adultos, perplejo y con una expresión idiota en su rostro, hasta que recordó que se suponía que tenía que seguirla y se apresuró tras ella.
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—Muchas gracias, Timmy. Realmente me has facilitado mucho las cosas —dijo ella con una sonrisa amable, mientras detenía el auto en el estacionamiento del edificio donde residían.
—¡No es nada, Sra. Patrick! —respondió él vivazmente y con una sonrisa de oreja a oreja.
Pero sí que lo era. Tera parecía que estaba intentando comprar el supermercado entero y a Timmy le dolían los brazos de tener que cargar las pesadas bolsas con las compras y, a cada paso, temió tropezarse y que su pequeña expedición terminara desparramada por el piso en un horrible desastre. No obstante, todo tiene su compensación y tener que cargar las compras le dio al chico la excusa perfecta para caminar detrás de LA MEJOR ESTRELLA PORNO DE TODOS LOS TIEMPOS y admirar el sensual contoneo de su trasero y sus caderas.
Una vez que Tera apagó el motor de su auto, salieron de este y Timmy se preparó para llevar las cosas al apartamento de ella. Él tomó su lugar detrás de Tera pero, antes de dar siquiera una paso, a ella se le “resbalaron” las llaves de su auto y cayeron al suelo. En lugar de ponerse en cuclillas para recogerlas, la belleza asiática se dobló por la cintura con las piernas muy rectas. Esto tuvo el efecto de hacer que su micro minifalda se subiera, revelándole al jovencito detrás de ella su tanga de hilo dental negra.
El muchacho se ruborizó intensamente y se quedó boquiabierto y sin aliento ante tan maravilloso espectáculo.
—Timmy, ¿qué estás esperando? —preguntó ella arqueando una ceja.
Sólo entonces el chico se dio cuenta que la leyenda del sexo ya había avanzado hasta casi entrar en el edificio y que él se había quedado parado junto al auto luciendo como un idiota. Volviendo a la realidad, se apresuró para seguirle el ritmo a la diosa del porno.
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—Muchas gracias, Timmy. No sé qué habría hecho sin ti —dijo con amabilidad.
—¡No fue nada, Sra. Patrick! —respondió con alegría el sonriente muchacho.
Ahora estaban dentro del apartamento de ella. Las bolsas con las compras habían sido puestas en la encimera de la cocina.
—Te mereces una recompensa por haberme ayudado —añadió Tera, sonriente.
—¡Lo digo en serio, Sra. Patrick! ¡No es necesario que me dé nada! —replicó él, dejando escapar una risita nerviosa.
Era verdad: sentía que ver en primera fila el movimiento al caminar del culazo y la tanga de la mujer de sus sueños eran paga suficiente.
—Insisto —fue todo lo que dijo ella antes de lanzarse sobre él, rodeándolo con sus brazos y besándolo con pasión.
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Una vez superada la sorpresa inicial, Timmy respondió con el mismo ardor que estaba demostrando Tera, devolviéndole el profundo beso y explorando sus espectaculares curvas con las manos. Él, a sus 14 años, ya había visto montones de películas porno y confiaba en que los eventos que estaban a punto de suceder siguiesen un orden que ya conocía.
Poco a poco, Tera lo fue atrayendo hasta un sofá cercano. Una vez que lo sentó allí, lentamente rompió el beso y se separó de él. La diosa asiática vio que el muchacho tenía una sonrisa de indecible dulzura y felicidad en su rostro. Sonriendo también, se puso de pie y caminó, contoneando sus caderas y su culo como sólo ella podía, dándole un espectáculo al pequeño Timmy, hasta un sillón cercano donde colocó su iPhone y activó su reproductor de música. La canción que puso era de heavy metal y empezó a bailar para el chico. Tera era desnudista además de actriz porno y usó su experiencia para darle al tierno efebo un striptease que era muy poco probable que fuese superado alguna vez en su vida. A medida que proseguía su rutina, se fue quitando la camiseta y la minifalda hasta que quedó únicamente en tanga y zapatos de tacón alto, dejando al pequeño extasiado.
Una vez que la música dejó de sonar, ella se puso en cuatro patas y avanzó hacia el chico, arqueando exageradamente la espalda y apuntando con el culo hacia el cielo, sonriendo con una expresión diabólica en el rostro. Cuando llegó donde él estaba, se arrodilló ante Timmy e hizo a sus manos subir con lentitud por las piernas del varoncito. Al llegar a su entrepierna, expertamente, deshicieron la hebilla de su cinturón y él se separó un poco del sofá, permitiéndole que le bajaran el pantalón y los calzoncillos hasta los tobillos. Al hacer esto, el pene del chico saltó como un resorte y fue el turno de Tera de quedar boquiabierta, pues, con sólo 14 años, el angelito tenía una polla increíble, que no tenía nada que envidiar a las coestrellas mejor dotadas que había conocido a lo largo de los años.
Devolviendo la sonrisa a su rostro, Tera acercó su boca a la polla y empezó a mamarla ruidosamente, de una forma que daba a entender que era el pedazo de carne más sabroso que había degustado en mucho tiempo. El joven Timmy echó la cabeza hacia atrás y, con los ojos cerrados y suspirando profundamente, se concentró nada más que en las maravillosas sensaciones que venían de su entrepierna. La lengua de Tera recorría expertamente cada centímetro de la piel del miembro y también le dedicó unas caricias estupendas a las bolas del muchacho. Después, se dedicó a demostrarle lo profunda que era su garganta y sus portentosos poderes de succión, metiéndose y sacándose el pene a toda velocidad de la boca, sus aretes de aro rebotando como locos, y hundiéndole los dientes, lo que le dolió al chico pero también le encantó.
Tras varios minutos así, Tera se sacó el pene de la boca y ordenó a Timmy que abriera los ojos y volviese a verla. Él obedeció y lo que vio fue una imagen de belleza sin igual que lo dejó sin aliento: Tera Patrick sonriéndole malignamente y con su miembro apretado en su mano. Una vez que tuvo la atención del muchacho en ella, Tera, sin perder la sonrisa ni romper el contacto visual, su frotó el enrojecido glande en sus duros pezones, lo que hizo que el semental de 14 años sonriera de oreja a oreja. Cuando terminó, se puso el falo entre las tetas y procedió a aplastarlo con sus orbes y a moverse arriba y abajo, masturbándolo con sus túrgidas pechugas. Al mismo tiempo, Tera decía una y otra vez “así, papi, así: fóllame las tetas” y otras tiernas obscenidades por el estilo. Era una fantasía hecha realidad para Timmy: siempre había soñado con poner su polla entre los melones de Tera Patrick mientras ella decía vulgaridades con su sensual voz profunda.
Luego de un tiempo bastante largo dedicado a ordeñarlo usando sus sandías, Tera se volvió a meter la polla de Timmy en la boca para hacerle una mamada espectacular, sus aretes de aro rebotando como locos. Una vez que terminó con esta segunda felación, la estrella porno hizo al chico de 14 años sentarse boca arriba en el sofá. Este era tan espacioso y cómodo como una pequeña cama, perfecto para esta clase de menesteres. Una vez que lo tuvo en la posición que quería, ella se sentó en la cara del muchacho, doblándose después para continuar consintiendo a su polla y a sus bolas, de vez en cuando sacándose la verga del chico de la boca para ponérsela entre sus chichotas y darle un poderoso estrujón. Al mismo tiempo que la diosa del porno continuaba con sus proezas orales y mamarias, él se dedicó a comerse el coño que se apretaba contra su rostro, mientras sus manos rodeaban el cuerpo de Tera para jugar con sus glúteos, apretándolos, separándolos, nalgueándolos, acariciándolos y hundiendo sus dedos en el ano de ella. Él no necesitó quitarle la tanga para poder hacerle estas cosas: bastó con apartarla un poquito. Al sentir la forma en la que trataba a su vagina y a su ano, ella se puso a menear sus caderas como cuando hizo su striptease, frotando con más fuerza su sexo en la cara del semental de 14 años.
Después de un buen rato haciendo esto, Tera rompe esa posición y se mueve hasta sentarse en su verga, empalándose con la maravilla de carne de Timmy hasta el fondo. Ella empieza a usar todos sus trucos, subiendo y bajando por esa sólida estaca de placer y moviendo sus caderas en círculos, como haciendo un striptease. Timmy suspira ruidosamente, no sólo por el placer que le estaba dando el penetrar a una mujer por primera vez sino también por ver las legendarias tetotas de Tera Patrick rebotando salvajemente sobre su rostro. Tera intenta hablarle de la misma forma en que lo hizo cuando tenía su verga entre los senos pero, con excepción de un grito ocasional a todo pulmón de “¡OH, PUTA!” o de “¡OH, MIERDA!”, todo lo que sale de su boca es una serie interminable de jadeos y gemidos escandalosos. Realmente se está divirtiendo tanto como su coestrella.
Después de un tiempo bastante largo gozando de esta manera, Tera se quita de la polla de Timmy y, poniéndose en cuatro patas, arqueando la espalda como una gata en celo y apuntando con su culo al cielo, procede a saborear nuevamente el miembro del chico. La sigue enloqueciendo su sabor, especialmente ahora que está mezclado con sus propios jugos.
Una vez que vuelve a dejar su polla y sus bolas relucientes con una gruesa capa de saliva, ella vuelve a hacer que el chico se mueva. Ahora es Tera la que se acuesta boca arriba en el sofá, mientras él se sitúa encima de ella y, aferrándose a sus sandías, comienza a penetrarla salvajemente, en un frenético mete y saca que extrae de la garganta de la leyenda del porno auténticos alaridos de lujuria. Mientras tanto, la diosa asiática rodea el cuerpo del adolescente con sus perfectas piernas y sus manos, estas últimas dedicándose a dejar su joven espalda y glúteos cubiertos de innumerables arañazos.
Tras gozar de esta manera durante bastante tiempo, Tera hace que Timmy se ponga de pie y, sentada en el sofá, le mama la polla por quinta y última vez. Después, regresan a la posición anterior y continúan follando ferozmente. Una vez que se han divertido bastante de esa forma, la reina del sexo decide satisfacer una fantasía que el chico seguramente tenía. Volviendo a acomodarse en el sofá, Tera se pone en cuatro patas y, arqueando la espalda como gata en celo y apuntando con el trasero al cielo, le ordena que la folle analmente. Él, ni tardo ni perezoso, se sitúa arrodillado detrás de ella y, aferrándose a sus sensuales caderas, se dedica a meter y sacar frenéticamente su poderoso miembro del culo de la reina del sexo (que menea como bailando un striptease), al mismo tiempo propinando sonoras nalgadas en los opulentos glúteos de Tera, hasta hacerlos cobrar un agradable color escarlata, y su pubis produciendo una música celestial cada vez que se estrella contra las pompas de la asiática. Con cada una de las potentes embestidas de Timmy, las tetotas y los aretes de aro de la diosa del porno rebotan salvajemente y de su garganta sale un grito que deja en ridículo a sus anteriores alaridos cuando la penetraba de forma convencional.
Cuando terminan con el sexo anal, vuelven a la penetración vaginal como la practicaron antes y, finalmente, cuando Timmy siente que está a punto de eyacular, sale de Tera y, poniéndose de pie frente al rostro de ella, comienza a masturbarse con ferocidad. La estrella porno sabe lo que se avecina, así que cierra los ojos, abre la boca y saca la lengua. Con un bramido triunfal, Timmy por fin eyacula; un chorro tras otro de blanco, espeso y caliente semen sale disparado de su poderoso miembro a velocidad increíble, impactando y cubriendo la cara y los senos de la mujer de sus sueños. Un par de chorros llegaron hasta su cabello, mezclándose con su negra melena. Antes de caer desmayado por los increíbles esfuerzos a los que ha sometido a su cuerpo, Timmy disfruta de una última imagen de ensueño: Tera Patrick limpiándose el semen de su rostro y sus tetas con las manos, luego chupándose la paja de sus dedos mientras hace sonidos obscenos que dejaban claro lo mucho que disfrutaba del sabor de esa rica lechita y mira hace a su amante de una forma diabólica.
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A partir de ese día, Timmy visitó a Tera Patrick todas las tardes para tener sexo con ella. En su último encuentro, ella le confesó que estaba embarazada y que el bebé era suyo.
FIN
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